Marinette es la CEO de Miraculous, la casa de modas que diseña lencería fina. Está casada con el cantante compositor Luka Couffaine, con quien tiene una hija que está incursionando en la industria de la música.
La talentosa diseñadora jamás supero...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Despierto asustada, tomando grandes bocanadas de aire. Me sobrecoge la extraña sensación de estar sumergida en el agua, como si estuviera a punto de ahogarme. Mi corazón bombea a toda prisa.
Apartó mi mano en cuanto entró en contacto con una superficie áspera y húmeda. No es agua.
¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?
Intentó levantarme, pero hay algo enredado en mis piernas ¿¡Que sucede!? Estoy a nada de entrar en pánico, la penumbra no me deja ver lo que pasa y dónde me encuentro.
No te alteres, todo está bien. No hay voces, ni Plagg o Tikki.
Mis nervios se sosiegan de a poco. La tenue luz que entra por las cortinas me permite reconocer algunos objetos a mi alrededor. Lo primero que hago es liberar mis piernas que, estan enredadas con la sabana.
Me caí de la cama... estoy en una habitación ¿Cómo paso?
Me levanté con dificultad, tenía el cuerpo entumido por la mala postura. Localicé la lampara volcada en la comoda y la enciendo.
¿¡Que rayos pasó!?
La jarra de agua con los bocadillos estan tirados en la alfombra
—¿¡Qué hice!? —. Acomodo unos mechones de mi cabello por lo turbada que me encuentro con este escenario.
—¿Marinette? —. Tocan a la puerta—¿Has despertado ya?
—Si, estoy despierta—. Recojo la jarra y la charola para levantar la comida. Estoy desorientada con la situación.
—Permiso—Marlene abre la puerta y se sobresalta—¿Qué ha pasado?
—Me caí de la cama—respondo, con el más convincente tono desinteresado—Saldré a cenar en unos minutos.
—¿Cenar? Querrás decir desayunar. Son las cinco de la mañana—Ella levanta las sábanas y las coloca en el cesto de ropa sucia. La observó sin poder creer lo que dice—Vine a despertarte para cenar ayer; dijiste que estabas muy agotada, que te dejara dormir.
¿Cuándo le dije eso? No recuerdo haber despertado.
—¿Marinette?
—Si, estaba agotada—respondo, repasando los eventos de ayer, pero al llegar a la parte de entrar a la casa...olvidé lo que paso—tengo tanta hambre que no me fije en la hora—. Voy al closet por una toalla, tragándome la angustia de esta incertidumbre—Iré a bañarme, bajaré pronto a desayunar.
—Como digas. Le pediré a Ondine que suba a limpiar lo que falta.
Le agradezco y me encierro en el baño. Por más que lo intentó conectar las ideas, no hay más que vacíos en mi mente.
Es de día, Marlene dijo que desperté y no recu... ¡La cena con Adrien! ¡Lo dejé plantado!
Con tanto en mente, esa es la menor de mis preocupaciones. ¿Cuál fue el detonante? ¿Un brote psicótico? ¿Volverá a ocurrir?
