13. El pasado de la rosa

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Eloise Edevane

Hace siete años...


—¿Revisaste el jardín botánico está mañana? —mi madre pregunto mientras se alistaba para recibir a los turistas.

—Si, también el Quiosco, el jardín de las flores y los campos —respondí orgullosa.

Ella me miró con una hermosa sonrisa y se acercó para besar mi cabeza.

Ella se alejo para seguir alistándose.

Hoy nuestros jardines se abrirían para recibir a los turistas que viajaban de todas partes del mundo para visitar los hermosos paisajes de Villa María.

Mi padre y madre eran quienes los recibían, junto con los otros miembros del pueblo.

Todos acudirían al hermoso festival que hacían para los turistas.

Era un festival hermoso, habría comida, bebidas, bailes y por supuesto, diversión.

Y como dije, todos irían.

Todos excepto yo.

Tenía prohibido salir sin autorización de mis padres.

Pero pensé que este año podría ser diferente.

He trabajado más, cuide de las plantas, hice un diseño en el quiosco y las fuentes de aguas termales quedaron hermosas con mis diseños y la ayuda de los trabajadores, a los cuales no ví, pero mi padre entrego los planos cuando pensó que era buena idea esa remodelación.

También inventé un nuevo sistema de riego, sería un espectáculo hermoso cuando activarán el sistema, la forma en la que saldria el agua y como las luces de fuegos artificiales se reflejarían en el agua sería un espectáculo digno de ver.

Merecía estar en ese festival como los demás.

—Madre... —me aclaré la garganta mientras me sentaba en la esquina de la cama, ella me miró a través del espejo de su habitación—, me estaba preguntando si esta vez —hice otra pausa—, podría asistir al festival...

Ella abrió la boca para responder, pero fue interrumpida por mi padre entrando a la habitación.

—No —su voz fue fría y autoritaria—, sabes que eso está prohibido.

Ni siquiera me miró, simplemente fue directo junto a mi madre y la tomo por los hombros.

—Estas hermosa, amore mio —dijó él y después dió un dulce beso en su mejilla—, eres la reina más hermosa.

Ella rio y se giró para estar frente a él.

Y entonces pasó de nuevo.

Ambos se encerraron en esa pequeña burbuja suya, dónde solo existían ambos y su amor.

Aparte la vista molesta por la situación de que no se me permitiera ir al festival.

Nunca me dejaban salir.

Yo amaba a mis padres, pero odiaba cuando no se me permitía salir o asistir a las reuniones del pueblo.

De lejos veía como los otros chicos de monedas convivían juntos, iban al lago y tenían sus reuniones por las noches.

Quería salir, por una vez en mi vida quería salir y poder conocer a los demás, o asistir al festival para ver a los turistas.

Conocer personas.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando mía padres salieron se la habitación.

Me fui de ahí y los busque y al entrar a la sala mi madre me impidió el paso.

El infierno de una rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora