Capítulo 25: Posesión

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Él va a estar allí.

Aparecer sería un error.

Sería difícil.

Él va a estar allí.

¿Qué pasa si alguien le pide bailar?

¿Y si conoce a su futuro esposo y estoy ahí para presenciarlo?

No quiere verme.

Podría emborracharme y hacerlo enfadar.

Podría emborracharse y hacerme enfadar.

No debería ir.

Tenía que ir. Él estaría allí.

Hice una lista mental de los pros y los contras de ir a la fiesta de San Valentín, pero siempre regresaba a la misma conclusión: tenía que ver a Krist, y ahí era donde él iba a estar.

Tay se preparaba en su cuarto, apenas me hablaba desde que él y New habían regresado nuevamente. En parte debido a que permanecieron encerrados en su habitación para recuperar el tiempo perdido, y todavía me culpaba por las cinco semanas que habían pasado separados.

New no perdió ningún momento para hacerme saber que me odiaba hasta las entrañas, sobre todo después de que la última vez le había roto el corazón a Krist. Había hablado con Krist cuando había abandonado su cita con Ice para venir conmigo a la pelea. Por supuesto que lo quería allí, pero cometí el error de admitir que era también principalmente porque quería demostrar que aún era mío. Quería saber que Ice no tenía control sobre él. Krist sentía que había tomado ventajas de sus sentimientos hacia mí, y tenía razón.

Todas esas cosas fueron suficientes como para hacerme sentir culpable, pero el hecho de que Krist hubiera sido atacado en el lugar donde lo había llevado hacía que se me hiciera casi imposible mirarlo a los ojos. Nuestro cercano encuentro con la ley, sumado a todo esto, me hacía sentir como un gran pedazo de mierda.

A pesar de mis constantes disculpas, New pasó sus días en el apartamento disparando sucias miradas en mi dirección, haciendo injustificados comentarios de mierda. Incluso después de todo eso, me alegré de que Tay y New se hubieran reconciliado. Si New nunca hubiera regresado con él, Tay nunca me lo hubiera perdonado.

—Me voy —dijo Tay. Entró en mi habitación, donde estaba sentado en bóxer, aún en conflicto sobre qué hacer—. Recogeré a Newwie en su dormitorio.

Asentí una vez. —¿Krist todavía irá?

—Sí. Con Namtan.

Logré una media sonrisa. —¿Eso debería hacer que me sienta mejor?

Tay se encogió de hombros. —Lo haría. —Miró alrededor, a mis paredes y asintió—. Pusiste las fotos de nuevo.

Miré a mí alrededor, asintiendo otra vez. —No lo sé. No se sentía bien tenerlas sólo encerradas en un cajón.

—Supongo que te veré más tarde.

—Oye, ¿Tawan?

—¿Sí? —dijo, sin voltearse.

—Realmente lo siento, primo.

Tay suspiró. —Lo sé.

En el segundo que se fue, entré en la cocina para servirme un último trago de whisky. El líquido ambarino permaneció en el vaso, esperando a ofrecer consuelo.

Lo lancé en mi garganta y cerré los ojos, pensando en hacer un viaje a la tienda de licores. Pero no había suficiente whisky en el universo para ayudarme a tomar una decisión.

Caminando junto a ti [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora