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Quinceavo capítulo: Familie, nowi ludzie

08 de noviembre 1939
Berlín, Alemania

Era un salón grande, el piso de madera y habían algunas luces y un gran espejo.

Polska estaba emocionada de estar hay, alguna vez le dijo al Alemán que le gustaba bailar y él consiguió un salón para que pudiera bailar "realmente es detallista" pensó la polaca, encantada de saber todo lo que Alemania era capaz de hacer.

–Książę Niemcy, esto es increíble...es maravilloso– exclamó Polska feliz y agradecida– no debería de hacer esto por mi–

El alemán le sonrió a Polska, para luego reír suavemente.

–no tiene porque agradecer– se acerca a Polonia y acomoda su cabello– eres alguien cercana a mi, puedes tomarlo como un regalo de cumpleaños–

La polaca sonrió y rascó su cuello, se sentía feliz al saber que lo podía considerar "un regalo" casi nunca recibía regalos, solo recibió pocos en toda su vida, la mayoría por parte de amigos y amigas de sus padre.

–es de las pocas veces que recibo un regalo, gracias Książę Niemcy–

El azabache miró confundido a Polska "¿pocas veces?" Pensó Alemania, no se quedaría con la duda, por lo que interrogaría a la rubia.

–¿a que se refiere con pocas veces?– preguntó el alemán, la rubia lo miró y luego apartó su mirada–

–bueno, e recibido pocos regalos, la mayoría por parte de mis tutores– Polonia suspiro y se miró al espejo de enfrente– mi familia no tiene la tradición de regalar cosas, es realmente triste, cada cumpleaños o celebración esperaba aunque sea algo...pero no me daban nada, solo me felicitaban y actuaban como un día normal–

El de ojos bicolor pareció entender las cosas, podía entender el porqué se veía tan feliz cada que él le daba algo por más pequeño que sea.

–es triste oírlo...– se volvió un silencio incómodo–

"Entonces me aseguraré de darle algo cada día especial" se dijo el alemán para sí mismo, siempre le habían dicho que los cumpleaños se deben celebrar, tal vez este año no pudieron celebrar el suyo o el de sus hermanas como se tenía planeado, pero tenían la intención de hacerlo ¿la intención es lo que cuenta no?

El silencio se volvía aún más pesado, la polaca habló para que el ambiente ya no fuera tan tenso.

–¿sabe bailar?–

El menor miró a la mayor y negó con la cabeza, ella entonces extendió su mano.

–Prinzessin Polen no hay músicos–

¿Bailar sin musica? Era extraño para el menor, era como pintar sin lienzo, estudiar sin libros, pensar sin cabeza. No tenía ánimos tampoco para bailar, nunca lo había hecho, probablemente Polen se reiría de él.

–eso no importa, tarareamos una canción, yo le enseñaré– Polska se veía animada, por otro lado el heredero seguía pensando en cómo decir que no sin llegar a herirla– no se tiene que preocupar si me pisa, es parte del proceso–

Alemania veía que Polonia insistía demasiado, suspiró rendido y le dio la mano.

Sería una nueva experiencia, agotadora y tal vez desesperante.

14 de junio 1940
Paris, Francia

¡Paris a caído!

Una mujer rubia se veía agotada, herida, su mirada transmitía un odio profundo, estaba en el suelo, tenía un uniforme militar gastado y traía varios vendajes.

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