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Capítulo XXV: kolejna filiżanka kawy

Narra Polonia:

La vida aveces puede tomar giros inesperados y eso fue algo que aprendí con el paso de los años.

Después de la Segunda Guerra Mundial, mi vida dio un giro de noventa grados, en los que perdí todo, o al menos la mayoría.

Pero ese pequeño giro, no lo niego, era necesario.
Lo ideales que tenía, mis opiniones y pensamientos, son algo que como representante y mitad humana no debí tener.

Mi hermano, el ahora representante del territorio es prueba de ello. Nuestra relación a decaído, el me odia, si fuera por el, me dejaría abandonada en la profundidad del bosque.

Pero no lo hace ¿porque? La Unión Soviética se lo prohíbe, sigo sin entender porque, ese tuerto cada día es más confuso y poco confiable.

Ahora debo convivir con los hijos y estudiantes de ese viejo. Mi hermano se volvió un estudiante de ese hombre, Oriental, Hungría y muchos más, también son sus estudiantes.

Un verdadero dolor de cabeza.

Aquella chica, Oriental, solo me da una mala vibra, ella planea algo, lo sé.

Pero no se lo digo a nadie, en este lugar no hay en quien confiar, todos son personas que se dejan llevar por sus intereses propios.

Mi "tío" Lituania, ya no vive conmigo, se fue de la casa, es como si hubiera desaparecido, no he tenido noticias de él desde hace ya varios meses.
Sus amigos, no tienen intención de hablar conmigo, Letonia prefiere mantener la distancia y Estonia está muy ocupada como para salir de su oficina y hablar conmigo.

Hace unos años, Deutschland, se convirtió en un representante oficial a la par de que su hermana también lo hizo.
En mil novecientos cuarenta y ocho ambos se presentaron ante el pueblo, tuve aquel honor de ver y oír el discurso de ambos, lo admito, se parecían demasiado, ambos tenían un gran don de oradores al igual que Third Reich. Pero a pesar de parecerse demasiado, ellos dos tenían ideas distintas, mientras uno de ellos era capitalista y demostraba su deseo de volver a unir el territorio. La otra era comunista y se esforzaba por eliminar todo rastro de su familia, como si quisiera crear una nueva entidad, totalmente ajena a la de occidental.

A pesar de todo, fue apenas este año en el que fueron reconocidos oficialmente.
En mil novecientos cuarenta y nueve.

Recuerdo ver a Oriental contenta y llorando de la felicidad, muchos la felicitaron, yo decidí mantenerme ajena y viajar hasta el lado occidental.

No tengo porque felicitarla a ella.

Independientemente de lo qué pasó, lo único que recuerdo de ese día, es llegar a la casa de Alemania. No recuerdo como inicio, pero tuvimos una pequeña pelea, yo simplemente me desbordé y me quejé de todo, desde lo qué pasó antes de conocernos hasta el lavado de cerebro que sufrí, Alemania se veía enojado.
Pero al final, el me pidió disculpas, es extraño pensar que eso pasó.
El se arrodilló y me pidió entre súplicas y lágrimas que lo perdonara, nunca imagine que Alemania pediría disculpas alguna vez, él es el ser más inhumano que he conocido y verlo así, solo me hacía cuestionarme todo.

Ese día fue todo un caos.

Pero así era la vida ¿no?

Seguí visitando a Alemania a escondidas, una vez cada seis meses, cada visita era más extraña que la anterior.

Así pasaron casi diez años, ya era mil novecientos cincuenta y siete.
Y las cosas sólo iban de mal en peor.
Hace unos años inició la "guerra fría" siendo sincera parece más una competencia por ver quien logra ser el mejor y tener más estados títeres alrededor del globo.

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