Bautista
Me despierto, y ella está a mi lado, durmiendo tranquila. Es la primera vez que la veo descansar y la comparo con un ángel reposando en una nube: tiene los párpados relajados, los labios sellados, la mano extendida enredada entre sus cabellos. Está de espaldas, con la sábana tapándole hasta la cintura. Acaricio muy despacio toda su columna vertebral, hasta alcanzar su mejilla, que rozo con la cara interna de mi dedo.
Mi corazón late pleno, aliviado. Disfruto del silencio dentro de la habitación, del silbido de los pájaros afuera, de la paz que trae la luz del sol iluminando toda mi casa. A ella la alumbra y la endiosa, cubriéndola de oro.
Unos minutos después, sacude la cabeza, despertándose con mis mimos.
Abre los ojos con pesadez.
―Dejame dormir, guacho.
Sí, así es justo como esperaba que se despertara mi Bianca.
―¿Ni un buen día, nada?
―Buen día –me sonríe. Creo que nunca fui tan feliz como en este preciso instante, que tengo la grata oportunidad de ver esas pupilas dilatándose ante mí, una vez que se da vuelta para dejarme saludarla con un beso.
―Buenos días. ¿Dormiste bien?
Se despereza, elevando los brazos, alargando sus piernas. Todo su torso desnudo se muestra, quitándome el aliento. Mis ojos redescubren su ombligo, sus costillas, sus senos redondos, sus pezones dilatados. Su piel soleada.
Me desperté ya deseando ese secreto que guarda debajo de las sábanas.
―Dormí muy bien. Me encanta tu colchón. Es de esos que ponen una bola de bowling arriba y no se hunde, ¿no?
―Creo que sí. –Ya he visto esas publicidades. Pueden hacer una chuza y todo―. Tengo una idea para hoy...
―Si es ir a jugar al bowling, te aviso que soy muy mala.
―Podemos ir al cine, y después a jugar a lo que quieras. Al pool también podría ser.
―Soy demasiado buena en el pool para vos. No vas a querer perder.
La re veo a Bianquita sentándose en el borde de la mesa para pasar el palo detrás de su espalda y meter la bola.
―Ya sabés lo que dicen: mala suerte en el juego, buena suerte en el amor.
Se carcajea. Gira la cabeza a mi lado.
―Está bien. Es un buen plan, pero primero... un desayuno.
No quiero que se levante de la cama tan rápido. No quiero que se vista tan pronto.
Quisiera terminar lo que no pude empezar ayer; y más viéndola así de preciosa.
―Tengo otro plan.
―Al parecer sos un hombre muy planificador.
Río entre dientes.
―Es que necesito tu aprobación.
Levanta una ceja, poniendo una cara provocativa. Sabe lo que busco.
―¿A ver?
Algo medroso, me le acerco, hasta que mi miembro toca delicadamente el costado de su cadera. El roce de mi carne sensible con su piel me produce un cosquilleo lindo. Noto que la sangre ya está bajando a mi entrepierna. Apoyo mi mano en su otro costado.
―Me gustaría tocarte, y después de que acabes, esperaba poder...
Se tapa los ojos con el pelo, extasiada tras escuchar mi oscura propuesta. Cuando vuelve a descubrirse, me da un beso. Sorprendentemente, no me da vergüenza besarla antes de lavarme los dientes. Estoy tan caliente y me siento tan cómodo a su lado, que tengo fe en que ella no va a irse despavorida.
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Verte a través del cristal [COMPLETA]
RomancePara Bianca, las cosas han ido de mal en peor desde esa horrible noche con su ex pareja años atrás. No ha sabido recomponer su vida, aunque cada vez se siente más cerca de lograr perdonarse a sí misma. Si tan sólo pudiera volver a confiar, quizás n...