XXVI.

613 141 12
                                    


Lena POV.

Juro que si existiera un premio a la estúpidez, yo lo habría ganado sin siquiera participar por la forma tan terrible en qué manejé nuestra confrontación y por cómo después la ataqué por tomar una decisión que sé qué es totalmente personal de ella; porque no tenía absolutamente ningún derecho a exigirle explicaciones de lo qué estaba haciendo y mucho  menos tenía derecho a enojarme, ni a sentirme ofendida porque mi novia evite un embarazo que ninguna de las dos planeo y que mucho menos acordamos, tomándose una pequeña pastilla, por más qué yo lo desee un hijo con Kara desde qué me sentí perdidamente enamorada de ella. Y cómo no puedo hacer las cosas a medias, cometí la completa idiotez de cuestionarla sobre si no quería tener un hijo conmigo, cuándo yo sé cuánto me ama Kara y debí verme cómo una tonta por dejar qué mis inseguridades hablaran en ese momento, porque no tienen ninguna cabida en nuestra relación amorosa, por más que prácticamente toda la sociedad se empeñe una y otra vez en asegurar qué Kara y yo no debemos estar juntas de ninguna forma; y así lo que debió ser sólo una tranquila charla en nuestra habitación sobre un tema qué nos concierne a las dos sobre nuestro futuro juntas, terminó conmigo haciéndola sentir mal por una nefasta reacción de mí mente por cómo la encontré junto con el malestar qué sentía por la discusión que había tenido minutos antes con Jack, sacó lo peor de mis pensamientos y de mis reacciones, y no voy a perdonarme jamás por cómo la dejé sola en nuestra habitación, porque para colmo de males, ni siquiera pude esperar por sus palabras, sólo huí cómo una niña pequeña de todos sus problemas; olvidándome qué soy una mujer adulta que está en una relación de pareja con una hermosa y decidida mujer, y que así cómo estamos juntas en las buenas, en los momentos malos es cuándo más debemos apoyarnos para solucionarlo todo.

Pero sólo pude entender la cagada qué le había hecho a mi dulce novia, cuándo al fin mis pasos se detuvieron por completo frente al tranquilo Lago de la mansión, porque en el instante en qué mi pérdida mirada se enfocó en las aguas tan calmas, apaciguó enseguida mis apresurados pensamientos por lo qué me acababa de enterar y mi dolor por sentirme rechazada en una forma tan íntima por mi rubia al cuestionarla sí no quería a mi bebé, fue reemplazado por el dolor aún peor qué sentía mi pecho por la opresión de la culpa por lo injusta que acababa de ser con Kara, porque ella no se merecía una reacción así de mí parte.

En verdad no sé qué se activó en mí cuándo ví a Kara en nuestra habitación y supe por sus labios que tenía entre sus manos esa pastilla del día después; pero creo qué un estado de shock sería lo ideal para empezar a nombrar lo qué me pasó, porque contemplando las mansas aguas frente a mí en la completa soledad qué me rodeaba, supe qué algo en mi mente porque al recordar cómo encontré a Kara, desencadenó un montón de pensamientos en los qué predominaban las imágenes de un lindo niño rubio con brillantes ojos azules cómo los de Kara, con sus rizos al viento mientras corría alegre por todo el campo qué rodea Luthor Manor y esa vista, llenó mi corazón de tanto amor por la idea de qué quizás así podría ser nuestro bebé, y amé tanto ese sueño, qué por pocos segundos me perdí en éste y me olvidé por completo que no era real, qué ese hermoso niño no era real; y que no lo sería por mucho tiempo; sí es qué algún día llegaba a existir.

Me sentía enojada, triste y tan culpable por manejar tan equivocadamente todo, y por dejarme llevar por lo qué no era real, qué sólo pude dejarme caer sin fuerzas sobre la tumbona a mi lado para redirigir mis pensamientos lo mejor posible y para reunir el coraje suficiente para ir de nuevo con mi desconcertada novia para disculparme profusamente con ella por mi descontrolada reacción, pero antes de poder lograrlo, Kara me encontró primero y al verla, un enorme suspiro de alivio escapó de mis labios porque a pesar de mi enorme arrebato junto con la molestia qué pensé que Kara podría sentir por cómo reaccioné,  mi novia vino hasta mí para dar el primer paso para traernos de vuelta a la acostumbrada paz entre nosotras;  y no pude más qué aceptar con gratitud esa oportunidad qué me estaba dando ella al venir a hablar conmigo.

INVICTUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora