-вяσкєη. {carlos marco у tu}

Capítulo 18: ______'s Point of View.

"Because I also wish you." - "Porqué yo también te deseo."

Agarré su pelo y escuché su gemido contra mis labios, rasguñé sutilmente su cuello mientras que echo mi cabeza hacia atrás y cerre los ojos. "No puedo resistirme a ti," besó mi cuello, "me metí contigo sabiendo que no podría alejarme, que no podría evitarte."

"No quiero que lo hagas," hundí mis dedos en su pelo.

Metí mis manos por su camiseta e hice contacto con sus abdominales, sus músculos se tensaron contra mis dedos para luego quitar mis manos. "No metas las manos ahí." Fruncí el ceño, besé sus labios y me tire encima de él, cambiando las posiciones. Puse mis manos en la orilla de su mano, Carlos tensó la mandíbula e intentó sacar sus manos pero lo impedí. "Deja de intentarlo."

"¿Porqué?, ¿escondes algo?," elevé una ceja y negué. Terminé de sacar su camiseta y pegué mis manos a su abdomen. Unos centímetros abajo de su costilla reposaba una cicatriz de unos tres dedos de largo. En su hombro había una cicatriz circular... como la de una bala.

Deslicé mis dedos por esa y Carlos apartó mi mano bruscamente. "Te dije que no tocaras." Siseó expulsando veneno por sus palabras.

Fruncí el ceño y me levanté. "Lo siento, ¿sí?." Levanté la mano e hice un desdén. Ordené mi pelo lo mejor que pude. Estiré mi mano hacia él. "Mi móvil."

Rodó los ojos y negó con la cabeza. "Puedes vivir un día sin él, ¿puedes irte?."

"¡Devuélvemelo, maldita sea!."

Se levantó y me agarró de las mejillas. "No vuelvas a gritarme o te golpearé."

Un nudo se formó en mi garganta. Salí de su habitación dando un gran portazo. Bajé las escaleras a grandes zancadas y me tiré en el sillón. Cerré los ojos y recordé el papel plateado que había encontrado.

Me levante de golpe e hice una mueca de disgusto. "Jodida puerta." Dirigí mi mirada a la puerta principal y le sonreí a David el cuál estaba sobándose el dedo.

"Hola."

"¿Qué hay, Davis?."

Elevé una ceja en su dirección. "Tengo un nombre."

"Y es horrendo," rió histéricamente, lo fulminé con la mirada y le saqué la lengua. "Es broma. Mhm, ¿porqué tenías esa cara?."

"Nada, sólo recordé algo desagradable que encontré aquí."

"¿Condones?."

"Se le asemeja," me encogí de hombros. "¿Ya desayunaste?," negó con la cabeza mientras ponía ojos angelicales.