Capítulo 4, parte II: Carlo's Point of View.

210 22 0
                                    

Dí un golpe a los azulejos color celeste mientras que el agua corría por mi cuerpo. No quiero recordar, no debo recordar. Otro golpe más y dí un grito. Corté el agua y salí amarrandome la toalla en la cintura. Cerré la puerta y me relajé un poco al ver que no había nadie más que yo dentro de la habitación. Me vestí rápidamente mientras veía la hora, las cuatro de la tarde. Me puse perfume y salí dejando la habitación en las mismas condiciones. Bajé hacia la cocina y allí estaban Alvaro y David, ambos haciéndo un pizza. Vaya vagos.

"¿Qué tal todo, Marco?." David puso su mirada en mí.

"Cómo siempre." Me encogí de hombros.

"Hace un rato, Vanessa salió dando un fuerte portazo." Alvaro advirtió burlón.

"Eso me da igual, ella aceptó venir y sabía a lo que venía."

Escuché unos pasos. "Marco." La voz de Blas me hizo tensar.

"Canto." Hablé de la misma manera recordando lo de la noche anterior. "Vaya paliza que te dí ayer."

"Que te dén."

Quise jugar con el. "Ayer la chica de tu coche...Es realmente buena en la cama."

Blas rió amargadamente. "Es una hija de papi, Marco. Una santa, es imposible que haya hecho eso."

Sonreí maliciosamente. "Te puedo asegurar que no."

"No seais estupidos, ¿vais a comer o no?." David enseñó la pizza recién hecha.

Negué con la cabeza. "Comeremos a la vuelta, tenemos que hacernos cargo de algo."

"No seas cabrón, Carlos." Fulminé con la mirada a David y éste bufó.

"Vamos, moveros." Murmuró Blas, reí. A pesar de ser un dolor de culo, es un buen amigo. Pero el que siempre está ahí para mí -aunque suene cursi- es David. Él es mi mejor amigo. Desde que había llegado aqui el me había tomado así y yo a él, nos guardabamos las espaldas entre ambos.

Salí de casa sin antes asegurarme de que llevaba mi móvil y las llaves. Me adentré en mi ferrari negro. Metí la llave en la ranura girándola, dándole vida al auto para luego pisar el acelerador a fondo.'Tucson Oracle, 3024'. Memoricé la dirección de la vivienda. Mientras pasaba por las calles veía casas enormes, demasiado grandes para mi gusto. Nunca fue de mi agrado vivir en una casa tan grande.

Frené bruscamente probablemente había dejado una marca en la calle. Sin embargo, no me importa. Nada me importa. Me bajé y azoté la puerta, me dieron unas palmadas en la espalda y pude ver a David sonriéndome. "Tranquilo, bro."

Asentí y luego toqué el timbre de la gran reja. Alguien habló por el aparato diciéndo que esperaramos. Unos segundos después salió una mujer de edad vestida cómo mucama. "¿Qué necesitan, señores?."

"Estoy buscando a George Davis, ¿es ésta su vivienda?."

La anciana sonrió. "Sí, ésta es. ¿Usted es Carlos Marco?." Asentí frenéticamente. "Adelante." Nos abrió la reja y nos dió paso mientras ella cerraba, pasó primero y entró a la casa. Entre después de ella y los chicos después de mí. La casa es mucho más grande de cómo la ví por fuera. Muchos muebles adornaban el living y demasiadas fotos. La mayoría de ellas eran de una mujer, Estella Davis. "Pueden sentarse, ¿quieren algo de beber?. El señor ahora no está, pero vuelve en un rato."

"Si no es atrevimiento, ¿tendrá whisky?." Ella asintió. "Eso se lo agradecería." Salió del living y nos dejó solos.

"Puedo apostar que una habitación de aquí, es nuestra casa completa." Alvaro asombrado habló para todos.

Gruñí por lo bajo. "Ni tanto, no le encuentro la gracia a tener una casa tan grande."

La anciana apareció nuevamente traía una bandeja con vasos. "Aquí están, cualquier cosa me llaman."

La anciana se iba a retirar pero una voz la detuvo. "Abbie, ¿dónde está mi papá?." Subí mi mirada hacia la escalera y vaya sorpresa que me llevé. ______ estaba ahí, con unos shorts y una camisa, para mí, bastante provocativa. Ella posó su mirada en nosotros y frunció el ceño.

"Dijo que volvería en media hora, eso fue hace más o menos quince minutos. ¿No deberías estár en el instituto?."

Ella me fulminó con la mirada y luego a Blas. "No tuve una buena noche, estaba cansada y preferí venir," murmuró. "Por favor, no le digas a papá."

Abbie suspiró. "Bien, de mí no saldrá nada." Y se fue. ______ se quedó parada en la escalera hasta que sonó el timbre desde afuera. Ella corrió -técnicamente- hacía la puerta. Estuvo unos minutos fuera y luego entró con una chica de cabello negro. Bien, hoy era el día de los encuentros.

-вяσкєη. {carlos marco у tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora