Capítulo 3, parte II: ______'s Point of View.

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Suspiré mientras trataba de regularizar mi respiración la que poco después se volvió a ir. Ese coche. Este coche era el negro que estaba al lado del de Blas. El que nos había ganado.

Dí vuelta a mi rostro poco a poco mientras me preparaba mentalmente para ver a cualquier tipo de psicópata o loco de remate -cómo el chico que me había 'salvado', Blas- pero me sorprendí. Me sorprendí con su perfil. Con sus labios. Con sus pestañas gruesas y encorvadas. Con su apretada y tensada mandíbula. Me maravillé con el tipo de chico que tenía en frente. En pocas palabras, era... perfecto.

Pestañeé seguidamente mientras creía estar en un sueño, en un mal sueño el cuál había mejorado tan sólo al poner mi vista en él. ¿Qué mierda estaba diciendo?. "¿No dirás por lo menos un 'gracias'?." Sonrió burlón.

Fruncí el ceño. Es un jodido arrogante, pensé. "¿Tendría porqué?." Le respondí con una pregunta.

"Supongo que sería un acto de cortesía." Tensó la mandíbula.

"Claro, hace un rato tu acto de cortesía fue decirme 'puta'."

Rió otra vez, aún más molesto. "Eso no fue un acto de cortesía, fue una afirmación." ¿Tenía que ser así de idiota?, claro, no todo podía venir en paquete completo.

"Para aquí." Ordené seca.

"¿Sabes al menos cómo llegar a tu casa?."

"¿Y tú sí?." Ok, esto estaba siendo ridículo.

"Deja de responderme con malditas preguntas."

"Sólo para el auto, por favor." El chico suspiró y paró bruscamente. "Gracias." Comenté sarcástica. Se tensó mientras yo abría la puerta pero su brazó me lo impidió.

El me volteó mientras me dejaba a escasos centímetros de su boca. "No vuelvas a hablarme así, nunca más."

"¿O si no, qué?." Le reté, ¿de donde mierda salió todo eso?.

"Te silenciaré esa boca de por vida, ¿lo captas?." Mi temple se hizo temeroso mientras el sonreía.

"Dime tu nombre."

"¿Para qué?, ¿planeas volver a verme?." Sonrió atrevidamente mientras soltaba mi brazo.

¿Y ahora que decía?, no sabía si quería volver a verlo, ni si quiera sabía si no quería hacerlo. "No lo creo, pero desearía saber el nombre de la persona que me ha salvado de una grande."

El sonrió aún más. "Carlos, por el momento solo Carlos." Sonreí, no sé porqué, pero lo hice.

"______ Davis." Tomé su mano en señal de saludo y pude ver cómo se tensaba. "¿Sucede algo, Carlos?."

"Nada," sonrió. "Bien, si vas a salir de mi coche, hazlo ahora, no tengo toda la madrugada, tengo que tirarme a alguna."

Hice una mueca, volvió el idiota. "No necesitaba esa explicidad." Salí del auto azotando la puerta.

Sentí su risa mientras aceleraba y se alejaba rápidamente, me había dejado aquí, si, lo había hecho, pero, ¿que más esperaba?, ¿que se volviera y dijera 'hey, solo bromeaba, sube que te llevo a casa'?. Era más que evidente que no.

Estaba a unas cuadras de la escuela, desde ahí, me orientaria hacia casa. Mientras caminaba vi cómo amanecía, estaría en serios problemas si papá me descubría, pero, tenía más que claro que el no estaría o estaría durmiendo. Caminé las cuadras correspondientes hasta la reja de mi casa, abrí silenciosamente y entré. Todo estaba oscuro. Subí haciendo el mínimo ruido posible. Llegué a mi habitación y me duché, tendría que ir al instituto y no podría dormir. Estaría cómo un muerto viviente.


La última clase, Química. La más aburrida de todas, a excepción de historia. Caminé lentamente hacia mi aula pero antes de entrar sentí un fuerte tirón en mi brazo. ¿Todos tenían que hacer lo mismo para llamar mi atención?. Me volteé para encontrarme con los verdes ojos de Lau, ella sonreía ampliamente pero al ver mi rostro se esfumó.

"Joder, ______. ¿Qué te ha sucedido?, ¿tuviste mala noche?."

No claro que no, a pesar de que tuve un pequeño pleito con un desconocido el cual me llevo a una carrera para después abandonarme a mi suerte. Claro todo perfecto, pero, ¡ah!. No sin antes el broche de oro. Un idiota me salva para después dejarme tirada a mi suerte. ¡Pero perfecto!.

"Nada, sólo que no logré dormir." Suspiré. "¿Porqué no habías venido?."

"¡Fue de locos!. Mira, ¿recuerdas a ese chico, Marco?." Asentí y ella siguió parloteando mientras fingía prestarle atención, de verdad caería al suelo dormida. Antes de entrar a clase medité, ¿que habría de malo en irme a casa?. Podría pedir después unos apuntes.

"Escucha, Lau. Me iré a casa, estoy realmente cansada, ¿después podrías pasar a dejarme los apuntes?." Ella sabía donde vivía ya que el día que fuí a su casa por lo de su trabajo, fue a dejarme a casa y se memorizó el camino.

"Claro," murmuró. "Descansa, amiga." Beso mi mejilla y yo sonreí, ¿me llamó amiga?. Ella me vió hacerlo y sólo negó sonriendo. "Adiós." Y entró al aula.

Caminé por los pasillos hasta llegar a la salida del instituto. Si alguien quería irse, no se lo impedían, cada uno veía lo que hacía para pasar su año. Salí y me encaminé hacia casa. A los lejos vi un auto negro doblar por una calle, lo había visto en algún lugar, pero con lo adormilada que estaba no podía recordar. Saqué las llaves del bolso y abrí la reja de las afueras de mi hogar, entré mientras que sentía murmuros, debían ser los del personal de aseo. No presté las más mínima atención y subí a mi habitación.

Sin siquiera despojarme de mis prendas me tiré en la cama encima de la colcha y cai en un profundo sueño.

-вяσкєη. {carlos marco у tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora