[XX] Mutilar 🔪

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Pasaron semanas desde aquel incidente, el rubio estaba más distante que nunca mientras el de cuencas dejaba de aparecer en la casa, esto alivió un poco a Matt al no tener que verlo pero rápidamente sospecho cuando llevaba tarde con ese perfume impregnado y totalmente borracho, aunque ya no le tomaba mucha importancia, aun le dolía pero considero que sería mejor que no esté tanto con él, aún así no podía seguir viviendo allí, no se sentía seguro en su propia casa pero confrontarlo no era una opción menos involucrar a la policía en esto,

Intento calmar sus nervios apretando su polera fuertemente pero aún sentía esas inmensas ganas de llorar, se quedaba mirando al patio por la ventana del cuarto de la pequeña, había intentado salir por la ventana pero esta estaba cerrada al igual que todas en la casa, al lado de la puerta había una cámara y sabía que al estar las alarmas encendidas intentar salir haría demasiado ruido.

Aún así ya no podía quedarse en esa casa, así que se armó de valor y agarró uno de los bloques que habían comprado para la bebé y lo lanzó contra la ventana, esta se rompió de inmediato y un molesto sonido se escuchó por toda la casa, la alarma se había encendido.

Dio un vistazo a la bebé que comenzaba a llorar por el fuerte ruido pero se limitó a saltar por la ventana y comenzar a correr rápidamente, uno que otro vecino lo vio correr pero eso era lo de menos, él solo quería llegar con sus amigos.

No bajo la velocidad en ningún momento, solo corría por las pistas y aceras recibiendo la mirada de las personas extrañada y asustadas por él. Tarde o temprano llego a su antigua casa donde toco la puerta y el timbre con desesperación, golpeaba la puerta hasta el punto de patear esta gritando el nombre de ambos, volteaba de vez en cuando asegurándose de que no lo siguieran, estaba paranoico y alterado, si no entraba a esa casa corría completo peligro, así que continuó con los fuertes golpes y gritos.

Hasta que una chica salió de su casa para ver el ruido que provenía de afuera, solo para encontrarse con el rubio que aún suplicaba que le abrieran la puerta.

- Oye, idiota. -

Este volteo para encontrarse con una chica castaño oscuro en pillamada aún, algo molesta al parecer.

- ¿Puedes callarte? Ellos no van a volver hasta mañana. - comentó cruzada de brazos mientras los observaba amenazante.

El rubio se quedó atónito ante la respuesta de esta, más asustado que sorprendido.

- ¿A dónde fueron y cómo lo sabes? - pregunto en un tono nervioso mientras temblaba ligeramente.

- El alto me dejo a su gato y el otro dijo que estarán en noruega, luego de eso se puso a hablar en otro idioma. -

El rubio se quedó paralizado y se acercó a la acera para sentarse en esta melancólico, la chica rodó los ojos y entró a su hogar desinteresada por el rubio.

Se quedó sentado sin hacer nada esperando lo obvio, que lo encuentren, cosa que no tardo mucho, ya que el de cuencas llegó cinco minutos después directo a su antigua casa, era muy predecible donde estaría, así que fue fácil encontrarlo.

Llego caminando tranquilamente con una expresión fría y algo enojada pero se contenía lo suficiente para no gritar.

- Vámonos. - comento con seriedad mientras el rubio negaba con la cabeza aterrado.

Soltó un leve gruñido y con brusquedad lo tomo de la muñeca para arrastrarlo por la acera mientras el rubio se disculpaba entre murmullos e intentaba salir del fuerte agarre hacia su muñeca que se estaba enrojeciendo.

Una muchacha observaba por su ventana atenta ante la perturbadora situación que veía con sus ojos pero solo se limitó a cerrar las cortinas.

El rubio sentía su cuerpo temblar y las miradas de las otras personas por lo que se levantó y lo siguió sin rechistar para evitar que cualquiera llamara a la policía, más problemas era lo único que quería pero sentía el pánico y terror al pisar adentro de aquella casa donde el de cuencas no tuvo piedad, cerró la puerta de un portazo y volteo para ver al rubio que no podía disimular las lágrimas que soltaba.

- ¡Estoy harto de ti, imbecil! - se acercó para jalar de su cabello haciendo que este se retorciera y soltara chillidos de dolor. - Esto te hará reflexionar, maldito... - murmuro mientras lo tiraba del cabello hacia la cocina.

El rubio no paró de llorar y forcejear mientras este tiraba de su pelo, miedo era el único sentimiento que le invadía. El alcohólico había dado una advertencia, no tenía miedo en cumplirla.

Sostuvo al rubio y lo apoyó contra la mesa presionando con su cuerpo mientras lo acorralaba con sus dos manos impidiendo que se vaya, este no dejó de moverse pero sus intentos de safar, fracasaron.

Solo se quedó atónito mientras veía el cuchillo que sostenía el de cuencas, se podía notar lo filoso y peligroso que era en las manos de él, el shock duró unos segundos antes de que el rubio comience a moverse intentando liberarse, más no pudo.

- ¡Tom déjame por favor! - grito mientras no dejaba de llorar desesperadamente al igual que sus movimientos.

- ¿Enserio crees que me gusta salir del trabajo por tus estupideces? - con una mano libre sostuvo la muñeca del contrario apoyándola contra la mesa. - ¿Prefieres esto o tu lindo rostro? -

El rubio se quedó estático mientras temblaba al ver como el de cuencas separaba sus dedos abriendo su palma por completo y acercaba el cuchillo a esta.

- Tú hiciste que llegara a este extremo. - murmuró en su oído mientras él contrario apretaba los ojos fuertemente.

Hasta que se escuchó como el cuchillo golpeó contra la mesa dando un efectivo corte rebanandole un tercio del dedo índice y el medio, esto fue acompañado con un grito del rubio que gritaba asustado y adolorido.

- Si sigues así, será peor. - murmurro en su oído para luego depositar un suave beso en su mejilla y proceder a retirarse, dejando solo al rubio.

...

Aquella chica cerró las cortinas y corrió por su celular para buscar rápidamente un número y marcarlo "Edward .G" este no dudó en contestarle rápidamente.

- ¡Hola Jessica! ¿Pasó algo? - pregunto con serenidad en su voz.

- Eh... si. Afuera estuvo un chico golpeando y pateando tu puerta, estuvo un rato, pregunto por ustedes, salí y le dije que no estaban pero después de un rato otro vino y se lo llevo a la fuerza, ¿Sabes quién es? -

El castaño se quedó en silencio, sabia de que se trataba y estaba más asustado que preocupado.

- ¿Él chico era rubio? - pregunto nervioso esperando que sea un no.

- Si, el otro era castaño, se le veía bastante enojado. -

- No te preocupes Jessica, yo lo soluciono y gracias por avisarme. - comento para luego finalizar la llamada.

.•°☆°•.

Me imagino a Jessica viendo todo desde la ventana para luego decir "pero no le tome importancia."

Gracias por leer, muak muak<33

Violentometro [Mattom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora