Marinette es la CEO de Miraculous, la casa de modas que diseña lencería fina. Está casada con el cantante compositor Luka Couffaine, con quien tiene una hija que está incursionando en la industria de la música.
La talentosa diseñadora jamás supero...
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Alya hizo uso de toda su fortaleza, para no quebrarse al ver a su sobrina conectada a innumerables maquinas, monitoreando sus signos vitales. Se cuestionó, cómo aquella jovencita intrépida y desafiante, se encontraba reducida en un coma.
—Suzette, quién te hizo esto, va a pagarlo muy caro.
Zoé y Penny le pusieron al tanto de la situación: Las acusaciones contra Jagged y, el que la presidenta del club de fans fue testigo de las artimañas del veterano y no dijo nada en su momento. Convirtiéndola ahora, en la testigo clave para acusar a Jagged de tal atrocidad.
—Tu madre no puede velar por ti en estos momentos. Yo cuidaré de ti, hasta que ella mejore—Palmeó el hombro de Suzette—Cuando despiertes, las dos la regañaremos, por no tomar sus medicinas ¿Te parece?
El sonido de los medidores conectados a la menor fue la única respuesta que Alya obtuvo.
—Es una promesa, Zarzamora—Alzó el menique, tocando la mano inmóvil de ella. Alya no pudo soportarlo más, comenzó a llorar, frustrada al no poder hacer algo para remediar la situación de su sobrina.
—Disculpe, el tiempo de visita a terminado—avisó la enfermera encargada del cuidado de Suzette—Señora Césaire, el neurólogo Walker, quiere hablar con usted; sobre el estado de la paciente.
—Gracias, enseguida voy—Limpió sus lágrimas—Zarzamora, después de esto, tendrás que comer muchas legumbres—Bromeo, más para darse animos ante tan difícil situación.
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Alya leyó y firmó los papeles del hospital, relacionados al ingreso y tratamiento de Suzette, para los próximos días. El neurólogo le explicó los motivos para inducir el coma a la menor y que, conforme transcurrieran los días, le harían llegar un reporte de la evolución del estado de su sobrina.
Horas después, llamó a Sabine y Adrien en una videollamada, para ponerlos al tanto de lo ocurrido. Ellos eran parte de la red de apoyo de Marinette, si ocurrían cambios en el estado actual de ella, podrían ponerla al corriente de lo que estaba pasando con su hija,
Al terminar la videollamada, Alya procedió a tramitar un permiso especial, con la ayuda del abogado Jones; esto para poder visitar a Luka. También desembolsó dinero de la cuenta de Marinette, para hacer un depósito al economato del Metropolitan Dettention Center in Brooklyn, dónde Luka estaba detenido.
La periodista no tuvo un minuto de descanso desde su llegada. Llamó a su jefa explicando el motivo de su viaje y que aprovecharía su estadía, para ampliar la investigación que estaba realizando, a modo de compensación por los días de ausencia.
Finalmente pudo descansar un momento, en la habitación de un hotel, cercano al NewYork–Presbyterian Hospital. El jet lag terminó por doblegara y se tomó unas horas para dormir.
