Capítulo 12: Virgen

45 12 0
                                    

Menos de una semana después, había vaciado mi segunda botella de whisky. Entre lidiar con Krist pasando más y más tiempo con Ice, y que me pidiera que lo liberara de la apuesta para poder irse, mis labios tocaban la boca de la botella más de lo que mis cigarrillos lo hacían.

Ice arruinó la sorpresa de Krist el jueves en el almuerzo, así que tuve que luchar para moverlo al viernes por la noche en lugar del domingo. Estaba agradecido por la distracción, pero no fue suficiente. El jueves por la noche, Krist y New charlaban en el baño. El comportamiento de Krist combinaba con la forma que me miraba: apenas había hablado conmigo esa noche, ya que me negué a dejarlo fuera de la apuesta. Con la esperanza de suavizar las cosas, me metí en el baño.

—¿Quieres ir a cenar?

—Tay quiere visitar el nuevo lugar mexicano en el centro, si ustedes quieren ir —dijo New, ausente.

—Pensé que Kitty y yo podríamos ir solos esta noche.

—Voy a salir con Ice.

—¿Otra vez? —dije, sintiendo mi cara comprimirse en un ceño.

—Otra vez —dijo ligeramente.

El timbre sonó, y Krist salió del baño y se precipitó a Través de la sala para abrir la puerta principal. Lo seguí y me situé detrás de él, haciendo un espacio para darle a Ice mi mejor mirada de muerte.

—¿Alguna vez te ves menos que magnífico? —preguntó Ice.

—Basándome en la primera vez que vino aquí, tendré que decir que sí. —le dije sin expresión.

Krist levantó un dedo hacia Ice, y se volvió. Esperaba que regresara bruscamente mi comentario, pero estaba sonriendo. Echó los brazos alrededor de mi cuello y me apretó. Al principio me tensé, pensando que trataba de golpearme, pero una vez que reconocí que me abrazaba, me relajé, y luego tiré de él hacia mí. Se apartó y sonrió.

—Gracias por organizar mi fiesta de cumpleaños —dijo, con aprecio genuino en su voz. —¿Puedo tomar un vale para la cena?

Tenía una calidez en sus ojos en la cual me perdí, pero sobre todo me sorprendió que después de no hablar conmigo toda la tarde y la noche, estuviera en mis brazos.

—¿Mañana? —Me abrazó de nuevo.

—Absolutamente. —Se despidió mientras tomaba la mano de Ice y cerró la puerta detrás de él. Me di la vuelta y froté la parte trasera de mi cuello.

—Necesito... necesito...

—¿Un trago?—preguntó Tawan, había un tono de preocupación en su voz. Miró hacia a la cocina. —No tenemos mucho, sólo cerveza.

—Entonces, creo que haré un viaje a la tienda de licores.

—Voy a ir con ustedes —dijo New, saltando para agarrar su abrigo.

—¿Por qué no manejas? —le dijo Tay, lanzándole las llaves. New miró a la colección de metales en la mano

—¿Estás seguro? —Tay suspiró.

—No creo que Singto deba conducir. En cualquier lugar... si me entiendes. —New asintió con entusiasmo.

—Lo tengo. —Me agarró la mano. —Vamos, Sing. Te ayudaremos.

Empecé a seguirlo a la puerta, pero se detuvo bruscamente, girando sobre sus talones.

—¡Pero! Tienes que prometerme algo. No pelees esta noche. Ahogar tus penas, sí. —dijo, tomando mi barbilla y obligándome a asentir. —Borracho, no. —Otra vez me hizo asentir. Me aparté, agitando la mano. —¿Lo prometes? —Levantó una ceja.

Caminando junto a ti [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora