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Uɴᴀ sᴇᴍᴀɴᴀ ᴅᴇsᴘᴜᴇs
Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ
—Estas enloqueciendo.
—Solo te estoy pidiendo que vengas conmigo a rusia. Ese idiota con el que sales, no vale la pena, darling. Tu me necesitas.—Le dijo de una manera tranquila para no alterarla, le había costado mucho tener un momento a solas con ella. El estupido marin no se le despegaba por nada del mundo y eso comenzaba a ser frustrante.
—¡No, claro que no te necesito! Solo vete a rusia y dejame vivir mi vida en paz.—Le pidió.
—No puedo, nessa. Mi vida es contigo y solamente contigo, sin ti nada tiene sentido.—Se acerco a ella, apoyando sus grandes manos sobre las mejillas de la contraria.—Te necesito conmigo, darling. Te amo como nunca ame a nadie. ¿No lo comprendes?
—Si me amas, dejame ser feliz.—Con cuidado quito las manos del ruso de su rostro, alejándose cuidadosamente. Cualquier movimiento en falso, podría hacer que todo se saliera de control.
—¿No puedes ser feliz conmigo? Te dare todo, te lo prometo.
Él la miraba fijamente a los ojos. Todas sus palabras eran sinceras y su mirada lo confirmaba. Estaba enamorado, obsesionado.
—Lo siento.. Solo quiero quedarme aquí.. Con danno y grace, aquí soy feliz.
Él se río.—Se sincera, no es por ellos.. Todo esto es por culpa de ese marin idiota, si no fuera por él.. Primero morgan y ahora ese imbécil, ¿No te cansas de hacerme daño?
—Jack..
—Duele verte con ellos. Eres mi esposa, ibas a ser la madre de mis hijos y ahora estas haciendo esos planes con él.
—Jack.. Ya..
—Dijiste que me querias, que me amabas.. ¿Lo recuerdas? Yo si, porque fuiste la primera persona en decírmelo, ni mi madre lo habia hecho sabes..
—Claro que te quise, jack.—Murmuro con la voz rota. ¿Qué otra cosa iba a decirle?—Pero pasaron muchas cosas y ahora quiero estar aquí, con mi familia.
—¿Me quisiste?
Ella asintió.—Si, claro.. Yo se que en el fondo eres una persona maravillosa y con muchas cosas buenas, solo has cometido errores, como todos.
Lo trato con cuidado, usando las palabras que él queria escuchar en ese momento.
—¿Y por qué no te quedas conmigo?
—Porque no elijo que sentir, jack. Uno no puede decidirlo.. Solo se que mi corazón quiere estar aquí, pero siempre seras especial para mi.—Le sonrió con tristeza.
—Las cosas no iban a ser así.
—Lo se, y lo siento.
Sus ojos estaban rojos y cristalizados. Estaba haciendo su mejor esfuerzo para no llorar delante de ella, no iba a hacer eso.
—¿Puedo darte un regalo?
Asintió.—Si, claro..
Él se acerco con cuidado hasta donde ella estaba, sacando una pequeña bolsa de terciopelo rojo y con delicadeza, saco un gran anillo. Lo recordo al instante.
—Lo dejaste en casa..
El anillo de bodas.
—Oh.. ¿Lo guardaste? No recordaba que fuese tan hermoso.—Le sonrio entre lágrimas, mientras él le colocaba dicho anillo.
—Por supuesto. Conservalo, es tuyo. Y el idiota con el que sales, jamas podra darte algo así.
—¿Tienes el tuyo?
—Si. Siempre lo tendré conmigo y es una promesa, nadie ocupara tu lugar en mi vida.
—Gracias.. Por todo..
Le sonrió.—Si.. Tranquila, perdon por todo lo demás
—Todo esta perdonado, jack.
—¿En serio? Gracias. Eso hace que esto duela un poco menos, espero que en verdad me hayas perdonado.
—Claro que lo hice, jack.
—Me ire, pero sabes donde puedes encontrarme, darling.—Le sonrio con tristeza, antes de dejar un fugaz beso en la comisura de sus labios.
