03

63 11 2
                                    

Tercer capítulo: the rutyna von stets?

10 de septiembre
1:00 pm

La rutina podría seguir siendo la misma, nada cambiaba a lo qué pasó el primer día en aquella base, siempre era lo mismo. Parecía algún bucle sin final.
Los padres de ellos no habían vuelto, ya incluso los daban por muertos a pesar de no saberlo con certeza. Los dos querían salir de aquel lugar y ver con sus propios ojos lo que ocurría, poder ver cuánto han avanzado las tropas enemigas, o intentar hacer algo.

Parecía que aquel día sería como cualquier otro, nada cambiaria, la misma rutina, los mismos diálogos y todo igual, aunque no sería así aquel día.

Cómo era costumbre, Polonia estaba en la camilla, los dolores aumentaban con el paso de días y ser una niña empeoraba la situación, constantemente tomaba agua y dormía la mayor parte del tiempo, algunas veces hablaba con su hermano, el cuál normalmente estaba sentado en una pequeña silla cerca a la puerta.

Todo era "normal"

Nada interesante ocurría, lo único que sabían o conocían de la invasión, fue lo que escucharon el primer día por una radio que estaba cerca a ellos al momento de llegar a la base. Los alemanes podrían estar ganando y podrían estar cerca a su escondite y ellos no lo sabrían. Aunque en el caso del pelirrojo, prefería pensar que era todo lo contrario y que de hecho estaban superando a aquel ejército tan fuerte y entrenado de los Alemanes.

Pero la rubia sabía que eso nunca ocurriría, después de todo, los dolor nunca desaparecieron o dejaron de ser tan intensos.

1:30

Ambos chicos se sorprendieron al escuchar que tocaron la puerta, era extraño, uno de los pocos soldados que estaba hay, abrió la puerta con cuidado sosteniendo un arma en caso de emergencia, gran fue la sorpresa cuando todos los de aquella base pudieron observar a una mujer rubia, que tenía uniforme militar y dos hermosas alas, aunque una estaba gravemente lastimada.

-¡Matka!- sale corriendo- ¡no sabes cuanto te extrañe! ¿Donde estabas? ¿Donde está Ojciec? ¿Estas bien?-

El pelirrojo fue el primero en recibir a la recién llegada, con algunas lágrimas en sus ojos, Polonia fue la segunda en hacerlo, aunque al parecer la mujer no estaba muy feliz de regresar.

-niños, nos tenemos que ir ¡ahora!-

Los dos pequeños quedaron confundidos ante las palabras de su progenitora, era extraño, normalmente nunca alzaba la voz y mucho menos estando enojada, algo ocurría, pero no era algo pequeño, era algo grande, probablemente peligroso lo cual afectaría la integridad del país y la gente.

-Matka...¿que sucede?-tomando su mochila- ¿estamos perdiendo?

La menor preguntaba con inocencia, apenas y habían pasado 10 días desde la invasión ¿tan rápido estaba escrita su derrota?

Los soldados de aquella base salieron por una puerta trasera, tenían sus armas cargadas y por lo poco que vio la pequeña parecían correr hacia un rumbo determinado pero que para ella era desconocido.

-¡no, no estamos perdiendo! ¡Y te prohíbo asimilar aquello, la derrota ocurrirá cuando nuestras alas sean quemadas por el infierno y su última pluma sea para un tintero!

El enojo que poseía la rubia era gigantesco, aquellas palabras lograron asustar a la menor y dar escalofríos al de ojos azules.

Los tres chicos salieron de aquella base, la madre tomó en brazos al chico y extendió sus alas, las cuales estaban heridas, sucias y cubiertas de sangre, no solo la batalla la afecta, también la lástiman aquellos mismos dolores que experimenta Polonia.

Nuestra historia~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora