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Capítulo XVIII: uczucia und Gedanken

16 de diciembre 1941
Múnich, Alemania
Narrador omnisciente

Un ambiente tranquilo y acogedor, "Croacia" como la llamaban leía un libro al lado de Alemania quien molesto tenía sus ojos cerrados y se negaba a hablar.

–no seas infantil Książę Niemcy– dijo Polonia intentando convencer al Alemán de hablar– ¿porque no hablas con ella?–

Polska intentaba que el ambiente no fuera tan tenso, no le agradaba Croacia, pero reconocía que es la prometida de Alemania.

El lugar permaneció en silencio, la rubia se molestó al ver que el alemán no le contestaba ¿la ignoró? Si, la ignoro completamente.
Era el segundo encuentro de ellos dos, en el primero ni siquiera se miraron y eso es algo que los padres de Alemania no querían que pasara, por lo que le encargaron a Polonia que sea el puente para que ellos dos se puedan conocer.
La de ojos verdes no quería aceptar, pero Ocupación aliada, le prometió que si lograba que ellos dos se hablaran, podría visitar su antiguo territorio.

Polska no había estado en su territorio hace dos o más años y siendo sinceros, quería volver y ver que había pasado, sentía una gran curiosidad de saber si las cosas cambiaron demasiado. Por lo que aceptó sin dudar.

Croacia, cabello castaño, ojos azules, estatura alta, la habilidad de detectar mentiras, se cree que es una humana que fue convertida en un país, a cambio está condenada a no sentir amor.

–señorita Croacia– llamó la rubia– ¿porque no jugamos un rato los tres? Tal vez encontremos gustos en común–

De nuevo, no había respuesta y la de ojos verdes se estaba quedando sin paciencia.

–¿porque no comemos un helado? ¿O salimos a algún lugar? Sería divertido–

Alemania negó con su cabeza y le dio una seña a Polska para que permaneciera en silencio, Croacia en cambio cerró el libro con fuerza, se había enojado después de tanta insistencia.

–¿podrías callarte un minuto? ¡Eres tan insoportable!– grito Croacia– ¿porque no te largas de una vez? ¡¿Porque no vas a un campo de concentración y te mueres de una vez?!–

A Polonia ese comentario la tomó por sorpresa, sabía que su gente y los judios estaban muriendo en esos lugares, eso no era secreto y se lamentaba saber que no podía hacer nada para detenerlo.

–retráctate–

Dijo el alemán quien se levantó de su asiento y fue a abrazar a Polonia quien parecía que iba a llorar.

–¡No!– grito Croacia– ella no debería estar aquí...ella debería estar muriéndose con su familia–

Fue la gota final, la rubia comenzó a llorar, pequeñas lágrimas cayeron de sus cachetes y en silencio solo apartó la mirada "ella no debería estar aquí" eran las palabras que se repetían en su cabeza.

–¿cómo te atreves?– preguntó Alemania acercándose a la mujer– vete de una vez, antes que me arrepienta–

La de ojos azules de mala gana salió por la puerta, el niño suspiro cansado y fue a consolar a la polaca, quien seguía llorando en silencio.

–Prinzessin Polen, disculpe la actitud de Croacia...no llore, no haga caso a lo que dice, los dos sabemos que es mentira...mi querida princesa, eres importante para mi...mucho más de lo que crees–

Polonia miró con sus ojos aguados al Alemán quien limpió las lágrimas y abrazó con más fuerza a la rubia, quien aceptó el abrazo y reposó su cabeza en el hombro de Alemania.

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