Epílogo

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"Los dos chicos pararon el auto, el avellano sobresaltado volteo hacia la ventana, aquella casa estaba rodeada, por una patrulla de policías y muchos vecinos curiosos que murmuraban, el ambiente sombrío sobre todo, escuchaban las sirenas del ambulancia que se aproximaban a toda prisa, el corazón de ambos latía rápidamente, ¿Cómo lo habían permitido?

Bajaron del automóvil enseguida y corriendo se acercaron hasta la casa, más policías llegaban y uno de estos los detuvo a ambos parándose enfrente deteniendo su camino.

- ¡No pueden entrar, retirense por favor! - comento el oficial alzando la voz ante todo el disturbio.

- ¡No lo entiende, mis...! - se detuvo.

Dos policías salían de la casa, llevaban al castaño oscuro con las manos atrás de su espalda, con una mueca de indiferencia llevaba en su rostro manchas de sangre al igual que en su ropa que estaba empapada, seguido de eso bajaban dos enfermeros con una camilla que corrían adentro de la casa con prisa.

Ambos estaban atónitos, ¿Era un sueño? Lo parecía, era irreal. Su preocupación volvió de inmediato al presenciar toda la sangre, Edward con desespero esquivo al hombre y corrió adentro de la casa, el noruego no obtuvo la misma suerte ya que lograron detenerlo dejándolo gritando a todo pulmón nombrando a la infante que estaba adentro de la casa, el castaño entró y observó a los enfermeros cargando el cuerpo inerte del pecoso dentro de una bolsa negra dejándolo en la camilla..."

Un año después...

Ambos jóvenes iban en el coche, el noruego abrazando a la pequeña mientras iba de copiloto y el castaño de piloto manejando, más serio de lo normal.

- No quiero verlo. - murmuró el noruego al sentir como el castaño apartaba el coche y se sacaba el cinturón.

- Solo será un par de minutos, quédate aquí. - soltó un suspiro y abrió la puerta para salir.

El noruego le dio a la pequeña Reneh, el artista la sujetó y apoyó su cabeza en su hombro mientras acariciaba su cabello.

- ¿Estas seguro que no...? - pregunto con una sonrisa forzada y algo nerviosa mientras el contrario negaba firmemente y se acercaba para cerrar la puerta del coche.

Soltó un suspiro y comenzó a alejarse saco su móvil y reviso la hora para repetirse en voz baja "Será solo media hora, Edward." volteo a ver a la bebé como sonreía inocentemente, le recordaba tanto a él.

Entro a aquel edificio y se acercó a la señorita que estaba atrás de el escritorio.

- Hola, vengo por Thomas Ridgewell. - anunció con nerviosismo, estar en una prisión pone nervioso a cualquiera.

La joven le indicó el numero de una cabina y un oficial lo guió, sus piernas temblaban al sentarse, su mente le daba muchas vueltas mientras observaba como el castaño se iba acercando hasta él atrás de aquel vidrio.

Agarro el teléfono al mismo tiempo que el contrario, sus manos temblaban levemente mientras abrazaba a Reneh con la otra mano.

- Edd... hace tiempo que no te veo, ¿Qué te ánimo a venir? - comento el alcohólico con una sonrisa al otro lado de la línea.

Soltó un suspiro y se armó de valor para contestarle.

- Solo quería hablar una última vez... iré a Noruega con Tord y Reneh, no volveré. - hablo firmemente mientras el de cuencas fruncia el ceño con disgusto.

- ¿Y Tord...? - cambió de tema desinteresado.

- Se quedó afuera. - desvió la mirada mientras acariciaba el pelo de la pequeña.

- ¿No quiere verme, verdad? - preguntó algo desilusionado. - ¿Tú si?

- Quería despedirme y que vieras a Reneh una última vez. - pauso. - No lo entiendo...

- ¿Entender qué? - su expresión pasó a ser confundida mientras el castaño bajaba la mirada apenado.

- ¿Por qué lo hiciste? - sus ojos se humedecieron un poco haciendo que se los limpie con su manga. - Digo... Pensaba que todo estaba bien, ¿Qué cambió?

Se quedó pensando en silencio, no pudo pronunciar una sola palabra mientras se miraban fijamente porque no sabía cómo contestar.

- No lo sé, creo que nunca me gustó Matt. - soltó con tanta facilidad que hacía al castaño hervir su sangre. - ¿Recuerdas cuando me declaré? Te había escuchado en la cocina, no tengo idea por qué lo hice.

- ¿¡Cómo mierda puedes decirme eso!? - grito mientras las lágrimas pasaban por sus mejillas. - Solo tenías que dejarlo, ¿Qué sucede contigo?

Se limpiaba las lágrimas de impotencia mientras el contrario lo observaba en silencio con algo de culpa.

- ¿Crees que las cosas hubiesen sido diferente? - la pregunta captó su atención haciendo que levante la mirada con disgusto, le producía un sabor amargo la situación.

- ¿A qué te refieres? - respondio curioso por la sonrisa burlona del contrario.

- No lo sé... Tord en vez de Matt. -

La respuesta le ocasionó un nudo en la garganta, tal vez Tord se salvó de ese infierno pero le provoca náuseas tan solo pensarlo.

- Tord no lo hubiera permitido, no es idiota. - murmuró con algo de lástima.

- Claro. -

El silencio volvió a aparecer entre los dos, el artista desviaba la miraba, le daba asco verlo con esa sonrisa burlona, soltó un suspiro finalmente dispuesto a irse.

- Adiós Tom. - susurro pero se detuvo al escuchar al castaño.

- Perdón por todo. -

El castaño lo miro con desprecio y colgó el teléfono para marcharse a paso rápido, el contrario también colgó y se quedó quieto observando en silencio.

Llego a su coche con lágrimas en los ojos, mientras abrazaba a Reneh buscando consuelo, el noruego al verlo apartó la mirada de su celular y lo apagó para bajar del coche.

- Edd, ¿Estas bien? - recibio a la bebé para dejarla adentro del coche.

El castaño le respondió con un abrazo mientras lloraba en su hombro desconsolado, se quedaron en silencio abrazados mientras la pequeña esperaba adentro del coche.

- ¿Vamonos? - murmuró en su oído para sentir como el contrario asentía.

.•°☆°•.

¡Doy por terminada esta historia! Claro, falta corregir y revisar pero esta es la última parte... perdón, no actualice el 29 pero ya termine.

Nos veremos en otra historia.

Gracias por leer, muak muak<33

Violentometro [Mattom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora