Mi madre, Margaret Forniet, no parece ser una mujer a la que acaban de informar que perdió un niño y no minimizo lo que siente, es más bien un sentimiento tratando de entender porque no está mal como otras madres cuando pierden un embarazo, sé que es difícil, debe serlo, pero está como si nada hubiera pasado y Jacobo igual. ¿Realmente querían ser padres? ¿o fue algo que se les escapo?
De igual forma, al otro día de pasar un procedimiento tan doloroso como un raspaje, se levantó de la cama, y me obligo a que le dijera al doctor que firmara su alta, y yo no podía negarme, me siento un poco culpable por lo que paso. Ella no ha tocado si quiera el tema, me ha estado preguntando de otras cosas, pero cuando yo intentaba preguntar cómo se encontraba ella... simplemente cambiaba de conversación. Tampoco quiero atorarla en preguntas, hacerla sentir incomoda o si quiera elevar su tensión arterial.
Por eso hoy, no me he quedado en casa, me he llegado hacia la universidad en transporte público y no le he dicho a nadie, no se han dado cuenta que me he levantado temprano. Siento que les molesto mucho ya con solo decir "¿pueden llevarme?"
Hoy tenía sesión en el grupo, y no voy a ir, no porque no quiera, si no que la charla dura bastante y no voy a llegar con los tiempos, a nadie le hará mal que me saltee eso. Después de todo falta solo una semana para que la Dra. Colorado aparezca en mi vida y regrese a revolotear de nuevo con sus pastillas, las actividades, las cartas, los dibujos y etc.
He pensado en dejarlo también.
—Buenos días, la charla es el auditorio —la secretaria me informa con total paciencia, asiento y le agradezco, pero ¿dónde queda el auditorio?
No es una universidad tan grande, estoy confiada que podré encontrarlo sin ayuda de nadie, los pasillos no son ni anchos ni estrechos, hay bastante lugar como para que tres personas juntas pasen, pero es un laberinto. Hay puertas cada dos metros.
En un momento me encontré en el exterior, en lo que parecía ser un intento de campus, pero sé que aquí no le dicen de esa forma, patio trasero, zoom al aire libre, no lo sé. A unos cuantos metros más tengo lo que busco, el auditorio.
Que no es tan grande como en las fotos de internet, es algo más bien pequeño, sin un buen mantenimiento y sin una sola ventana, ahí dentro debe ser una mezcla de sensaciones. Las puertas están abiertas, no espero mucho y me adentro, ya hay bastante gente dentro y unos cuantos profesores, creo yo, en el escenario, esperando a que la gente se acomode.
No hay tantas personas tampoco, este lugar puede albergar un millón de seres humanos, pero solo somos unos treinta, creo que yo soy la ultima dado que cierran la puerta y comienzan a charlar.
No voy a ponerme a señalar todos lo puntos que fueron tocados en ese lugar, solo voy a decir que las clases comienzan en un mes, un poco atrasado y que me parece una completa estupidez tener que seguir estudiando. ¿No puedo buscar un trabajo y ya? ¿No puedo ser la puta portera de ese lugar?
Se que tengo que intentarlo, ser mejor y volver a la vida, ha sido muy difícil todo esto para mí, pero tengo que admitir que... desde que he llegado solo he tenido perdidas, malas noticias y un dolor de cabeza constante al pensar que mi futuro ahora esta en las manos de mi abuela muerta.
¿Y si vendo mi parte a mi tía?
Eso sería decepcionar de nuevo a la mujer que confía en mi... ¡Dios santo Emma!
Tienes que haces algo bien una vez en tu vida. E
La charla termina tan rápido como comenzó, observo algunas caras desconocidas y me salgo del auditorio que parece querer comerme viva, busco con pesadez mis pasos, relamo mis labios y me sujeto a la realidad. ¿Dónde se tomará el autobús en este lugar?
ESTÁS LEYENDO
El aroma de las mentiras
Romance🌻Emma Blacket esta viva, mucho más de lo que estaba antes y quiere hacer lo posible para cambiar... para cambiar el recuerdo que tienen las personas de ella, la imagen distorsionada y perdida que se ha ganado debido a su ultimo acto. Por el cual s...