-вяσкєη. {carlos marco у tu}

Capítulo 30, parte I: Carlo's Point of View.

"Ask your girlfriend such what the flowers were yesterday." - "Pregúntale a tu novia qué tal estaban las flores ayer."

Mis manos se hicieron puños por inercia y caminé a zancadas hacia ______. "Cielo, mírame." Tomé su rostro e hice que me mirara pero su mirada estaba perdida. "______, cariño, ¿me escuchas?."

Su mentón tembló y asintió levemente. "¿Eres tú, Carlos?."

Bloqueé mi mandíbula. "Soy yo cielo, soy yo."

Sus manos temblaron y sus piernas se fueron directo al suelo. Me volteé hacia el chico que estaba en la silla el cuál me miró con miedo. "Trabaja para Rayner, ¿sabes quién es?."

Dirigí mi mirada a Robert y asentí hacia ______. "Necesito que la calmes." Caminé hacia la silla y examiné al moreno. La sangre se enfrió en mis venas y mi cerebro se nubló. Le di un puñetazo en su cara y luego uno en el estómago. "¿Sabes quién soy?."

"¿Jay...?."

Golpeé su estómago interrumpiendo sus palabras. "Carlos Marco, jodido capullo." Solté la cinta del cuerpo y lo tiré al suelo, pateé su estómago y su espalda. Tomé sus mejillas y azoté su rostro contra el suelo. "¿Sabes quién es ella?." Apunté hacia ______ mientras sostenía su pelo. Tironeé de él para que respondiera. "¿Lo sabes?."

"______."

"¡Mi chica!." Dirigí mi mano empuñada a su nariz. "Mi chica," murmuré cerca de su oído salpicando veneno, "pagarás por esto."

Planté mi mano en su rostro infinitas veces hasta que mis nudillos estaban rotos y mi ropa estaba llena de su sangre. "Por favor... no más."

"Deberías de haberlo pensado antes de meterte conmigo." Sujeté sus manos y piernas con la cinta y lo llevé hacia la puerta lateral, lo metí en el garaje y lo sujeté a la silla. Cerré la puerta con pestillo y me volteé hacia él. "Serás mi saco de boxeo, maldito."

Sonrió e hizo una mueca. "Pregúntale a tu novia qué tal estaban las flores ayer."

Tensé la mandíbula y tomé su rostro lo golpeé alrededor de media hora hasta que su respiración se fue debilitando. "Es mi chica." Sonreí maniáticamente en su dirección.

"Vete al infierno, Marco."

Carcajeé sin gracia para darle un último golpe. "Ya estoy en él." Saqué mi arma de la cinturilla de mi pantalón y apreté el gatillo.

"¡Al quirófano de urgencia!." Quise seguir con mi camino pero un hombre me detuvo, saqué sus manos de golpe de mis hombros.