Lies Meine Seele (Lee mi Alma)

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Presiono el timbre y espero a ser atendido

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Presiono el timbre y espero a ser atendido. Los nervios y las ansias hacen que mi pie repiquetee contra la acera.

Buenas tardes, su nombre y razón de su visita.

—Soy Adrien Agreste, vengo a ver a mi hijo, Damien Agreste Kozlov.

La voz mecanizada no responde, dispuesto a no ceder iba a presionar el timbre de nuevo, cuando las puertas de la mansión se abren de par en par.

Pase por favor, Adrien Agreste.

Camino con tranquilidad, aunque mis adentros no estén en igual condición. Ver a Damien, luego de tanto me embarga de un sentimiento melancólico de arrepentimiento. Le grité y no le desee nada bueno en su viaje.

Fui un fiasco como padre con él, no se merece ese trato de mi parte.

Mis pensamientos cambian, al reconocer aspectos de la mansión que se mantienen en la entrada, el aura de la casa me pesa. Pasaron tantas cosas aquí, algunas buenas, otras malas y traumáticas.

—Bienvenido, Adrien Agreste. Pase por aquí por favor—. La empleada aparece por el jardín trasero y me indica que la siga.—. Esperé un momento por favor, pronto le atenderán—. No me permite ir más allá del lobby de la mansión

La empleada se marcha por la puerta que da al área de servicio. Aguardo un tiempo prolongado, jugueteando con el largo de mi corbata por los nervios.

¿Cómo estará mi hijo? ¿Es más alto que la última vez que lo vi? ¿Cómo le ira en sus estudios y en el trabajo?

Si aún no ha regresado, pediré hablar con Nathalie, ella me puede informar a mayor detalle que cuando conversamos por tele...

—Es verdad que estas de regreso.

Planto cara al ver a mi padre aparecer por la puerta. Su rostro marcado por el tiempo, no le hace perder esa faceta arrogante. Avanza asistido por un bastón negro, me barre con mirada de desaprobación.

—Vine a ver a mi hijo.

—Damien no se encuentra en casa. Si no se te ofrece otra cosa, márchate por donde has venido.

Un incómodo silencio nos envuelve. No le doy el gusto de verme ofendido o herido, de él no me sorprende nada. Nos sostenemos la mirada con frialdad. Su mandíbula tiembla.

Quiero enfrentarlo, desahogarme por completo por todo lo que me hizo pasar por su egoísmo y prepotencia.

¿Qué ganaría con eso? Nunca le afecto el daño que sus artimañas provocaron en su propio hijo.

Descuida, no tengo otro interés ajeno a mi hijo.

Me giro para dar marcha a la salida. Él no intenta frenarme y no me sorprende. En todos estos años, me he referido a él como "padre", más por la costumbre; porque hace mucho dejamos de ser familia.

Sehnsucht Nach Dir // Collab con Teufel Mawe 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora