18 •Dia de playa•

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—¿Esto es la playa la Belleville? ¿La mejoraron? —Brooke asiente, se coloca sus jafas de sol y se encamina hacia un pequeño puesto donde alquilan reposeras.

—Si hubieras venido en las vacaciones pasadas conmigo, sabrías que renovaron todo, el intendente de la ciudad quería que crezca el turismo y es por eso que ahora es difícil llegar al agua. —observo todo, demasiada gente y muchos niños, el agua está tan lejos, capaz solo llego a tomar el sol. —Fede, ¿puedes darme tres reposeras? —el muchacho asiente. Un moreno de un metro ochenta, musculoso y un collar de conchas, todo un prototipo de alguna novela de Wattpad.

Adeline se acerca a tomar las sillas, le ayudo con dos y Brooke va adelantada observando la arena, tratando de buscar algún hueco entre la gente. Señala una parte del predio y le seguimos.

Acomodamos las silletas en la arena, el calor está fatal, se siente tan fuerte que la sombrilla no será suficiente para cubrirnos de los rayos UV.

—Voy por cervezas, ¿alguna es especial, Emma? —niego, Brooke me mira y espera a que mi hermana se aleje de nosotras.

—¿Vas a beber?

—Ya bebi la otra noche, solo es una cerveza, no me hará nada y la Dra. Sabe que bebí

—¿Y que te dice?

—Espera que sea moderado y que no me sobrepase, no va a pasar Brooke, de verdad —asiente con un poco de desconfianza, igual ya he bebido en eventos anteriores, no tengo un problema con el alcohol, no estoy en esas condiciones, sé controlarme... antes... antes era diferentes, no existía el control. Se recuesta sobre la silleta, la sombrilla le cubre la mayor parte del cuerpo, pero sus pies van a sufrir el dolor del sol más tarde. Copio su acción, pero no quiero que mis pies duelan más tarde así que me encargo de que queden protegidos. No voy a mojarme, no necesito del agua, solo del aire y del calor del sol. ¿Qué estará haciendo María hoy?

Adeline aparece, deja encima de mis piernas una lata a Brooke le da otra y toma asiento en la reposera del medio.

—Esto se siente bien, lejos de los gritos de mamá, de la falsa espiritualidad de Jacobo y...

—¿Falsa espiritualidad? —pregunto mirándole

—Bueno la ciencia...

—¡Va! cierra la boca Adeline —la calla de inmediato Brooke —que tu no puedas entenderlo, no significa que sea falso.

—Bueno, es que la ciencia... —la interrumpe de nuevo

—No me interesa lo que diga la ciencia, también estudio medicina y no ando por la vida diciendo, "bueno, es que la ciencia" —imita su voz, suelto una carcajada y abro la lata para luego darle un sorbo, ambas me miran, pero las ignoro, son esa clase de miradas que nunca han desaparecido.

Ella retoman su conversación, dejo de escucharlas cuando decido ponerme los auriculares, dejar la lata de cerveza de lado y cerrar mis ojos, esperando dormirme y despertarme con los rayos de la luna en mi cuerpo.

Pero me despierta una pregunta, abro los ojos de nuevo y cuando miro hacia mi alrededor ya no están, intento enfocar la vista a la lejanía para saber si están en el agua, pero ya no las veo, deben estar nadando. Siento como mi vejiga me pide a gritos ir al baño, me levanto de la reposera y me quito los auriculares. Me detengo a preguntarle a alguien donde están los baños, ya no es como la playa de Belleville que conocí antes, todo ha sido cambiado, incluso el lugar de los baños y ¿alquilar reposeras? Eso antes no existía, cada uno tenia que traerse la silleta de su hogar, lo siguen haciendo, dudo que ese pequeño kiosco tenga todo. Me detengo en la fila, tengo dos personas adelante, una señora con una niña y una joven. Me toma unos 5 minutos poder ingresar a un cubículo, están limpio por lo menos y no han sido vandalizados. Subo mi vestido, bajo mi ropa interior y me siento vaciar, el sonido de mi descarga hace eco entre las paredes, me intimida. Escucho que abren la puerta del lado y luego susurros, por la abertura de abajo noto dos pares de zapatillas.

El aroma de las mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora