16 •Lo prometo•

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Algo muy lindo y entretenido de la mañana es tener que tomar mi pastilla para gente depresiva y loca, es un pena; un día quisiera saltarme esto, pero ya tengo amenazas de la Dra. Colorado. No puedo intervenir en sus ordenes especificas de que mantenga todo en el orden. Me ha mandando un mensaje expresando su alegría, pero me ha dejado un mensaje de "Lunes 20 de febrero a las 10.15 conectada" no falta mucho para eso, dos semanas, mientras tanto, debo por fuerza mayor, o sea mi abuela muerta, indagar en la educación y saber que universidades imparten algo parecido... ¿pero que podría estudiar? Nunca me vi en un círculo así.

—Emma —mi madre ingresa a mi habitación, su abdomen está demasiado pronunciado a punto de estallar en cualquier momento y hacer un hecatombe de pañales, biberones y llantos; será algo digno de vivir. Le miro a los ojos esperando a que hable. —Con Jacobo nos vamos al supermercado, ¿quieres venir? —niego

—Quedé con Brooke para tomar desayunar —mentí

—Está bien, ¿Cómo te está yendo con el abogado? —reposa su cuerpo en la pared del armario.

—Bien, no entiendo mucho, pero de seguro va bien

—Y... ¿María? —sostenemos una mirada profunda, es un momento tenso donde yo no quiero contestar y cuando una pregunta de ese interés aparecer se vuelve un poco tenso todo, en cámara lenta y me sostiene la mirada con más profundidad, sabe que la estoy viendo; sabe cosas, es mamá. Me vuelco sobre mi pi propio silencio no hay nada que yo pueda decir para contestar a eso. —No quiero que la veas —la firmeza que con la que lo dice es insistente —sé que la sigues viendo y que no puedo alejarte de ese destino gracias a tu abuela, pero si puedo decirle que no es buena persona.

—¿Por qué? —caigo en su trampa.

—No es buena y cuando te enteres lo que ha hecho, entenderás porque no quiero que la veas, no es para ti, una mujer como ellas no se merece tu amor, Emma. —aprietos los labios, no por María, si no por el tipo de mujer que debería ser para mí, ¿Quién diablos elije eso? No quiero estar con nadie, estoy bien como estoy y tampoco es como si fuera a ponerme de novia con María, solo estamos coincidiendo. ¿Y que es eso que tan malo me ha hecho?

—¿Y que ha hecho? Dímelo tu —insisto

—No puedo, no me corresponde. —deja de verme y se gira para salir de la habitación, le afecta más de lo que pensaba la situación y el odio que alberga en su corazón se ha sentido cuando pronuncio con tanta dureza las palabras "no me corresponde"

Todo miente, ocultan cosas.

¿Qué pasa con Adeline y Brooke? ¿Qué pasa con Adri? ¿De que tengo que perdonarlo? ¿Qué es eso tan grave que ha hecho María?

—Mamá —se gira —el otro día cuando llegaba del abogado, Adri salió con un niño, ¿Quién es? —suspira y cierra los ojos.

—Laureano, tu sobrino.

—¿Tiene un hijo? —pregunto

—¡Margaret! ¿Dónde estás? —la voz de Jacobo la obliga a dejar de verme, lleva su mano a su abdomen para sentir al niño que lleva dentro y cierra los ojos un momento.

—¡Voy! —el azul de su mirada se clava por unos segundos en mi rostro

—¿Cómo es que nadie me ha dicho? —pregunto —¿Por qué Adri no me lo ha presentado? Es mi sobrino, es su hijo y nuestra relación no tiene porque afectar en mi vinculo con el niño

—A nadie de aquí le correspondía decirte, solo a el y... —suspira —disfruta tu desayuno con Brooke.

Le observo marcharse, busco en mi escritorio el número de teléfono de mi psiquiatra, sé que no va a verlo, pero necesito que quede grabado en algún lado lo que me he enterado, Adri papá y yo tía, mi madre abuela. Estoy más dolida porque no me lo han contado que sorprendida, es un dolor en el pecho y se siente muy similar a cuando alguien te traiciona y el vinculo se rompe para siempre.

El aroma de las mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora