6. Compañía no deseada

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No tardaron en ser interceptadas por las personas que las estaban buscando.

-Tinnya - los padres de la niña se acercaron a ella y se fundieron en un abrazo. Si Ishana no hubiese estado conmocionada, se hubiese extrañado por ese gesto.

Sintió una mano sobre el brazo y tuvo una reacción exagerada. Cuando sus ojos se cruzaron con los de Hazel, sintió cómo su fortaleza caía pesadamente.

-¿Estás bien? - en la mirada del joven vio verdadera preocupación y sin poder evitar que sus ojos se llenasen de lágrimas, negó con la cabeza.

- Ya está - Hazel la abrazó por los hombros y la acercó a su pecho. Ishana no pudo evitarlo y dejó que su vulnerabilidad saliese a flote - Nos vamos a casa.

Su marido le acarició la cabeza, temeroso por el estado de su esposa, a la que nunca había visto así.

Al día siguiente hubo una reunión de emergencia. La guardia había reunido a las dos testigos y a las personas que las encontraron para verificar los testimonios e intentar aclarar los hechos. Una vez tuviesen la historia bien redactada, se reunirían con los Sumos.

Ni qué decir que Ishana no cerró los ojos esa noche.

-¿Dices que Joan te siguió a la calle, pero tú intentaste huir?

Tinnya apretó la mandíbula.

-Huir no es la palabra más acertada. Quise volver al interior del edificio porque las calles oscuras no son seguras para una joven.

Ishana estaba demasiado preocupada como para molestarse. Era obvio que todos allí sabían cómo era Joan y que cualquier intento de huida estaría altamente justificado. Pero siempre buscarían la manera de desviar la culpa, pues no querían ponerse contra el nieto de uno de los Sumos.

-Y, ¿qué pasó entonces? - continuó el hombre.

- Joan y su amigo me cogieron de los brazos y me arrastraron por la calle principal. Les dije que no era lo más adecuado - intentaba buscar las palabras adecuadas - pero hicieron oídos sordos. En un momento me caí al suelo y me dañé el tobillo. Les pedí que se detuviesen, pero me arrastraron por el suelo.

>> En ese punto no pude evitar pedir ayuda - se inclinó hacia los hombres en señal de respeto - por favor, entiendan. Realmente me estaban haciendo daño.

Fue el propio padre de Tinnya quién la incitó a seguir. La presencia de un hombre en la sala hacía que las cosas se controlasen de cierta manera. Ishana agradeció que Hazel también estuviese allí, pues si solo hubiese habido mujeres, aquellos guardias habrían hecho lo que les viniese en gana.

- Me arrastraron hacia un callejón oscuro, y allí Joan me golpeó la cara para que no siguiese pidiendo ayuda - Ishana levantó la mirada, sorprendida, y solo entonces fue consciente del hematoma que tenía su amiga en el rostro.

Sintió cómo la furia recorría su cuerpo y uno de sus pies comenzó a moverse de manera inconsciente.

-Pero no fueron conscientes de que alguien me escuchó y vino en mi ayuda - en ese punto, solo ellas y su familia sabían que un Berserio había estado involucrado .

-Continua - Ishana se apresuró entonces a interceder, para no meter a su amiga en un aprieto.

-Mis respetos - soltó, recibiendo permiso de los hombres - yo llegué en ese momento y presencié lo ocurrido. Vi a Tinnya tirada en el suelo, conmocionada.  Joan y el otro joven estaban peleando contra un Berserio.

Los guardias abrieron los ojos con sorpresa y se miraron entre ellos.

-¿Un Berserio dices?

-¿Cómo estás tan segura?

IshanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora