24. Pelayo

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Cuando Ishana se despertó, su marido ya no estaba en la tienda. Recordó con felicidad cómo la había consentido la noche anterior, masajeando sus pies y piernas cansados. Había estado tan agotada que cuando se tumbó en el jergón, no tardó ni cinco minutos en dormirse.

El Convoy ya se estaba poniendo en marcha de nuevo, solo quedaban las tiendas de los generales. Ishana había ido a buscar algo de comer y en esos momentos se encontraba caminando hacia el carruaje donde viajaría con sus dos nuevas amigas.
Ya desde lejos pudo apreciar sus faldas cortas y repletas de capas. Sí bien no llevaban vestidos largos como era común en Valho, tampoco llevaban pantalones. Ishana dedujo que las mujeres Berserias que no fuesen guerreras, tendrían sus propios códigos de vestimenta. Tomó nota de ello.

Sin darse cuenta, Athos apareció frente a ella.

-¿Ocurre algo? - preguntó al estar a su altura.

El hombre negó con la cabeza y señaló hacia el caballo que traía cogido en su mano derecha.

-Es para ti - señaló.

-¿Para mí? - observó el gran animal. Ancho de cuerpo, castaño y con una mancha blanca en la frente. Tenía unas piernas grandes y llenas de pelo y una gran crin ondulada de color negro.

-¿No lo quieres? - Ishana levantó un poco las manos, con disculpa.

-No, no es eso - se apresuró a corregir - es que yo no sé montar a caballo.

-No importa, yo te enseñaré. He pensado que preferirías alternar el tiempo en carruaje con cabalgar - Ishana miró a las espaldas del hombre y, a pesar de estar lejos, pudo ver cómo las dos mujeres hablaban entre ellas y señalaban en su dirección.

>>También tienes que saber que regalar un caballo a otra persona tiene un significado concreto - aquello llamó más aun la atención de Ishana.

-¿Qué significado?

-Lealtad y entrega absoluta - dijo con una seriedad para nada propia de aquel tipo de confesión.

-Ah - Pocas veces habían conseguido dejar a Ishana sin habla. Y aquella había sido una de ellas - Pues... Gracias.

Con muchas dudas, se acercó al caballo. Tenía una mirada profunda y una personalidad muy tranquila. Dejó que Ishana le acariciase la frente sin moverse.

-¿Tiene nombre?

-Pelayo - respondió Athos sin soltar la cuerda.

Dejó que Ishana le acariciase un buen rato y después carraspeó.

>>Tendrás que soportar la mañana en el carruaje. Tengo que encontrar unas prendas apropiadas para que puedas montar a caballo - miró a Ishana y esta se dio cuenta de que tenía puesto un vestido, lo que dificultaría la actividad.

Le sonrió de vuelta.

-Puedo soportar unas pocas horas en ese carro - A pesar de estar sonriendo, Athos la miró profundamente.

-¿Estás segura de que irás bien? - su seriedad le hizo comprender a Ishana que Athos no le estaba preguntando solamente por el hecho de ir en el carruaje; sino por su compañía.

-Estaré perfectamente - asintió - Confía en mí. Nos veremos a la hora de la comida. A ti también, Pelayo.

Athos no pudo evitar reírse al ver cómo su mujer se despedía tan efusivamente de su nuevo compañero equino. Sin previo aviso, la cogió por la cintura y le dio un casto beso en los labios, dejándola aturdida y avergonzada.

Cuando Athos se alejó de ella, enfocó su mirada de nuevo en las dos mujeres, preparándose para una nueva contienda.

-Veo que tu marido te echa mucho de menos - comentó la más joven, Dora, sonriente - habéis dormido juntos y ya está buscándote de nuevo, parece mi hijo cuando tenía cuatro años.

Aquello debía de ser una especie de broma. Pero la gracia para ellas, por supuesto.

-No opino lo mismo - respondió Ishana con educación - Más que un hijo, ¿No debería recordarte al romance con tu marido? - miró al cielo con aire ensoñador - Esa etapa en la que estáis perdidamente enamorados y no podéis estar el uno sin el otro, buscandoos a cada momento. ¿O tal vez no habéis pasado por ello?

La cara de "perro" de Dora fue interrumpida por la señora más mayor, quien en un aire apaciguador, instó a las dos mujeres a entrar al carruaje.

-Veo que te ha mostrado un caballo - comentó. Aquella mujer tenía un aire extraño que a Ishana no terminaba de encajarle.

-Es un regalo - afirmó con seguridad. Ambas mujeres estaban un poco sorprendidas ante las contestaciones tan contundentes que Ishana les dirigía. El día anterior se había mostrado tímida al hablar y sumisa.

-¿Un regalo? - repitió - ¿Por qué habría de darte un regalo? ¿Será que tu cuerpo no lleva bien el viaje en carruaje?

Ishana puso cara de inocente.

-Tenía entendido que regalar un caballo era símbolo de lealtad y entrega absoluta. ¿Será que he escuchado mal? - ellas se miraron entre sí. Estaban a punto de negarlo, pero Ishana se adelantó - No importa. Mi marido vendrá a la hora de la comida, seguro que me lo explica de nuevo. Probablemente el viaje me haya confundido un poco.

Ellas sonrieron con incomodidad.

-No, es así - afirmaron las dos - tu marido tiene razón. Debe de quererte mucho para regalarte un caballo.

Ishana nunca había vivido uno de esos romances apasionados de los que hablaban los libros, pero sabía que ellas tampoco. Eso no existía en un mundo donde casarte era una vía de escape a una muerte horripilante.

Dora y Niva disminuyeron los ataques encubiertos hacia Ishana, cosa que la joven agradeció.

A medio día, tal como Athos había prometido, apareció con su caballo Pelayo para darle a Ishana su primera lección de equitación.

El gran animal avanzaba entre el tumulto sin apenas sorprenderse. Los ruidos de los hierros no conseguían inmutarle. Las dos mujeres miraron con desprecio a Ishana cuando esta se dio la vuelta para recibir a su marido.

Athos cogió la mano de la joven y le dio un beso en el dorso, haciendo que todos los que pasaban cerca, les mirasen de refilón. Ishana cogió aire y se dispuso a seguir las órdenes del hombre para conseguir subirse a Pelayo sin sufrir un accidente.

Lo que ella no sabía era que alguien estaba conspirando en su contra. Y que el plan ya se había puesto en marcha.

Pelayo existe, es un caballo real. Es castaño, con el pelo negro, grande, fuerte y con una personalidad Zen. Se pueden encontrar fotos de él en el Instagram: Sin riendas y a lo loco. Espero que os guste tanto como a mí 😍

IshanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora