Las preguntas sobre los Deformados al día siguiente eran lo único que se escuchaba en cualquier parte del Páramo, sobre todo cuando a pesar de la hora del desayuno se veía que algunas personas encargadas estaban limpiando las manchas de sangre que aún no habían podido quitar del pasadizo. Entre ellos vi a Chan con un traje de plástico mientras limpiaba, al verme me dio una leve sonrisa.
El comedor también era un caos con tantas personas hablando a la vez, era peor que un día cualquiera.
—¿Cómo crees que hayan entrado?
—Creo que la Guardia no estaba funcionando como se debía porque Jk no estaba.
—Quizás si exilian a la nueva, todos volveremos a estar a salvo.
Sentí un toque en el brazo y me giré a Jk que estaba bebiendo un poco de agua después de terminar el desayuno.
—No les prestes atención. Hablan más de lo que aportan al Páramo.
Asentí levemente, casi sin prestarle atención y continue comiendo, a pesar que me costará tragar cada bocado por tener el estomago revuelto por el recuerdo de los Deformados y por las pesadillas que tuve por la noche.
Además de eso, me sentía rara en estar allí sentada en el comedor y no dentro de la cocina hablando con Vivi. En mi cabeza solo estaba la idea de todo lo que debería estar haciendo y que a partir de ahora a Vivi le tocará hacerlo sola...de nuevo.
Mire hacía las puertas de la cocina y sentí un dolor en el pecho al pensar que ese tampoco iba a ser mi sitio. ¿Iba pertenecer alguna vez a algún lugar? Esperaba que sí. Jk había dicho que nos iríamos juntos de allí, pero aun así no pude evitar sentir cierta melancolía por no volver a la cocina con Vivi.
Por otro lado, no pude evitar ver a Penny. Estaba sola en su mesa y dos guardias estaban a su lado. Al verme levanto la mano y me saludo con una sonrisa. Me sentí extraña, pero le devolví el gesto para no ser descortés.
Al terminar de comer Jk me hizo su típica seña para irnos. Camine detrás de él y se detuvo un segundo en el pasadizo mientras unas personas se acercaban hacia la entrada del comedor. Lo vi recostarse a la baranda y mirar hacía el fondo.
—¿Llegaste en medio de toda la revuelta con los Deformados? —solté la pregunta que tanto ruido me hacía. Había sido una enorme coincidencia. Una coincidencia casi perfecta.
La noche anterior no había hablado prácticamente con Jk. Solo me había llevado a mi habitación, se cercioro que seguía siendo seguro y que yo no necesitaba ir a la enfermería, cerró la puerta después de salir y decirme que descansará. Por un segundo me había alegrado de tenerlo allí de nuevo, pero sabía que cuando pasara la impresión de verlo luego de tanto tiempo...iba a molestarme por su actitud. Y no me equivoque.
—Obviamente. De lo contrario probablemente estarías muerta junto a todo el Páramo. —dijo sin mirarme.
Se notaba que estaba molesto, pero no sabía si era su temperamento usual o había algo más que le molestara.
Me cruce de brazos dispuesta a discutir, pero me sorprendió que cuando quedamos solos en el pasadizo se movió hacía la pared que designaba el final y presiono una parte de la piedra para que esta se contrajera y dejara a la vista un panel táctil donde Jk escribió algo con el dedo y luego la baranda de seguridad a nuestro lado se abrió lo suficiente para que una persona pasara. Fruncí el ceño cuando Jk se acercó y lo agarré por la camisa con fuerza.
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El tiempo rojo (Bilogía El Tiempo #1)
Science FictionDicen que el fuego es quien hace correr a todos, lo que hace que la gente sienta miedo o se sienta en peligro y esa fue la sensación que sintieron las personas del Páramo al tener a una nueva inquilina que no tiene idea de quién es, pero que con sol...