Marinette es la CEO de Miraculous, la casa de modas que diseña lencería fina. Está casada con el cantante compositor Luka Couffaine, con quien tiene una hija que está incursionando en la industria de la música.
La talentosa diseñadora jamás supero...
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Nota: Es un capitulo muy extenso, lean con tranquilidad y notaran los hilos conectar con eventos pasados. ♥
Al entrar a la oficina de la señora Tsuguri, me encontré a Marinette de pie y con los brazos cruzados. En cuanto nuestras miradas se cruzaron, su actitud relajada paso a cabreada. En otras circunstancias le hubiera devuelto el gesto, sin embargo, mi mente tenía muy presente lo dicho por la rubia.
¿Esa mujer conoce a mi padre? Resaltó mi parecido con él...pero según mi madre, mis similitudes con él eran con su aspecto joven. Por más que pensaba en el asunto, más me comía la cabeza el comentario de esa rubia.
"Las ventajas de ser la jefa"
—Me evitaré preguntarte en dónde estabas y porque no contestabas tú teléfono. Peor aún, porque te marchaste sin avisar a nadie.
—No me fui a escondidas. Le dije a Damien lo que tenía que hacer ¡No sé qué hace aquí!
—Ese asunto que encargaste. —La señora Tsuguri rodeo su escritorio para encarar a Marinette. Su glacial actitud intimidaba—Lo están resolviendo Bernardette y Manon ¿No preguntaste por los avances del día de ayer? Debo suponer que no, porque estarías enterada de las asignaciones de tú asistente.
—Las sabría si él—Me señala con desagrado—me hubiera explicado las cosas en el momento. ¿No es así Damien? —cuestionó con ojos bien abiertos.
Marinette está a la defensiva, bastante irritada. En cambio, la señora Tsuguri sigue inalterable.
—Es increíble. A pesar de los avances que ambos tuvieron el día del desfile, estén actualmente tan descoordinados. No existe un minimo de dinamismo de equipo.
En esta discusión, me mantenía al margen. Soy consciente de lo que paso entre Marinette y yo horas antes. Ella presionó para que revelará el video y ahora hace lo posible por no mencionarlo. Sus gestos y actitud reflejan lo cabreada que está por discutir con la señora Tsugurí, aun así, no cita lo sucedido.
—¡Damien! —Pegué un brinco por el fuerte llamado de la señora Tsuguri, que negaba con su mano frotando su cien—Ten la decencia de estar presente por completo en esta reunion.
—La-lamento mi distracción, estaba repasando mis pendientes—mentí, al verla molesta, no me convenía que las cosas se torcieran a favor de Marinette—¿Decía usted?
—¿Le entregaste los papeles que urgen corregir a Marinette?
—Él no me dio nada—rebatió. La señora Tsuguri le dio una mirada de advertencia. Marinette alzó las manos al aire con fastidió, después palmeó sus caderas y nos dio la espalda.
—Cómo le expliqué antes; Marinette no me dio tiempo de informarle. —Me reprendí por mi bocotá. Estaba llamando mentirosa a una furiosa jefa. Para mi buena fortuna, ella no contrataco.
