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Pasó una semana y la rutina era lo que comenzaba a consumir mi vida: despertar, ir a la cocina, trabajar todo el día, hablar con Vivi y rechazar sus invitaciones a la Zona Recreativa, volver a la habitación, cruzarme con Jk en el pasillo porque era su método para hacerse presente por si necesitaba algo, dormir y repetir. ¿Aburrido? Si, totalmente. Aunque no iba a quejarme, las otras opciones que tenía eran el bosque y la muerte, así que prefería aquella aburrida rutina a ser una malagradecida.

A pesar de todo había cosas que me hacían salir de aquella rutina, como la vez que Tom me empujo tan fuerte que caí al suelo y deje caer las bandejas con un estruendo que ensordeció a todos en la cocina; también cuando Lea no paro de seguirme durante varias horas en la cocina después de escucharme decirle a Vivi que Jk no era mi novio, quería saber que tenía con él, pero al final solo la ignore.

Igualmente conocí algo más del Páramo hace dos días. Jk había llegado a la cocina para pedirle a Jin que me diera un par de horas libre, lo sorprendente es que Jin no puso objeción alguna y Jk me llevo al fondo del pozo donde había una laguna que era llenada por el agua que caía desde arriba.

—La laguna está conectada con un río así que no te preocupes, jamás va a subir de nivel. —me dijo y me mordí la lengua al pensar que sí que podía aumentar de nivel, pero no lo dije.

Jk me señalo donde había varias personas rodeando la laguna, arrodillados y lavando ropa con jabones que parecían una pequeña barra de jabón de baño.

— ¿Tienen electricidad para dar luz y no para tener lavadoras? —pregunté de manera irónica, pero al ver a Jk con la ceja levantada rodeé los ojos. —No estoy soltando un comentario del otro mundo. Es lógica.

—Te falto decir que tampoco hay televisores, teléfonos, computadoras y cualquier otro equipo electrónico.

Me entrego una barra de jabón y me paso la bolsa de tela donde había guardado mi ropa sucia y él se había ofrecido a llevarla. Al mismo tiempo pensaba que tenía razón, no había visto ningún aparato electrónico fuera de mis sueños y recuerdos.

— ¿Por qué no hay?

—La Niel es capaz de dar energía a cualquier aparato, el problema es que, si usamos algún aparato electrónico hecho de la Ciudad Amurallada, estos enviarían una señal a la ciudad y nos dejaría al descubierto.

Asentí.

—Y aquí no pueden crearlos porque no tienen herramientas adecuadas y...—me quede callada de golpe al saber lo que iba a decir.

— ¿Personas calificadas y con el conocimiento necesario para hacerlo? —terminó por mí. — Si, en eso tienes razón, pero no lo digas muy alto.

Me hizo una seña para que empezara a lavar en un espacio que estaba alejado del resto y él se sentó en una enorme piedra negra detrás de mí.

—Jk—le dije antes de meter las manos en el agua. —para ser honesta, creo que las personas aquí pueden aprender a hacer lo que sea.

Note como su semblante se relajó un poco, incluso creo que percibí como las comisuras de sus labios se curvaban un poco hacía arriba, pero lo disimulo. Al final solo asintió y dirigió la mirada a otro lado.

Comencé a lavar y tuve que reprimir el dolor que sentí en la piel por el frio excesivo del agua que me traspasaba las manos y un poco las piernas que tenía apoyada en la arena que estaba algo humedecida. Ya entendía porque había escuchado a varios decir que iba a quejarme como "niña mimada" al lavar o pedirle a Jk que lo hiciera por mí, también notaba la mirada burlona de las personas en la laguna que también lavaban: esperaban que me quejara. Y me di cuenta que mi orgullo era mucho mayor cuando seguí allí sin decir nada.

El tiempo rojo (Bilogía El Tiempo #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora