XV.

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Kara POV.

El frío aire de la noche me hace sentir un ligero escalofrío por todo mi cuerpo, a pesar de la rapidez de mis pasos hacia la pequeña mesa de té ubicada a un costado de la puerta trasera qué da al exterior de mi casa. Inhalo profundamente el dulce aroma de los árboles alrededor de la mansión, tratando de calmar en algo los nervios qué crecen a cada segundo por la conversación qué estoy a punto de tener con Lena. Aún me parece increíble qué ella esté aquí conmigo, a pesar de qué no debería estarlo con todo el asunto de su libertad condicional y mucho menos debería querer estarlo después de saber todas las decisiones qué tomé sobre su vida; pero contra todo pensamiento de mí parte, ella está aquí, dónde besó y tomó todo mi cuerpo cómo suyo; y luego dañó todo el increíble momento pidiendo hablar.

Y es qué son tantas cosas qué procesar, qué aún no empiezo a entender muy bien todo lo qué he vivido en las últimas horas y qué ella mantenga un sepulcral silencio mientras me sigue tan de cerca, no me está ayudando en nada a calmarme. Y tampoco entiendo cómo es qué ella puede lucir tan tranquila con la determinante conversación qué estamos a punto de mantener, pero enseguida recuerdo qué Lena está mucho más acostumbrada qué yo a mantener largos días sin hablar encerrada en prisión y sobre todo, también aprendió a guardar muchas cosas para ella y su mente en todo el tiempo qué pasó allí pagando la muerte del hombre qué siempre consideraré cómo mi padre; y qué tenga por costumbre mantenerse tan callada, le da una ventaja qué no debería tener ninguna de las dos en lo qué sea qué Lena quiera decirme qué ha de ser bastante definitivo para nosotras, sí está aquí arriesgando su libertad al infringir una orden federal.

Detengo mis pasos al llegar hasta la mesa de té, antes de girar lentamente sobre mis pies, encontrando la penetrante mirada de Lena enfocada únicamente en mí trasero. Me siento lentamente en una de las cómodas sillas dispuestas a los lados de la mesa manteniendo mi mirada sobre ella y a pesar de qué la situación no lo amerita, no puedo evitar sonreír juguetonamente por haberla atrapado viéndome con tanto deseo.

Lena, siente mi mirada sobre su cuerpo, y observo encantada cómo se sonrojan intensamente sus mejillas por verse totalmente atrapada y no puedo dejar de alegrarme de su actitud qué me llena de ternura, aún después de todo lo qué hemos hecho juntas y todas las formas en qué nuestros cuerpos se han amado a lo largo de los años.

- Lo siento, Kara, yo no debería estar mirándote así.- se disculpa con tono ronco, a pesar del fuego qué siguen mostrando sus hermosos ojos sobre mí. - ¿Por qué no deberías, Lena ?- le pregunto en tono bajo, sonriendo sumamente coqueta a ella, olvidándome adrede del serio tema qué ella quiere tocar. - Aún puedo sentirte tan profundo en mí, mientras me hacías tan tuya en mí cama, Lena, y te juro qué no veo ningún problema con qué me veas con crudo deseo, menos cuándo todavía puedo sentir la prueba de nuestro placer escapando de mí cálido interior.- le confieso en tono decadente, usando todas mis armas para hacerla olvidar de todo, cómo tan bien me ha funcionado en el pasado. Su boca se abre jadeando por aire por mi admisión, mientras su penetrante mirada busca rápidamente mi entrepierna, cómo queriendo confirmar lo qué mis palabras tan seguramente confirmaron. Me empiezo a calentar bajo su fija mirada y sólo puedo cerrar mis piernas buscando algo de alivio, pero la deliciosa presión qué provoco alrededor de mí vagina tan sensible, me hace jadear con anhelo de la hermosa e imponente pelinegra frente a mí. - Joder, Kara.- gime por lo bajo mientras aprieta con su mano el ligero bulto qué empiezo a formar su naciente erección bajo la delgada tela del pantalón deportivo qué le presté y mis manos pican con ganas de reemplazar la suya sólo para deleitarme con su dureza una deliciosa vez más. - Tienes qué dejar de decir esas cosas o no podremos hablar cómo tanto necesitamos, Kara y en sabes lo mucho qué necesitamos hablar.- me pide entre dientes, respirando tan pesadamente cómo yo a causa de todas mis provocaciones. - Tengo más ganas de repetir todo el sexo qué tuvimos en mí habitación, así qué no me importa mucho hablar, Lena.- le respondo en tono cadencioso, mientras recorro todo su cuerpo hasta encontrar su mirada deseosa sobre mí. - No hay nada que me encantaría más qué volver a tú habitación y no parar de hacerte mía toda la noche sin descanso, Kara, pero antes tenemos qué hablar y tiene qué ser ahora.- me responde susurrante, y aunque me encanta cómo suena eso de tener sexo toda la noche, sé muy bien qué después de qué hablemos de todo, eso será imposible qué pueda pasar y todos mis ánimos se bajan al instante ante ese pensamiento.

INVICTUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora