INVICTUS

XXX.

Lena POV.

Mis mejillas duelen cómo la mierda y mi corazón está completamente oprimido debajo mi pecho totalmente llena de angustia y dolor, mientras veo al amor de mi vida huir ansiosamente de mí presencia con mi mirada empañada por mis lágrimas, tan absolutamente rota y borracha.

Pero a pesar de lo mal qué me siento por verla así y todas las palabras con las qué me recriminó por la actitud qué había tomado hacia ella, creyendo estúpidamente en las aseveraciones del imbécil de Queen; la sonrisa qué tienen mis labios es increíblemente grande, reflejo de toda la felicidad qué apenas empiezo a asimilar, por la preciosa dicha de saber qué el bebé qué está esperando Kara, también es mío. Y pude haber saltado de la felicidad por la asombrosa e inesperada revelación de mi maternidad, sí es qué hubiera podido tener algún control sobre mí cuerpo para celebrar la mejor noticia qué me han dado en toda la maldita vida, pero el profundo letargo de mi cuerpo por pasarme todo el día tomando alcohol, para olvidarme de las mentirosas palabras de Oliver, junto con la confesión qué creí hizo mi rubia cuándo hablamos por videollamada, diciéndole lo qué ahora sé qué fueron un montón de ridiculeces de mí parte; me impide hacer algo más qué no sea sobrevivir a la pena y a la vergüenza qué siento por mí pésimo estado y por todo lo qué hice, porque ahora sé qué todas las palabras qué dije en un momento de dolor, le faltaron enormemente el respeto a Kara, qué a pesar de todo su enojo y su indignación conmigo, vino hasta aquí y me enfrentó para exigir todo el respeto qué se merece y el de nuestro hijo, a pesar de qué yo me atreví a negarlo desde qué supe la noticia, dejándome llevar por otra horrible persona, cuándo a la única qué tengo qué creerle y confiar siempre, es Kara, la mujer qué tanto amo y qué ahora es para mi felicidad, la madre de mí bebé.

Mi cabeza quiere estallar de dolor acompañando todo el pesado malestar de mi cuerpo mientras confirmo con pesar, luego del estruendoso golpe de la puerta principal cerrándose con alevosía, qué estoy sola de nuevo en mi amplia casa sin la presencia de mi enojada rubia, qué de seguro fue a refugiarse en su mansión para no tener qué seguir soportando mis idioteces.

Quisiera golpearme con fuerza para ver sí así al fin reacciono del todo y ver completamente la colosal estupidez qué cometí al creer en Oliver antes qué en Kara; porque ni siquiera puedo entender cómo es qué fui capaz de hacerle algo así precisamente a ella, qué sólo ha tenido buenas intenciones y amor para mí y mucho menos me puedo explicar cómo fui tan imbécil para pensar qué Kara me engañó con el hombre qué sé qué detesta y lo peor qué pude hacer, y de lo qué sé qué me arrepentiré toda la vida, fue decirle qué nuestro bebé, no era mío.

Definitivamente me merezco toda su iracunda rabia, porque yo tampoco podré perdonarme nunca por haberle hablado así y por ser tan imbécil con la única mujer qué me ha amado sin lugar a dudas y sin ningún límite, y qué amo tan profundamente de vuelta. Pero sé qué lo qué le hice a ella y a nuestro hijo al dudar de ambos, no fue un acto de amor, sino de idiotez de mí parte; porque por dejarme llevar por todas mis inseguridades por lo qué dicen las personas sobre nuestra relación, y el porqué no deberíamos tenerla siendo quiénes somos; fui un blanco fácil para qué Oliver me enredara en sus horrendas mentiras para tontamente hacerme pensar qué el bebé qué crece en el vientre de Kara, era de él; cuándo era todo lo contrario, porque yo misma en esta misma casa, embaracé a la mujer qué amo ; pero el dolor de la traición qué creí sufrir, fue una espesa bruma sobre mi mente, qué con palabras exactas y malintencionadas de parte de ese idiota, me hicieron olvidar lo qué yo bien sé qué es verdad, para creer todas las mentiras, porque esa es la única explicación qué puedo formular para qué yo haya pensado qué Kara me fue infiel y llegó hasta embarazarse de su estúpido ex novio; cuándo hace un mes estuvimos cómo locas en esta casa, haciéndonos el amor en cada bendito lugar qué la compone, y luego de esa vez qué discutimos por esa bendita pastilla del día después, qué ahora con ese resultado positivo de embarazo, me confirma qué Kara olvidó tomarla y gracias a la vida por eso; porque lo qué más me dolía de las palabras de Oliver contándome la supuesta traición qué me hicieron ambos, fue pensar en qué ese sueño qué tuve con ese niño rubio y alegre, tan parecido a Kara, no sería también hijo mío.