El aroma de las mentiras

12 •Perdón•

"—¿Por qué tengo que ir? —pregunto suavemente, mamá tira de mi cabello con fuerza y desliza el peine con tanto descuido, que no estoy segura si lo hace apropósito o de verdad no se da cuenta que va a dejarme sin un solo cabello. Yo en cambio, peino a mi barbie con mucha delicadeza, a ella también le duele y no puedo ser mala. Adri entra a mi habitación, se sienta sobre el mueble, a mamá no le gusta eso, pero esta vez no le dice nada y él se me queda observando. Mamá no ha respondido mi pregunta, no quiero ir, ya vi morir a papá aquí, no quiero más y siento que en mi interior que ya agote todo mi recurso de lágrimas."

Respiro profundamente, termino de deslizar el peine por mi cabello húmedo y no tengo tiempo para secarlo, solo debo dejarlo así y el viento se encargará del resto. El funeral fue en su hogar, pero no me aparecí, lo último que quiero es un recuerdo de mi abuela muerta en un cajón y mucho menos la energía (palabras de Jacobo), de mi familia, llorando y recordando vivencias con la abuela. Me quedé en soledad por unas largas horas, hice muchas cosas...

Una de ellas, enterré la taza favorita de mi padre, que también está muerto y se siento bien, el amaba esa taza.

—¿Estás lista? —mi madre aparece por detrás, asiento, tomo mi cartera y la deslizo por mi hombro. Sigo los pasos lentos de mi madre, le ayudo a bajar la escalera y cuando llegamos al final, Jacobo toma de su mano. Les sigo el paso a ambos, Brooke sigue sentada en el sillón de la casa esperando mi regreso y hundida en la tecnología de su celular. Eleva la mirada de la misma forma que su cuerpo y se acerca para enredar sus manos en mi brazo.

—Nos llevara Adeline —susurra en mi hombro, asiento.

—Sigan ustedes, Adeline nos llevara —mamá se gira a verme, como si de mi boca salieran puras mentiras y luego mira a Brooke, esperando una acción positiva, mi amiga asiente, y mi madre deja de mirar. Espero a que ambos se alejen para girarme hacia mi amiga. —¿Qué se supone que fue eso? —pregunto confundida —¿todo lo que digo son mentiras? —eleva sus hombros

—Bueno...

—Cierra la boca, Brooke

—¿Cuándo les dirás la verdad? —trago saliva, mis ojos avellana se funden con su verde y quiero atreverse el cráneo con la mirada. Deja de verme, entiende que no quiero hablar de ellos y no es el momento, nunca será el momento. Mejor dejar todo enterrado y así nos evitamos un millón de situaciones catastróficas. Adeline aparece, le sigo el paso, tironeando del cuerpo de mi amiga y ambas nos encaminamos hacia el rojo brillante.

Una vez subidas al auto, las advertencias llegan como una felicitación de cumpleaños.

—Emma, voy a pedirte por favor que no te acerques a María —frunzo mi ceño —sabes como se pone mamá y... no quiero que tenga uno de esos episodios —asiento —tampoco quiero que te alejes de nosotros, ni un segundo

—Bien, soy una mascota —Brooke suelta una carcajada y Adeline no parece divertida, le da una mirada de desaprobación y mi amiga intenta contenerse.

—Hablo en serio, Emma, es un velorio y si no puedes tomártelo como tal...

—Ya, ya —elevo mi mano para que se calle —vamos, entendí, no abalanzarme sobre María y no alejarme, bien —me da una mirada de esas que pretenden ser comprensible, pero lo único que noto en su rostro es una mueca de desagrado.

Pasamiento del subconsciente "Abalánzate sobre ella"

El resto del camino lo mantenemos en silencio, mi hermana está muy concentrada en el manejo, pero cada tanto, le da una mirada a Brooke por el retrovisor, es extraño. No estoy segura de si mi amiga le corresponde a las miradas, pero se me hace bastante extraño ese contacto y... me distraigo, ha ingresado al predio de las muertes. Como era de esperarse en el mismo cementerio que mi padre y mi abuelo.