30. El diablo y el demonio

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Michael De Santis

Siempre supe que Eloise tarde o temprano llegaría a correr riesgo en mi mundo.

Es parte de ser un De Santis.

Si eres un De Santis entonces tienes una diana en la cabeza y todos van a querer dar justo en el blanco.

Pero el maldito problema es que las personas en mi mundo suelen jugar sucio, suelen meterse con aquello que mas ama uno.

Y desde que supe de la existencia de Eloise, ella se volvió mi mundo entero.

Y ahora un jodido hijo de perra tenia mi mundo en sus manos, y apuntandole con una maldita pistola en la sien.

Trague saliva duramente.

Aprete tan fuerte mis puños que mis nudillos se volvieron blancos.

El corazón me latia tan rápido que se me saldria en el pecho.

Estaba esperando la señal de Castiel.

Un francotirador estaba esperando encima de uno de los árboles a metros de distancia para apuntarle al hijo de perra.

—Dije que le digas a tus hombres que bajen sus armas —presiono con mas fuerza la pistola en la sien de Eloise.

No podia mirarla, si la miraba y veia su miedo entonces me lanzaría contra ese hijo de perra y ella correría peligro.

Mire a Oscar y me regreso la mirada esperando ordenes.

Di un asentimiento y volvi a mirar al chico.

Oscar bajo su arma.

—Bajen armas —ordeno a los demás hombres y todos obedecieron.

—Dejala ir, chico —trate de contener mi tono amenazante—, no tienes oportunidad. Y si la lastimas, sera peor para ti.

—¿Te parece que te tengo miedo, Michael De Santis? —en el tono de su voz se demostro que en efecto, el hijo de perra no me tenia miedo.

—Sabes mi nombre, te infiltraste a mis territorios. Supongo que tu problema es conmigo, no con ella —señale con la cabeza a mi Eloise.

El chico solto una risa amarga y nego con la cabeza.

—No tienes ni puta idea —respondió fríamente.

Desde esga distancia estaba oscuro, no podia verle el rostro.

Pero si alcancé a ver como movio su dedo en el gatillo con intención de disparar.

Bien, habia tenido suficiente.

—Castiel —le hable sin apartar la mirada de el chico.

Él toco su oido izquierdo donde tenia el comunicador que estaba conectado al del francotirador.

—En posición —dicho eso levanto su mano derecha con el puño abierto.

—Espero tengas resistencia, chico. Porque te acabas de meter con el mismo diablo —amenace y le di un asentimiento a Castiel.

Él rápidamente cerro el puño.

Menos de dos segundos.

En menos de dos segundos y el chico cayo al suelo inconsciente.

Eloise se liberó de él y soltó un sollozó al ver el cuerpo inerte de él.

Camine apresuradamente hacia ella y la sostuve en mis brazos.

Tan pequeña.

Tan frágil y tan vulnerable que era mi hermosa rosa y tan cruel, tan duro y siniestro era el castigo que le esperaba por desobedecerme una vez mas.

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⏰ Última actualización: Jan 05 ⏰

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