VIII.

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Lena POV.

Después de hacer el amor de esa forma ayer, alcancé a tener algo de fe en que Kara vendría a despedirse hoy de mí. No lo hablamos cuándo se cambiaba deprisa para salir de mi celda cuánto antes, a la que por cierto era la primera vez que entraba y ese cambio en verdad me ilusionó, y la forma en qué nos tratamos junto a la manera en qué nuestros cuerpos se fundieron en un enredo caliente de piel suave y anhelante por la otra, me hizo pensar en qué quizás, Kara finalmente podría darme algo más qué su cuerpo, porque quería tanto  verla expresarme en palabras todo lo que sus ojos me volvieron a mostrar cuándo hicimos el amor, pero Kara es tan hermosa cómo terca; y es qué ella me da tantas señales confusas en todas las direcciones equivocadas, qué me encuentro en un terrible laberinto qué me gustaría terminar de cualquier forma en la qué pueda estar con ella al final.

Pero la vida cómo siempre me da todo lo qué ni siquiera he pedido; porque aunque nunca me gustó estar encerrada en prisión, sabía también qué era mi castigo por la venganza qué tomé en mis manos y estaba muy dispuesta a cumplirlo hasta el final, y mis ganas de purgar mi pena aumentaron cuándo por estar en prisión, fue que tuve la enorme dicha de conocer a Kara y con ella también descubrí lo que es el amor. Pero fue ella misma la que acabó en un instante todo lo qué habíamos creado por años al confirmar lo qué yo siempre había pensado, y eso era que sólo podría tener la dicha de mantenerla en mi vida mientras estuviera encerrada tras las rejas y cómo tenía varios años de condena esperando por cumplir, no quería preocuparme por un futuro tan lejano para ambas, pero Kara muy pronto también me arrebató esa ilusión de permanecer más tiempo junto a ella en aquellos preciados momentos en la vieja enfermería de la prisión, al decirme sin miramientos qué me darían la libertad condicional. ¿Para qué quiero ese beneficio? Porque no me interesa, no cuándo la única persona qué quiero, ya me dejó mucho antes de poner un pie fuera de aquí. ¿Cómo se supone qué debería sentirme? No quiero irme de aquí, porque bien o mal, la prisión es el único lugar dónde Kara podía juntarse con una convicta cómo yo, así qué no estoy para nada contenta con esa liberación, porque ganaría mi libertad después de catorce años, pero la perdería indiscutiblemente a ella, mi rubia altanera y hermosa de brillantes y orgullosos ojos azules a la qué llevo tatuada en mí corazón.

Y además, ¿A dónde demonios se supone que debería ir al salir de aquí, sí todo me lo arrebató el infeliz de Edge? Él le quitó todo a mí difunta familia y lo único qué tengo conmigo es mí diploma en ingeniería química qué terminé con mucho esfuerzo en prisión, y aquel traje infantil qué usé en mi juicio condenatorio hace tantos años atrás, y ese por supuesto no me quedará en lo absoluto ahora con mis veintinueve años y con todo mi cuerpo torneadamente fuerte producto de tantos años de crueles peleas en el Coliseo.

No sabía qué hacer, ni qué pensar con todo lo que me pasaba y era tanto mi bloqueo, qué ayer simplemente me quedé encerrada en mi pequeña celda; y entonces Kara entró cómo un sol irrumpiendo mi sueño y sin siquiera intentarlo, ella calmó mi mente, llenándome de la paz qué tanto necesitaba desde la última vez qué habíamos hablado. Y me negué completamente a desperdiciar su visita en mi celda con los lamentos qué querían escapar de mi boca por mí no deseada liberación, y decidí en cambio tomar todo lo qué ella se había negado a darme hace más de dos meses, porque sí esa visita era la última vez qué nos veríamos Kara y yo, al menos haría de esa ocasión un momento memorable para ambas, y mi hermosa rubia reaccionó tan apasionadamente a cada una de mis caricias, cómo sí no pudiera resistirse a lo qué siento por ella, cómo sí se sintiera igual por mí. Y así huímos de la dura realidad por largos minutos mientras nuestros cuerpos se amaban una última vez más; pero verla irse apurada de mi celda, sin mirar ni un sólo segundo hacia atrás, me hizo volver de golpe a mí dura verdad; y esa no era más qué el hecho de qué sería liberada, y qué no tendré a Kara nunca más a mi lado y mucho menos tengo un lugar a dónde regresar, ni a nadie a quién volver a ver porque estaba sola.

INVICTUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora