-Ishana, no deberías de haber traído la comida - Hazel se recompuso y se acercó a ella - aún estás recuperándote.
Ishana asintió con la cabeza en señal de sumisión.
-Lo siento, tan solo quería asegurarme de que estabas bien nutrido - Hazel entrecerró los ojos, sin fiarse del todo.
-Tienes una buena esposa, Hazel - señaló Hendrick.
-Sí - él no dejó de mirarla - demasiado buena. Ishana, puedo llevarte libros de la biblioteca sobre los Berserios. No es conveniente que andes mucho tiempo por fuera o podrías enfermar.
Le tocó con la mano la cabeza y se fue hacia la comida. Ishana suspiró.
-Tienes razón - respondió decaída - he sido algo inconsciente.
Talu observaba la escena con detenimiento, analizando las reacciones de cada uno.
-No seas necio - agregó Hendrick, sorprendiendo a todos - encerrada en casa si que va a ponerse enferma. ¿No ves lo pálida que está?
Ishana sonrió para sus adentros.
-Tiene que salir y tomar aire fresco - continuó el hombre fornido - déjala que venga y te traiga la comida, ¿no ves que es lo que ella quiere?
-Señor Hendrick, es usted muy perspicaz - sonrió tímidamente Ishana - pero me temo que ni diciéndoselo directamente, mi marido acepte. Se preocupa demasiado por mí como para dejarme venir todos los días a traerle la comida.
Hazel suspiró.
-Está bien - cedió al momento, consciente de que Ishana tenía más terreno ganado - pero me traerás la comida y te irás.
Ella sonrió, feliz, y asintió con la cabeza.
-Gracias, esposo.
Así, con una pequeña victoria a sus espaldas, comenzó a llevarle la comida día tras día. A base de ir, calculando las horas, descubrió cuándo su marido se trasladaba a la forja para hablar con los herreros. Y ese era el momento exacto en el que ella llegaba, por lo que tenía una media hora de espera en la que caminaba por el taller y hacía preguntas a Talu, quien cambiaba de materia dependiendo de si Hendrick estaba o no presente.
Talu era un hombre inteligente y comprendió enseguida cómo funcionaban las cosas allí. No tenía ningún problema en seguir el juego de Ishana.-¿Los Berserios viven únicamente para la guerra? - habia preguntado ella en cierto momento.
-Nuestra función principal es proteger el Imperio, por lo que podría decirse que sí - dobló unos planos con cuidado - pero igual que otros civiles, también podemos dedicarnos a otras cosas, como actividades secundarias. Dentro de cada escuadrón nos encontramos con diversas habilidades, unos son inventores y diseñadores, como yo. Otros son músicos, otros geógrafos...
Ishana asintió. Quería hacer una pregunta pero no estaba segura, así que titubeó un poco antes de hacerla.
-¿Ustedes pueden casarse? - Talu se sorprendió un poco y después sonrió.
-Claro que sí, no somos eunucos - negó con la cabeza e Ishana le escuchó sacar aire por la nariz. Estaba riéndose para sus adentros, lo que le hizo comprender a la joven la ridiculez de alguna de sus preguntas.
-¿Y cómo lo hacen? ¿Cuál es el proceso? ¿Hay un límite, también? - el rostro de Talu se puso serio, recordando de golpe las normas a las que estaban sujetos los habitantes de Valho.
No. Los habitantes de todo el imperio.Suspiró.
-Los Berserios, por ser guerreros, nos regimos por unas leyes diferentes - se dispuso a las explicarle - en nuestras filas hay tanto hombres como mujeres, y como su función principal es defender al Imperio, el matrimonio es un asunto secundario. Como no es obligatorio, tampoco hay límite de edad. Por descontado, tampoco hay consecuencias si decidimos no casarnos.
Podemos unirnos con civiles normales, pero en este caso ellos siguen teniendo sus normas. Todos los Berserios que se han casado con mujeres civiles, lo han hecho antes de que estas cumpliesen los veinte.Miró a Ishana, para cerciorarse de que estaba comprendiendo.
