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Decimotercer capítulo: przystosować się

27 de marzo 1937
Varsovia, Polonia

Una pequeña lloraba silenciosamente en el salón, su padre la miraba decepcionado, su hermano, sostenía la espada en su mano derecha y miraba triste a la rubia.

–¿no sientes vergüenza? Eres la heredera ¡no una simple niña!–

El mayor suspiro bajo y se acercó a la niña para mirarla aún más de cerca. La pequeña se sentía agobiada.

–¡No tienes que estar llorando por esas tonterías!–

Grito el mayor, haciendo que la niña solo intentara limpiar su cara con más fuerza, el otro niño que estaba en la habitación intentó acercarse a su hermana, pero el hombre más alto lo detuvo y con solo mirarlo hizo que retrocediera.

–tienes ocho años pero actúas como una de cinco, podría asegurar que hasta tu hermano es mejor que tú–

La polaca alzó su mirada al escuchar lo último ¿mejor? Ella era la elegida ¿cómo se atreve a decir eso? El pelirrojo volteo a mirar a su padre en desaprobación, no se podía imaginar siendo el que gobierne un país.

La rubia secó su lágrimas y retomó su postura, mirando desesperada a su padre, tal vez el no era quien decidía cuál de ellos era el heredero, pero si era quien podía interferir para decidirlo. Tal vez a simple vista, Polska, es la heredera, pero en la familia polaca, se tiene que demostrar que no solo son elegidos por los rasgos físicos. Y si la de ojos verdes no lo demuestra, tal vez no sea la indicada.

–Ojciec, retómenos el entrenamiento–

Murmuró el pelirrojo, para desviar el tema de conversación, su padre solo camino hacia la puerta y salió de la habitación, su hija estallo en lágrimas, su hermano en vez de consolarla, dejó la espada en el suelo y salió del lugar.

La razón de las lágrimas, fue por diferentes motivos; uno de ellos fue que Polska, se hizo toda una herida en el brazo por error; además que su hermano, en el entrenamiento la golpeó varias veces; no bastaba, su padre la a estado regañando toda la mañana, la a humillado, tratado mal; no era el mejor día.

Estresada, ella cayó en el piso, miró su brazo, del cual brotaba sangre, le dolía demasiado, su ropa estaba manchada de aquel líquido carmesí y su estado de ánimo era el peor, se sentía horrible, no era capaz de demostrar porque ella era la heredera. Que inútil.

05 de octubre 1939
Roma, Italia

La familia italiana, era ciertamente un complique.

El hombre de la casa, el Reino de Italia, era alguien con quien no te gustaría hablar.
Su esposa, una humana. El fascista solo estaba con ella por que necesitaba un heredero.

Y finalmente, Camila e Italia, eran mellizos, Camila no fue planeada, el reino de Italia solo quería un hijo, pero por desgracia tuvo dos.

–y eso fue lo qué pasó, padre, nada interesante–

La relación de ellos dos era cercana, Italia siempre fue el hijo preferido de su padre, tratado con privilegios, estaba malcriado, pero al reino no le importaba, solo quería un digno heredero, uno que pudiera controlar el país cuando el muriera, no importaba cómo actuara.

–creí que sería algo mejor...pero no importa– dijo el Reino de Italia– recuerden que mañana vendrá nuestro aliado Alemán, deben de estar listos antes de las ocho para recibirlo–

La visita de Third Reich era algo que para el momento sólo el Reino italiano sabía, su familia desconocía aquello.

Camila sonrió plenamente, podrá ver a su amigo otra vez, su madre quien pudo ver su expresión, ladeó su cabeza y habló.

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