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Octavo capítulo: nur dzieci

17 de septiembre
9:00 pm

El camino era largo y más aún para las dos pequeñas, un adulto fácilmente sabría cómo sobrevivir sin mucho esfuerzo, en caso de las niñas era diferente, en especial para la húngara.

Ellas dos decidieron dormir cerca a un río, recostaron sus cabezas en unas rocas, era incómodo, pero ninguna de las dos se quejó, ambas ya tenían que comprender, que durante el camino hacia la capital, habrán noches en las que estarán cómodas, como otras en las que su estadía no sería la mejor.

La pequeña seguía preocupada por su amiga, Polonia tenía su cara aún más roja, su espalda dolía, le costaba mantenerse de pie, parecía tener una fiebre alta, Irenke solo se preguntaba ¿cómo se enfermó? No encontraba respuesta, estaba bien ayer ¿que pasó?

Aunque la mayor insistía que estaba bien, durante todo el día supo que su amiga estaba preocupada y aquel estado no a cambiado, un poco incómoda intento buscar un tema de conversación.

-Veo que te gustan las flores-

La húngara que miraba al cielo nocturno,volteó a ver a la rubia, la cual había hecho una afirmación, ella sonrió un poco para después contestar.

-si, me encantan ¿como lo sabes? Nunca lo había dicho-

La polaca satisfecha de saber que la menor ya no se encontraba tan preocupada después de la pregunta, respondió.

-tienes una collar con una flor de las nieves, son una flores muy bonitas-

-a mi madre le encanta la flor de las nieves, ella me regalo este collar antes de emigrar-

Irenke suspiro un poco al recordar cómo se alejó de sus seres queridos, aquellas memorias la lograban atormentar.

-mañana mi madre cumple años...a ella le encantaría recibir un ramo de flor de las nieves, desearía poder al menos verla y...hablarle, desearle un feliz cumpleaños-

Polonia sintió un poco aquella tristeza que expresaba la niña, no sabía que decir, sus palabras eran inexistentes, quería animarla o ayudarla a sentir mejor ¿pero cómo?

-realmente quieres a tu madre ¿no?-

-así es, recuerdo que cada noche ella nos leía historia o contaba anécdotas de ella, eran muy divertidas, cada noche me sentía acompañada, era agradable y cálido a pesar del frío-

La húngara ahora lo que sentía era nostalgia o melancolía ¿quien no lo sentiría? Soltaba algunas risas, parecía que su mente ahora estaba distraída, la polaca logró el objetivo de hacer que olvidara la preocupación, pero ahora no sabía cómo sentirse.

-suspira- ¿como era tu madre Anna?

La polaca se sorprendió por la pregunta, creía que la conversación duraría hasta hay, al parecer se equivoco.

-mi madre...ella es increíble, siempre da lo mejor de ella y lucha por lo que cree, quiere lo mejor para mi y nunca nos a lastimado-

-perdón si te incomodo ¿pero donde está ella?

La de ojos verdes pensó un poco su respuesta, miro al cielo unos segundos y luego respondió.

-No lo sé-

Irenke no hablo, ambas estaban en la misma situación, no sabían dónde estaban aquellas mujeres que las criaron.

-Deberíamos ir a dormir Irenke, es tarde y mañana debemos continuar-

-tienes razón, buenas noches Anna-

-buenas noches Irenke-

15 de agosto 1939

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