-¿Y si un civil normal quisiese ser un Berserio? - Ishana se lo preguntó con seriedad y Talu ató cabos.
No había que ser muy inteligente para saber cuáles eran los intereses de Ishana. Dejó los planos que había abierto y la miró con atención.
-Que un civil pueda convertirse en un guerrero Berserio no es fácil ni es algo común, aunque tampoco es algo imposible. Pero las personas que aspiran a ello destacan por sus habilidades relacionadas con la guerra - la miró con elocuencia y ella comprendió.
Ella no sabía nada de lucha, ni quería saberlo. Agradeció a Talu y dejó de preguntar sobre el tema.
-¿Quieres aprender sobre planos? - el Berserio era un apasionado de su trabajo e Ishana atendía con responsabilidad a sus explicaciones. Era una manera de agradecer al hombre el tiempo que había dedicado a responder sus preguntas.
Cuando Hendrick o Hazel llegaban, Ishana desviaba la vista de los planos y Talu dejaba de explicar. En ocasiones cambiaban la temática a una más conveniente.
-¿Las mujeres Berserias utilizan seda de Acacia? - Ishana comprendió la estupidez de su pregunta nada más salió por su boca.
Talu reprimió una sonrisa.-Claro, la seda de Acacia es muy resistente contra apuñalamientos - Hendrick había escuchado ese fragmento de la conversación, por lo que soltó una risotada.
Ishana se tapó la cara, completamente avergonzada, y Hazel les analizó con la mirada.Por supuesto, sus charlas con el Berserio tuvieron consecuencias en casa.
Hazel estaba completamente celoso y enfadado.-¿Traerme la comida? - le recriminó con enfado- Lo único que quieres es verte con ese hombre.
Ishana se sorprendió de sus acusaciones.
-Te llevo la comida porque me has cuidado durante días cuando estuve en cama - se defendió, totalmente herida - era una forma de agradecerte.
-Bien, pues de ser así, limítate a traerme la comida. ¡Tienes totalmente prohibido hablar con el Berserio!
Ishana hizo una mueca de desagrado.
-¿Tú puedes traer a tu amante a casa, pero yo no puedo hablar con un hombre? - le soltó.
Hazel se impactó por sus palabras. Sabía que su mujer tenía mal genio y un carácter fuerte, pero también sabía que era inteligente y evitaría los conflictos que pudiesen perjudicarla. El tema de Mela salía cada vez con más veneno y no estaba seguro de cuánto tiempo podría mantener la paz con su mujer.
-No quiero hablar de esto - dijo él.
Ishana se enfureció.
-¡Claro que no quieres! - él se paralizó - Porque eres un descarado traicionero y no tienes cómo excusarte. Cinco años de mi vida dedicados exclusivamente a ti, para que al final me traiciones de la forma más vulgar y mezquina.
-¡Yo no te he traicionado! - se defendió.
-¡Mírate a un espejo, Hazel! - ella levantó los brazos, haciendo aspavientos - Sé que te ves con ella, sé que te acuestas con ella, sé que aspiras a tener con ella algo que no puedes porque yo estoy en medio. Inconscientemente me culpas, cuando el único culpable aquí eres tú. No pudiste evitar acercarte a una mujer, no pudiste evitar enamorarte de ella y no puedes evitar mantenerla a tu lado, aún sabiendo que eso podría matarla. Eres un egoísta que solo mira por sus propios intereses y culpa a los demás de sus malas decisiones.
Los ojos de Ishana picaban. Sabía que si seguía hablando, su voz de quebraría. No quería hundirse delante de él, por lo que salió de allí, haciendo ruido con los zapatos.
-No me esperes para dormir - declaró siseante.
ESTÁS LEYENDO
Ishana
Romance-Quiero saber qué esperas de mi marido - lo dijo con toda la tranquilidad del mundo. -Supongo que has venido a escuchar las cosas como son. Hazel y yo nos amamos. Cuando tu marido no duerme en casa, duerme conmigo. Cada momento que tiene libre, me b...