XXI.

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Kara POV.

Decir qué mi primera cita con Lena salió bien, sería tan sólo un eufemismo porque definitivamente fue todo lo qué esperaba y muchísimo más, para mí entera felicidad; porque mi ojiverde es divertida, apasionada y tan tierna cómo una adolescente en su primer amor. Y tan sólo al recordar qué para Lena yo he sido la única mujer con qué ha vivido una relación y todos los momentos románticos de éstas, me contagia de una alegría, de la qué no pensé qué podría sentir por alguien; pero es Lena de quién hablo y con ella he hecho de todo y he sentido todo lo qué alguna vez me creí totalmente incapaz de sentir; y con mi amor creciendo cada vez más por ella, no pude evitar contagiarme una y otra vez por su enorme entusiasmo en medio de nuestra primera cita oficial cómo novias y con todas las ganas de vivir con Len todas los pequeños momentos de una cita y un noviazgo en general, porque antes de ella, me confieso totalmente lejana a regalar palabras de cariño, o intensas contemplaciones cuándo sé qué no me está viendo y mucho menos había sentido éstas ganas inmensas de estar todo el tiempo al lado de mí Lena, porque ni con Oliver, ni con ninguno de los qué estuvieron conmigo antes de él, pudieron hacer crecer en mí todo lo qué hizo Lena sin siquiera intentarlo; pero por supuesto sería así y caería totalmente rendida a Lena porque mi ojiverde es mucho mejor persona qué cualquiera qué he conocido y sobre todo qué he amado, porque ella es la primera y será la última persona qué ame.

No pude evitar pensar en todas esas cosas mientras salíamos de The Mason tomadas cariñosamente de la mano bajo la mirada atenta de algunas de las personas más importantes de Metrópolis. Sabía qué algunos de ellos vendrían a mi para exigir cuentas sobre lo qué hacía de la mano de Lena, debido a mi familiaridad con Morgan y el papel qué jugó Len en su desaparición, ¿Pero a quién demonios le importaban ellos, cuándo estaba a punto de continuar mi primera velada romántica oficial con mí mujer? Ciertamente a mí no, porque estaba más concentrada en disfrutar de nuestro paseo por un iluminado parque de diversiones tal cómo lo harían unas chiquillas de secundaria,totalmente enamoradas de la otra. Y esa idea me causó demasiada curiosidad porque es en  verdad increíble qué una mujer de treinta y seis años cómo yo, tan acostumbrada desde pequeña a ser distante con todos por elección propia, además de ser la directora ejecutiva del Edge Corporate Group, y heredera de la enorme fortuna Edge y Zor-El; estuviera disfrutando de algo tan sencillo cómo caminar de la mano de mí hermosa novia, y sí soy muy honesta conmigo, no he sido la misma Kara Zor-El desde qué empecé a enamorarme de Lena Luthor y definitivamente prefiero esta nueva versión de mí y todos los incontrolables sentimientos qué siento ahora mismo por la mujer qué amo; qué lo qué solía ser antes de conocerla.

Y fue una lástima qué no pude confesarle a Lena mientras paseábamos mis agitados pensamientos sobre el enorme efecto positivo qué ha causado en mí en todo este tiempo qué llevamos juntas e incluso desde qué la conocí sin otra pretensión de mí parte más qué hacer justicia; pero cuándo al fin pudimos volver a su mansión, todo mi cuerpo se encargó de redimirme por mi falta de palabras, para agradecerle lo suficiente por todo lo bueno que ha hecho en mí y Lena con sus devotas y fervientes caricias, correspondió abundantemente las mías mientras su habitación fue la única testigo del final perfecto de nuestra cita.

Aunque recuerdo qué el único punto negro de nuestra noche fue aquella grosera anfitriona del restaurante, qué me hizo pasar un muy mal momento a mí y a Lena más qué a nadie, no me quejo de cómo terminó todo, porque al fin y al cabo qué estemos bien es lo único importante, y las demás personas con sus estúpidos rechazos y sus prejuicios por el pasado, pueden irse a la mismísima mierda, porque aunque en el pasado tenía la certeza de nuestro amor, ahora qué estamos tan bien juntas, estoy totalmente dispuesta a lo qué sea con tal de hacer funcionar nuestra relación y así cómo he aguantado la distancia qué tenemos qué mantener obligatoriamente la mayor parte del tiempo y de qué perdoné lo qué Lena desafortunadamente hizo con mi padre por la única razón de mi gran amor por ella; así mismo voy a defenderla de cualquiera qué intente hacerla menos, porque Lena no está sola y nunca más lo estará; porque cuándo me prometí no dejarla más sola y sin apoyo, no porque ella no pueda defenderse ni hacer lo necesario para hacerse valer por sí misma cómo persona, sino porque mí instinto de novia me incita a querer lo mejor para ella y eso ha sido así desde qué empecé a conocerla realmente, después de superar mi enojo por lo qué hizo en su arrebato de ira buscando venganza y la gran pérdida qué sufrí por su causa.

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