8. Una relación desgastada

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-¿¡Por qué has ido a verla!?

Hazel había enloquecido de rabia e Ishana temió que los vecinos pudiesen escuchar la conversación.

-Solo quería saber - se defendió.

-¡No hay nada que debas de saber! - a pesar de gritar, no se movía con la violencia característica de otros hombres.

-Pues eso no es lo que he escuchado, Hazel. Parece ser que había muchas cosas que debía de saber. ¿Quieres hablar de dónde duermes cuando no estás en casa?

Él se quedó en shock unos instantes; suficiente para saber que Mela no le había contado toda la conversación. Dejó que sus ojos se llenasen de lágrimas.

-Sospechaba que algo pasaba, pero nunca imaginé que pudieses traicionarme de esa manera - Hazel aún seguía enfadado.

-Aunque tu cabeza imagine cosas, nunca pensé que fueses lo suficientemente osada cómo para ir a su casa a acusarla de cosas que no son.

-¿Acusarla? - se sorprendió - fue ella la que me confesó vuestra relación. Cómo le haces regalos y pasáis todos sus cumpleaños juntos. ¡También me señaló los días que no dormiste en casa y te fuiste con ella! - la cara de Hazel pareció palidecer - ¡Me dijo que te divorciarías de mí antes de su próxima ceremonia de Unión!

-¡Eso no es cierto! - se enfadó - Yo no dije tal cosa.

-¿Y puedes probarlo? - Ishana jugaba una carta arriesgada - ¿Puedes jurarme que todo lo que me ha dicho es falso? ¿Que no tienes una relación de ese tipo con ella?

Hazel apretó los puños.

-Está claro que ha mentido - se defendió - es por esa misma razón que deberías evitarla y no ir en su busca.

"Mentiroso" pensó.

-Me haces daño. He sido fiel a ti durante los cinco años que llevamos casados. ¿Acaso alguna vez te traicioné? ¿Me porté mal contigo?

Él desvío la mirada.

-Hablaré con Mela - evitando responder, se dio la vuelta y se fue.

Ishana se secó las lágrimas y su gesto cambió.

"No os saldréis con la vuestra" pensó con rabia, tirando el cojín con fuerza sobre la cama.

Solo por tener otras opciones, Ishana comenzó a interesarse por las relaciones de los demás. Igual que su relación estaba en un momento delicado, debía de haber muchas en la misma situación. ¿Y si algún matrimonio estaba por divorciarse? Tal vez podría unirse a otro hombre...

Descartó la idea un par de semanas después, cuando los candidatos no los consideró viables: Un anciano que solo se casaba con chicas jóvenes, las usaba y después las acusaba de cualquier tontería.

Un hombre que había matado a su mujer de una paliza.

Un hombre que había se había divorciado de su mujer, pero se arrepentía y estaba tratando de unirse de nuevo.

El tiempo que Hazel se iba de casa se había reducido, por lo que dedujo que había discutido con Mela. A pesar de ello, sentía su frialdad y distanciamiento como cuchillas afiladas que rasgaban su piel.

Tinnya fue a buscarla un día para ir a pasear. Ambas se pusieron unos vestidos ligeros que las protegían del calor y cubrían todo lo que debían de cubrir.

-Quisiera presentarte a alguien - dijo Tinnya.

Ishana la miró con el ceño fruncido.

-¿De quién se trata?

-Es un pariente lejano de mi marido. He estado investigando y preguntando, al parecer tiene problemas con su esposa y está barajando el divorcio. Tiene veinticuatro años, una edad perfecta para ti.

Ishana lo sopesó.

-¿Cuál es su historia?

-Lo desconozco. Pero por conocerle y charlar con él, no perdemos nada - ambas coincidieron.

Ishana había estado barajando aquella opción a espaldas de su marido, aunque todavía no lo tenía muy claro. Tenía la esperanza de que Hazel mantuviese su palabra y no sacrificarse su matrimonio por su amante.

Cuando llegaron al lugar, Ishana no se mostró muy sorprendida. Un chico normal y corriente que a simple vista no tenía nada especial. Ni para bien ni para mal.

Comenzaron una conversación educada acerca de sus parientes en común, que derivó a los intereses particulares de cada uno y acabó con Tinnya haciendo un comentario a los rumores de su divorcio.

-No es nada seguro - comentó el chico sin mucho interés - nuestra relación ya está desgastada.

-¿Desgastada? - preguntó Ishana.

-Ajá. Nunca nos hemos llevado bien pero últimamente no nos toleramos apenas - se rascó un poco la cabeza - la cosa es que para divorciarme debo de dar una excusa razonable, e inventar una es algo tedioso.

-¿Quiere divorciarse porque no tolera a su esposa? - Ishana no podía creerselo.

-Así es. Debéis de tratar bien a vuestros esposos, o podrían divorciase de vosotras.

-No creo que mi esposo quiera divorciarse de mí solo porque nos llevamos mal - respondió Ishana - No sabiendo que eso podría llevarme directa a una muerte aterradora.

- Así es - le acompañó Tinnya - mi esposo no dormiría por las noches con ese peso en su conciencia.

- Solo un enfermo mental podría vivir tranquilo tras haberle hecho eso a su mujer.

Tinnya asintió. Ambas se percataron del cambio de actitud del joven y decidieron que era hora de irse. Allí ya no tenían nada que hacer.

Ishana sabía que buscar a un hombre que quisiese divorciarse, traía implícito que otra mujer estaría sufriendo al otro lado, y eso no le gustaba nada. Saber que alguien podría morir solo porque un idiota se había aburrido, le ponía enferma; ni que hablar de pensar en casarse con ese idiota.

Cuando llegó a casa, Hazel la estaba esperando.

-¿Dónde has estado? - le habló de malas maneras, algo que ella no se esperaba.

-¿Qué te ocurre? - preguntó quitándose el calzado.

-¿No vas a responder? - estaba atacándola y no sabía por qué.

-He ido con Tinnya y su familiar a pasear - Hazel apretó la mandíbula y se acercó a ella.

-¿Te atreves a mentirme?

Ishana abrió los ojos con sorpresa, pero se molestó al momento.

-No sé qué narices te pasa por la cabeza, Hazel, pero no se te ocurra acusarme de mentir - Consiguió una distancia básica entre los dos - He estado con Tinnya y un familiar de su marido, charlando. Antes de eso, solamente he estado paseando con mi amiga. Si tienes algo que quieras decirme, solo hazlo.

-Has estado con otro hombre. A solas. Y con un comportamiento totalmente impropio.

Ishana soltó una risotada.

-¿Estás loco? ¿Has bebido? ¿De dónde has sacado esa idea tan absurda? - Ishana no podía creerse lo que escuchaba, ni tampoco podía imaginarse de donde había sacado su marido aquella información tan errónea.

- Mela te vio.

"Lo que faltaba"

-¿Y vas a creerla? - se sorprendió.

-No tiene razones para mentirme.

-¡¿Y yo sí?! - estaba realmente molesta - Sabes que ya ha mentido antes ¿y aún así te atreves a acusarme basándote simplemente en su palabra?

Hazel se quedó en silencio.

-Pues preguntarle a Tinnya si lo deseas. Puedes incluso visitar a su familiar, ¿Quieres que te diga dónde vive? - bajó el tono de voz pero no cedió ante la pose intimidante de su marido - antes de acusarme, asegúrate de tener pruebas y de conocer bien a las personas a las que escuchas.

Totalmente molesta se fue a la habitación. No pensaba prepararle la cena esa noche.

IshanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora