18. La descendencia del diablo

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Michael De Santis

Le he dado espacio a Eloise. Una semana sin verla en absoluto.

Ella debía acostumbrarse a que yo sería lo único en su vida a partir de ahora.

El llevarme a Charlotte fue lo mejor. Desde que Charlotte ya no está, Eloise es más dócil, claramente el problema era aquella chica rubia.

Pero extrañaba a Eloise.

La deseaba.

Mi cuerpo y mente ardían por ella y la necesitaba en mis brazos para que este fuego de pasión que sentía en mi interior nos consumiera a ambos.

Aún habían tantas cosas que quería hacerle, tantas cosas que quería probar con ella y sobre todo quería marcarla una y otra vez.

Quería follarla.

Quería hacerle el amor.

Quería lastimarla por haberme hecho caer en el pecado del incesto, con su belleza de primavera y sus ojos grises de tormenta.

Pero también quería amarla por darme aquello que siempre he querido... una familia.

Ella me daría una familia propia.

Me tomaría el tiempo antes de llenarla con mi semilla y llenar su vientre plano con nuestros hijos.

Eso me recuerda que...

Mierda.

No me cuide.

Ella podría estar...

Tome mi celular y marque a José, nuestro Doctor de cabecera.

Respondió al segundo tono.

Jefe —saludó.

—José, voy a necesitar que vengas a la mansión cuánto antes, vente preparado —ordené.

—¿Se encuentra bien, Jefe? —sonó alarmado— ¿Necesita ayuda urgente?

—No —lo calme rápidamente—, en realidad es un caso especial...

Le conté brevemente la situación con Eloise, claramente omitiendo el hecho de que era mi sobrina.

Accedió venir con un especialista hoy mismo. 

Si, quería hijos.

Pero deseaba disfrutar a Eloise para mí solo, por lo menos por un par de años hasta que ambos quisiéramos hijos.

Mi teléfono volvió a sonar, lo tome creyendo que era José para confirmar la cita, pero en su lugar era Bruno.

Dime —conteste.

Michael, debemos vernos —sonaba algo ansioso, eso llamo mi atención tomando en cuenta que él solía ser muy sereno y frío.

—Claro, ven a Hedein. Cancelaré mis reuniones de mañana para que podamos hablar.

No, no puede esperar. Iría a ti sin dudar pero no puedo moverme de dónde estoy. Es urgente que vengas, Michael.

—¿Qué ocurre, Bruno?...

Él no respondió.

Es sobre Amaranta, al parecer hay más de lo que te conté la última vez...

—Enviame la ubicación. Iré con mis hombres.

Colgué esperando que Bruno me enviara la ubicación. Segundo después me mandó la localización.

New Castle.

¿Qué hacía en New Castle?

Ese lugar había sido dónde se encontraba Eloise y Charlotte cuando las encontró Castiel la primera vez.

El infierno de una rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora