Nuova Sacra Utuixchel Unita

⛓️2 Vida

Mientras que para 🐰era todo color de rosas un día anterior a la cena. Para 🐥era todo lo contrario.

Pov 🐥

Mi familia siempre había mantenido secretos no tan bien guardados. Recuerdo que una vez en mi infancia entré por curiosidad al despacho de mi padre. Buscando entre las cosas encontré un anillo con un eclipse en la cabeza de esta.

Mi padre por supuesto, me grito en cuanto le fui a preguntar de que era el anillo. Diciendo que no debería meterme donde no me llaman y mucho menos tomar las cosas que no son mías.

Claramente no se fue la curiosidad de mí, y la imagen del eclipse se quedó muy grabada en mi mente. Hasta que tuve la edad adecuada para poder investigar por mi cuenta y darme cuenta de que el anillo pertenecía a una mafia. Aunque no entendía muy bien por qué mi padre tenía el anillo, pues en Internet decía que la mafia a la cual pertenecía el eclipse había desaparecido de Corea hace 40 años.

Obviamente no iba a preguntarle a mi padre, pues había cierto resentimiento porque al presentar mi primer celo, salí omega. Para mí no fue ningún impedimento, siempre quise serlo.

Pero mis padres no lo tomaron de la mejor manera. Muchas veces intentaron emparejarme con familias "importantes", pero nunca resultaron.

Todo fue así hasta que entré a la Universidad Nacional de Seúl en la carrera de Psicología.

Hasta ese momento, pareció que fuera el mayor orgullo de ellos, sin embargo, no me fiaba.

Siempre que se portaban de la manera más linda, es porque intentaban volver a emparejarme con alguien.

—61 horas antes la cena—

Hora: 10:00 am

—Tae, ya te he dicho que no iré a ninguna cena. Mis padres creerán que ya he conocido a algún alfa y van a encerrarme. Y créeme que no quiero eso hasta que los exámenes pasen. Ya nos falta 1 año para terminar la carrera. — Dijo Jimin sentándose en su butaca, en la cual dejó sus libretas y teléfono. Sin quitar la sonrisa de su rostro.

—Mimi, pero Yoongi nos ha invitado, creo que su jefe la ha realizado porque va a ser la sucesión de los bienes que su padre ha creado. — Dijo Tae rogando por última vez. Sonriendo de lado. Con algo de esperanza que aceptara. Pues era verdad lo que 🐥 le había dicho, pero no era justo que se pierda estas oportunidades.

Pero solamente obtuvo una negativa y una mirada fija por el peligris. Dejando a un Tae con mirada sumisa y la conversación como estaba.

—56 horas antes la cena—

Hora: 3:00 pm

Horas más tarde, cuando Jimin estaba por llegar, vio como hombres altos y de traje negro salían de su casa. Y por inercia se escondió en el patio del vecino. Para cuando los coches blindados se fueron, caminara con rapidez a su casa. Algo confundido por el actuar "normal" de sus padres cuando lo vieron entrar a la casa.

—Jimin, has llegado temprano a la casa. — Dijo su padre dejando a su madre detrás de él. Caminando hasta Jm tomándolo del hombro sin hacerle algún daño—. Deberías ir a descansar un poco en lo que está la comida. —

Seguido de las palabras de su padre, 🐥 subió las escaleras dejando su mochila en la silla de su mini escritorio. recostándose en la cama sin entender aún que es lo que hacían los hombres saliendo de su casa y mucho menos entendía por qué su madre estaba llorando y su padre siendo ¿amable? con él.

—52 horas antes la cena—

Hora: 7:00 pm

Los padres de Jimin habían preparado la merienda mientras que Jimin y su hermana se encontraban en sus respectivas recámaras. Hasta que les hablaron para bajar a comer algo. Y ojalá 🐥 no hubiera bajado.

—Hijos bajen a comer, hemos preparado la comida y tenemos algo que hablar— Dijo la madre antes de que su voz saliera entrecortada.

Jimin y su hermana tomaron asiento en sus sillas.

Por su parte, 🐥 empezó a servirse una pieza de pollo crujiente, algo de pure de papa y un poco de ensalada.

Para después poner atención en lo que sus padres querían decir.

—Nos vamos a mudar de casa. Solo que, Jimin, no vendrás con nosotros. — dijeron sus padres mientras se tomaban de las manos.

Fue suficiente para que el peligris dejara caer su pollo en su plato, sin entender lo que los señores que le dieron la vida le decían. — ¿Cómo es que yo no voy con ustedes? —

—Jimin, no fue nuestra decisión. Y creo que ya tienes la edad suficiente para saber todo. Así que, Hyunna, sube a tu cuarto y llévate tu comida. — Su padre se refirió a su hermana, mientras dejaba de lado la comida para mirarle a los ojos a su primogénito.

—Jimin, a nosotros nos exiliaron de la mafia en cuanto me case con tu madre. Y en caso de que salieras alfa. Nos dejarían en paz y no nos harían nada. Pero tengo que saldar una cuenta. Y tú eres la manera de saldarla. —

Dijo sin remordimiento el hombre frente a él. Jimin, por supuesto comenzó a sentir sus lágrimas recorrer sus mejillas, pues no era posible que lo estuvieran rindiendo como tributo de paz. Ni siquiera era posible. Tenía una vida, una carrera por terminar, sueños e ilusiones. Y ahora nada le pertenecía. 

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