Contar hasta tres.
Respirar.
Y lanzar.
El sonido del metal chocar y clavarse en el muñeco del mismo material al fondo de la sala fue satisfactorio. A pesar de que la estrella que había lanzado se había clavado en el hombro del muñeco y no en el pecho como había querido.
Había logrado avanzar en tres días con la puntería, aunque aún me faltaba. Era por eso que cuando me recupere de la fiebre le pedí a Jk que me dejara estar más tiempo en la zona de armas para practicar. Quería salir mejor en la segunda prueba que haría cuando él lo viera adecuado.
Jk había aceptado públicamente a la Guardia que había superado la primera prueba, pero que faltaba la segunda, así que dijo que esa prueba iba a estar determinada por Hoseok y él. Por otro lado, fuera del ojo público, me había contado lo enojado que estaba con Ian y que por ello habían discutido de nuevo. Al final Jk le prohibió a Ian que se interpusiera en mi formación y mi prueba final.
Desde entonces no había visto a Ian ni siquiera por los pasillos, pero podía imaginarlo refunfuñando o maldiciendo en algún lado a Jk y a mí.
Tome de la mesa cerca de mí varias estrellas más e ignore el escozor de los dedos que tenía gracias a los pequeños cortes que me había hecho con los filos de las estrellas en días anteriores. Me posicioné y comencé a lanzar después de contar y respirar.
Cada sonido de metal me hacía querer concentrarme más, de ser mejor. Esto iba a ser una de las habilidades que podría ayudarme a ser libre, así que debía esforzarme por mí misma.
Sacudí la cabeza cuando palabras y groserías dichas a voz de gritos de mis padres me asaltaron de nuevo. No había parado de pensar en ellos y recordar sus maltratos, eso me había hecho dormir poco últimamente.
Los recuerdos no eran tan detallados como quisiera, pero habían sido lo suficientemente fuertes como para hacerme pensar que ahora entendía porque había huido. Si mis padres habían sido violentos cuando era una niña, las estadísticas (según uno de los libros de Jimin) decían que los niños podrían crecer y seguir sufriendo de violencia de cualquier tipo al menos que se aleje del núcleo familiar y reciba terapia psicológica. En mi caso, probablemente había huido lejos de la Ciudad para vivir tranquila y en paz porque me habían hecho lo mismo incluso de adulta.
Solté una risa burlona antes de maldecir y lanzar otra estrella con más fuerza que se clavó en el cuello del muñeco. Era irónico que al parecer la violencia parecía seguir estando en mi vida.
Eso me hizo pensar en Vivi y Jk.
Vivi jamás había intentado dañarme, siempre había querido ayudarme. Mientras que Jk, a pesar de nuestros comienzos, se había empezado a comportar más amable conmigo, era más tolerante en lo que a mí respecta.
El cambio de Jk había ido en aumento desde que llegue a la Guardia, pero sobre todo después del incidente de la primera prueba. Él había tenido demasiados detalles conmigo, pero me había afectado su gesto de la noche anterior.
Me había quedado despierta mirando el techo intentando convencerme de cerrar los ojos y dormir, pero me aterraba soñar de nuevo con mis padres, ya era suficiente con las pesadillas de los Deformados. Y Jk entro a mitad de la noche de manera sigilosa, pensé que había entrado para dejarme comida como había hecho mientras entrenaba para la primera prueba, pero me sorprendió que se quedó de pie al frente de mi cama.
—Estas despierta, ¿verdad?
Me había visto las ojeras todos estos días y me lo había preguntado de frente esa mañana, así que no me sorprendió que lo supiera, me sorprendía que fuera para comprobarlo.
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El tiempo rojo (Bilogía El Tiempo #1)
Science FictionDicen que el fuego es quien hace correr a todos, lo que hace que la gente sienta miedo o se sienta en peligro y esa fue la sensación que sintieron las personas del Páramo al tener a una nueva inquilina que no tiene idea de quién es, pero que con sol...