Capítulo 24, parte II: ______'s Point of View.

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Se volteó en mi dirección y sonrió. "¿Sí?."

"Ten cuidado." Le sonreí y el me devolvió la sonrisa, asintió y se subió al jeep, me guiñó un ojo y aceleró por la calle.

Abracé mis brazos y entré a la casa. Caminé hacia la cocina pero el timbre de la puerta sonó. En ese mismo instante mi estómago se revolvió por completo. Si hubiera sido Carlos, David o Alvaro, tendrían llaves. Nuevamente tocaron el timbre y me exalté. Caminé lentamente hacia la entrada apretando los puños, tomé la manija de la puerta y abrí al instante. Nadie estaba en la entrada ni había rastro de alguien. En el suelo había un sobre blanco con mi nombre.

Me agaché hacia el sobre y lo examiné. Cerré la puerta con cuidado y abrí el sobre, dentro de él había una rosa seca con un papel.

Feliz cumpleaños, zorrita.

Tragué saliva sonoramente y le di una fugaz mirada a la casa completa. Varios golpes fuertes en la puerta me exaltaron, mi respiración se agitó y los golpes no cesaban. En completo silencio corrí por las escaleras hacia la habitación de Carlos, le puse el pestillo a la habitación y tomé mi móvil. Busqué entre mis contactos el número de Carlos y le llamé. "Hola, soy Carlos. Si quieres contactar conmigo habla después del tono." Colgué la llamada y comencé a desesperarme, nuevamente lo llamé. "Hola, soy Carlos..."

"¡Maldición!." Murmuré. "Contesta, contesta." Nuevamente su buzón de voz. Colgué la llamada y rebusqué en los contactos, marqué el número y comenzaron a sonar los tonos.

"______..."

"Tienes que venir, rápido."

"¿Qué?, ¿qué sucede?."

"Alguien quiere entrar, David, por favor."

"Voy hacia allá. ¿En donde estás?."

"En la habitación de Carlos." Desde el otro lado de la línea se oían sus estruendosos pasos y luego el motor del auto.

Suspiró. "En la mesa de noche, hay un arma, tienes que sacarla."

"No usaré un arma, David."

"Tienes que hacerlo, ahora." Caminé hacia la mesa de noche e intenté abrirla pero no lo hizo, intenté un par de veces más pero no abrió. "Está con llave." Murmuré viendo la puerta, en el primer piso se oían las cosas romperse.

"Mierda," murmuró, "bien, métete en el baño y no salgas por nada del mundo, ______. Coge lo que tengas al alcance. ¿dónde mierda está Carlos?."

"Él...él salió," corrí hacia el baño y me encerré en él. Busqué entre los cajones del tocador y localicé unas tijeras de pelo. "Está en el primer piso, David." Las lágrimas se hicieron presentes en mi rostro.

"______, necesito que te tranquilices y te prepares, sí?."

"Mhm."

"Él irá por ti," murmuró, "necesito que te concentres y resistas, ¿lo harás?."

Comencé a sollozar más fuerte cuando sentí sus pasos por la habitación. "Está aquí, está aquí." Empezó a golpear la puerta. Él móvil se me calló entre el mueble y la pared. Me metí en la ducha y cerré la cortina. Unas ruedas sonaron por la calle, me tapé la boca y comencé a respirar entrecortadamente. El hombre que estaba fuera de la habitación intentó entrar pero sólo sacó una parte de la puerta, corrí un poco la cortina y pude ver su ojo de un color verde claro.

Me quedé estática y luego se apartó de la puerta y caminó lejos. Unos minutos después comenzaron nuevamente a golpear la puerta hasta que la tiraron, tomé la tijera con fuerza, abrieron la cortina y comencé a tirar tijerazos hacia todos lados con los ojos cerrados. Una mano detuvo la mía y me abrazaron. "Tranquila, soy yo." La voz de David entró por mis oídos. Al mismo instante comencé a llorar en su pecho. "Ya está, linda." Dió pequeñas caricias en mi espalda mientras que me iba directo al suelo. Se arrodilló conmigo y dió golpecitos en mi cabeza.

Unos pasos rápidos se oyeron por las escaleras y luego por la habitación. "¿Cielo?."

"Aquí está," David elevó la voz para que Carlos lo oyera.

Él corrió hacia nosotros y se tiró del pelo. David me dio un beso en la cabeza y me dejó ahí. "Cielo," se arrodilló a mi lado y me abrazó. Solté las lágrimas y el llanto aún más fuerte.

"Él...él entró y quería..." no pude seguir hablando porque las palabras no salían. Aún tenía las tijeras apretadas con la mano. Carlos la tomó suavemente y la dejó en el suelo. Tomó mi cara y la puso en su pecho.

"Lo siento, lo siento mucho amor." Se tensó por completo. "Necesito que me digas si le viste algo, la ropa o cualquier cosa."

Tragué saliva. "No... puedo."

Carlos cerró los ojos y juntó nuestras frentes. "Nena, necesito que lo hagas, por favor."

"Tenía los ojos verdes, un verde muy claro y un pasamontañas negro. No vi nada más." Bajé la cabeza.

"Perdóname, cielo, perdóname." Besó mis labios para después secar mis lágrimas.

"Tengo miedo, Carlos." Murmuré acercándome a su pecho aún más buscándo protección en él.

El tensó la mandíbula y acarició mis mejillas. "No debes tenerlo, ¿sabes porqué?." Miró mis ojos directamente. "Porqué estoy aquí para tí, estoy aquí para cuidarte, cielo."

-вяσкєη. {carlos marco у tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora