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Tenía que ser valiente. Había recorrido demasiado desde que desperté en el bosque sola y con un vestido que había delatado mis orígenes, había aprendido y conocido muchas cosas y personas. Debía estar orgullosa de ello y por eso debía dar un pequeño paso antes de marcharme del Páramo.

Toque la puerta de la habitación 056 después de tomar un largo suspiro y abrió el señor Gregor, el papá de Vivi.

—¡La chica nueva! —dijo con una sonrisa al verme y comenzó a toser al instante. Reprimí el impulso de darle unos golpecitos en la espalda para ver si lo ayudaba con su ligero ataque de tos. —¿Buscas a Vivi? Debe estar en la Zona Recreativa, siempre está allí.

Después de lo que había pasado con Ashanti era muy difícil imaginar que una persona tan cercana a ella como Vivi se iría de cabeza a la Zona Recreativa a beber alcohol y bailar hasta la madrugada, pero la verdad es que era la única manera que ella conocía para desahogarse en este lugar. Era el único lugar donde nadie iba a verla de más con su dolor.

—En realidad, lo quería ver a usted. —el señor Gregor frunció el ceño y se señaló así mismo. El gesto me dio gracia y sonreí levemente. —Primero quiero hacerle una pregunta algo personal y espero no le moleste.

Él asintió, pero me dijo que mejor habláramos dentro de la habitación, ya que había personas mirándonos en el pasillo. Adentro me ofreció sentarme en la cama inferior de su litera, pero me negué. No quería ponerme cómoda allí, me parecía incorrecto.

—Bueno, entonces... ¿Qué quieres preguntarme?

Suspiré y me di fuerzas.

—¿Sabe leer? —Mi pregunta lo desconcertó, pero al final asintió lentamente y le tendí un trozo de papel doblado a la mitad que me saqué del bolsillo del pantalón. —Quisiera que lo leyera cuando me vaya y pueda leérsela a Vivi después. Es importante y espero que no dude de mi palabra.

Gregor frunció un poco el ceño y miro el papel un rato entre sus dedos.

—¿Está pasando algo malo?

Su tono de voz junto a su expresión dolida me afligió, además de que noté un ligero temblor en sus manos y para disimularlo intento arreglarse la ropa o quitar suciedad de los posa brazos de su silla de ruedas.

Asentí porque no tuve cara para mentirle, estaba harta de mentir.

—Si y solo por eso quiero que hagan todo exactamente como está allí. Ni dudar y sin titubear.

Jungkook me había ayudado a explicarles cómo y por donde debían salir para escapar del Páramo. Incluso les dejo explicaciones de hacia dónde dirigirse y donde lograr esperarnos.

Jungkook me había dicho que podían irse con nosotros, ya que sabía que eso iba a hacerme feliz. Pero para eso ellos tenían que actuar justo después de nuestra partida, antes de que los otros volvieran y dieran la alerta de que habíamos escapado, de lo contrario no iban a salir nunca...Namjoon no iba a perdonarlos.

—¿Tan malo es? Tu cara dice que esto es realmente más de lo que puedo imaginar.

Asentí de nuevo y jugué con la punta de mi cabello que colgaba un poco por lo alto que me había hecho la coleta.

—Solo tiene que saber que esta es la única forma que tengo para salvar a Vivi, Chan, Jean y a usted. No hay otra forma posible.

—Pero...

—Debo irme. —lo interrumpí al darme cuenta que iba a seguir preguntando. —No puedo perder más el tiempo. Nos vemos.

No podía decirle que me iría con Jungkook a la Ciudad Amurallada, ningún habitante promedio del Páramo lo sabía, solo los que trabajaban en la Guardia y Namjoon. Pero cuando nos vayamos todos se enterarán y solo allí mis amigos sabrán que me marche sin despedirme apropiadamente.

El tiempo rojo (Bilogía El Tiempo #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora