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—¡NICK MCGARRETT WILLIAMS!
El chillido molesto de danno, llamó la atención de los adultos que se encontraban haciendo la sobremesa en el jardín trasero de la casa mcgarrett. La ojiverde suspiro pesadamente al escuchar el grito de su hermano mayor, no entendía como un niño de ocho años le hacía perder la paciencia tan rápidamente.
—Steve, dile algo al mocoso que tienes de hijo.—Murmuro seriamente apareciendo por la puerta del jardín. Kono y chin, rieron sutilmente. Habían perdido la cuenta de cuantas veces Danny había llegado con un reclamo sobre nick.
—Nick, ¿Qué hiciste ahora?—Pregunto mcgarrett observando a su hijo manteniendo su mano en el regazo de la ojiverde que estaba estresada por escucharlos pelear tanto.
—Solo le ganó en el ajedrez, papá, el tío danny no sabe perder.—Murmuro con fastidió abultando ligeramente sus labios haciendo un puchero.—Que no juegue si no puede ganarme, no entiendo porque se enoja.—Opino acercándose a su madre para poder abrazarla y así calmar su fastidió como cuando solo era un bebé.
—Williams, aprende a perder y luego juega con los niños.—Pidió la rubia mirando a su hermano seriamente. Danny se quejó como un niño y tomó asiento con los adultos.—No puedes ponerte a la altura de un niño de ocho años, Williams.
—Estas criando mini animalitos, idénticos a su padre.—Murmuro seriamente observando a su hermana, causando la risa en Steve.—Son igual de narcisista que mcgarrett, no puedo creerlo.
—Que tú no puedas ganarle ni siquiera a mi versión pequeña, no es problema mío jersey.—Aclaro rápidamente, logrando solo que danny se enoje un poco más.
—Cierra la boca quieres.
—¿Soy un animal?—Pregunto Emma que se encontraba sentada en el regazo de Chin. La pequeña de solo cinco años no entendía muy bien de que estaban hablando y las palabras de su tío favorito habían quedado dándole vueltas en la cabeza.
Danny suspiro.—Tú no, tú eres una princesa hermosa, cariño.—Aclaro con una pequeña sonrisa, llenando de emoción a la niña.
Emma era su debilidad absoluta junto con Grace, ambas niñas lo manejaban a su antojo con solo un puchero o algunas sonrisas, con danny conseguían todo lo que querían. Eran sus princesitas y nadie iba a cambiar eso.
—Quiero ir a surfear, ¿Podemos, Papá? Por favor.—Suplicó el ojiverde mirando a su padre intentando convencerlo. Steve, era más difícil que Danno, pero no imposible.—Vamos, di que si, papá por favor. He sacado buenas notas toda la semana.—Siguió tirándose a los brazos de su padre.
Steve fingió pensarlo.
—Esta bien, vamos a la playa.
Los niños festejaron y kono también, porque amaba salir a surfear con su pequeña manada de niños, era mucho más divertido. Todos se prepararon y salieron hacia la playa.
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El rubio tenía entre sus brazos a la pequeña de ojos azules mientras corría por la playa junto a Grace y Nick, que emocionados querían llegar a la playa antes que todo. A pesar de las quejas constantes, Danny era un tío todo terreno siempre.
—Que lindo es poder vivir todo esto contigo, Mcgarrett.—Murmuro suavemente abrazándolo por la cintura mientras caminaban lentamente por la playa. Amaba la familia que había formado.
—Lo mismo digo, Williams. Nunca me imagine con un hijo y ahora tengo dos, es maravilloso.—Aseguró con una sonrisa viendo como los niños le tiraban agua a Danno mientras esté intentaba cubrirse la cara con las manos.—Gracias por demostrarme lo que es el amor de familia y lo importante que es estar juntos en esto.
—Te amamos, Steve, como no te haces una idea.—Aseguró mirándolo con una gran sonrisa.—Eres un papá maravilloso y un esposo único, cariño. Eres más de lo que un día soñé.—Murmuro totalmente enamorada. Él le sonrió antes de unir sus labios en un dulce beso.
—Lo supere.—Murmuro con diversión viendo la cadenita que colgaba en el pecho de la rubia. Era una cadenita de oro que decía Mcgarrett.—Te lo dije, iba a hacerlo.
Ella río.
—Desde el primer día lo hiciste, Steve, solo que no lo sabías.—Le aseguro sin poder borrar su sonrisa. Morgan ya no significaba nada para ella hace años, al menos no algo más que un viejo amigo y compañero de trabajo.. todo su corazón le pertenecía a Steve mcgarrett.
—Lo se, soy bueno en esto.
—Oh, vamos, cierra la boca quieres.
—Te amo, Nessa.
Le sonrió.—Te amo, Mcgarrett.
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Extrañaba escribir sobre steve ♡ Ojalá les guste ♡
Familia Mcgarrett Williams.
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