Capítulo 8, parte I: Carlo's Point of View.

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"Guess guesser," - "Adivina adivinador,"

En toda la noche no pude -ni quise- dormir. Por mi cabeza se pasaba cada escena de la tarde anterior cuando ______ había salido corriendo de mi coche. Me siento idiota. De lleno me siento un verdadero imbecil. Pero eso no es nada nuevo. Miles de veces en mi vida me habían llamado así.

Mi cabeza estaba hecha un lío llena de mierda. Mi madre. Carla. Alex. ______. Me levanté y golpeé con fuerza la pared, para luego hacerlo repetidas veces. Un dolor se expandió por mi mano, pero no le tomé mayor importancia. ¿Porqué demonios me importaba tanto lo que podría sucederle a esa chica?. Desde un principio fue un problema. Un sexy problema. Salí al balcón con mi cajetilla de cigarrillos.

"Donde estás, pequeña." Murmuré para mí mientras encendía el cigarrillo y daba profundas caladas. "Dame una señal, nada más eso ______."

Nada. Sólo el ruido de los árboles y el crujido de las hojas. El suave viento sopló en mi oído. 'Amor'. ¿Me estaría volviendo loco?. 'Es amor'. Me dí vuelta rápidamente mientras verificaba que nadie estuviese detrás mío, y efectivamente, así era. Negué efusivamente mientras agarraba la rendija fuertemente con las manos, haciéndo que mis nudillos se pusieran pálidos.

Paseé mi mirada por la gran ciudad, en algún lugar debería estár, pero, ¿donde?. ¿Por qué lugar debería de empezar mi búsqueda?, ¿porqué tenía que haber aparecido así en mi vida?. Jamás demuestro este tipo de sentimientos con nadie, especialmente, con chicas. La única utilidad que les tenía era en la cama. Para mí, ese es su sitio, la cama. Satisfacer nuestras necesidades, darnos placer.

Pero ella, tenía que ser ella. Tan diferente, tan terca, tan cabezona, tan ______. Golpeé mi cabeza con la palma de mi mano sacándo esos pensamientos estúpidos acerca de ella, pero de nada sirvió. Su imagen en mi cabeza se incrustó aún más cómo una daga dolorosa. Me volví a la habitación acostándome nuevamente, esta vez, conciliando el sueño, cayéndo en los brazos de Morfeo.

El cesped verde perfectamente cortado rodeaba todo mi alrededor. Sin pensarlo, una sonrisa estúpida se posicionó en mi rostro. Hace años que no me sentía así.

Hace años no me sentía feliz.

En mi espalda escuché una pequeña risita, me volteé en busca del proviniente y me encontré con unos ojos preciosos, muy parecidos a los mios.

"¿Carla?." La pequeña sólo rió traviesamente. Era ella. Conocía demasiado bien todo acerca de mi hermana.

Sin previo aviso comenzó a correr en dirección a una casa, en medio de un bosque desconocido para mí. Entró apresuradamente dejándome atrás. Suspiré tratando de recuperar el aire que me hacía falta. Toqué la puerta. "¿Hola?," sólo el eco de mi voz se hundió en mis oídos. "¿Hay alguien aquí?, ¿Carla?."

La puerta de la cocina se abrió dejándo ver los ojos de mi madre. "¿Mamá?." Me levanté de inmediato, para luego caminar hacia ella, me puse enfrente de su rostro, pero no me miró. "¿Me estás ignorando, mamá?." Nuevamente se calló, ¿estaba ignorandome o verdaderamente no me escuchaba?.

Pasó por mi lado y siguió su camino hacia la puerta principal llevando a Carla de la mano. "Sólo debes escucharla." Le oí murmurar lo último para después salir cerrando la puerta tras su paso.

Fruncí el ceño. ¿A quién tenía que escuchar?. Escuché pasos en las escaleras para después sentir una presencia detrás de mí. Me volteé lentamente para después quedar petrificado ante lo que mis ojos veían. Su sonrisa estaba de vuelta en su rostro, iluminándome el día. Su pelo largo, hasta la cintura.

Era Grace, y estaba a mi lado, de vuelta conmigo.

"G-Grace...oh dios mío." Me interrumpí. ¿De verdad me estaba sucediendo esto?. Me acerqué a paso lento hacia su cuerpo -aún parado al lado de las escaleras.

"Hola, Carlos." Sonrió nuevamente, cautivando mis sentimientos, haciéndo que mi amor por ella brotase de mis poros.

"Grace, y-yo creí que estabas..."

"Cariño, si lo estoy. Estoy muerta."

Un fuerte dolor de estómago vino de inmediato. "Todo fue mi culpa, todo lo que sucedió fue por mis acciones."

"No seas así de duro contigo, Jay." Endurecí la mandíbula pero luego me relaje, la única que me llamaba así era ella, nadie más.

"Princesa," me acerqué para agarrarle la mejilla y acercarme a sus labios rozándolos con los míos.

"No me digas así," sonrió, ¿porqué lo hacía?. "Sabes que yo ya no soy tu princesa."

"¿Cómo puedes decir eso?." Entrecerré mis ojos incrédulo de sus recientes palabras.

Sonrió tomándo distancia entre nosotros para después acariciar mi mejilla y besarla delicadamente. "Se que has sufrido, Jay." Susurró delicadamente. "Se lo que has hecho, está mal, Carlos. No deberías hacerlo."

"No quiero hablar de eso, sólo.."

"No seas terco," regañó pero después sus facciones se relajaron, "tenemos que hablar de eso, no tendré otra oportunidad de bajar."

Fruncí el ceño, dejándo mis cejas en una sola línea. "¿Porqué dices eso?."

Grace negó. "No te desvíes. Se lo que haces, pero también sé que no dejarás de hacerlo. Se lo terco que eres, y que no dejas que nadie te domine." Sonreí satisfecho, ¿de qué?, no lo sé. "¿Jay?."

"¿Mhm?."

Suspiró. "¿No has pensado en darte otra oportunidad?."

Levanté mi mirada hacia ella. "¿Darme un oportunidad, en qué?."

-вяσкєη. {carlos marco у tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora