XXV.

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Kara POV.

Mis días de escape de la realidad en mi pequeña burbuja de amor con mi bonita novia, parecían ir tan bien y los estábamos disfrutando con tanto ahínco, sin preocuparnos por nada más a nuestro alrededor qué no fuera amarnos y cuidarnos mutuamente, qué por un instante creí qué podríamos seguir así hasta qué tuviera qué atender de nuevo todos mis asuntos en Londres; pero esta mañana qué parece querer acabar definitivamente conmigo, en un abrir y cerrar de ojos me trajo de vuelta a la cruda realidad y esa nunca sonó peor, qué en este instante.

No sé cuánto tiempo he estado petrificada en el mismo lugar en el qué mi linda ojiverde me dejó, pero mis músculos tensos por nuestro desencuentro, se resienten ante cualquier movimiento de mí parte, cuándo tardíamente quise intentar perseguir a mi mujer, cuándo ella de seguro está muy lejos de mí ahora.

La solitaria habitación en la qué estoy enfrascada, es la misma qué tantas veces ha sido testigo de nuestros acalorados encuentros tan llenos de pasión junto a todos nuestros momentos de acogedora calma; y en cambio ahora luce totalmente desordenada por todo el desastre qué hicimos anoche, y recordarlo hace qué sea mucho más doloroso para mí estar aquí sin ella, porque no puedo entender cómo es qué empecé mi día tan bien con Lena, estando ambas totalmente saciadas de placer por la excitante noche qué vivimos, qué es discordante y tan doloroso pensar en qué en estos momentos, ella está huyendo de mí luego de encontrarme a escasos segundos de tomar la pastilla del día después, qué compré para evitar algo qué definitivamente no estaba en nuestros planes y eso es precisamente tener un bebé juntas. Y creí tan inocentemente qué ambas pensábamos lo mismo sobre ese asunto tan delicado e importante, qué por eso fue qué le confesé lo qué en verdad estaba haciendo encerrada en nuestra habitación en su mansión después de ese amargo encuentro con su estúpido amigo, Jack; pero en el instante siguiente de terminar mi confesión, la expresión tan dolida de mi novia me dejó absolutamente sin habla porque aunque yo no busqué hacerlo, sin querer había vuelto a lastimar una vez a mi pelinegra, a pesar de qué prometí no volver a hacerlo nunca más, porque sé qué con mi profundo silencio a su cuestionamiento, le dí a entender qué yo no quería tener a un hijo nuestro, y esa idea qué se le metió en equivocadamente en la cabeza, no podría estar más alejada de la realidad, pero en el momento en qué me confrontó tan sorpresiva e intempestivamente, yo no tuve la capacidad de reaccionar a tiempo, ni encontré la fuerza en mí interior para empezar a explicarle lo qué yo pensaba sobre tener una familia juntas; pero cuándo Lena escapó del tortuoso silencio qué le siguió a sus últimas palabras, dejándome absolutamente sola, supe qué ya era demasiado tarde para traerla de vuelta.

El penetrante recuerdo de sus ojos esmeraldas luciendo tan decaídos mientras escuchaba cómo le confesaba sin cuidado alguno lo qué tenía atrapado entre mis manos, me hizo saber enseguida qué Lena estaba más qué encantada con la idea de ser madres juntas; a pesar de qué nunca habíamos tocado el tema antes de esta mañana, ni siquiera después de qué yo misma la imaginé cómo la amorosa madre de mis bebés, sí es que algún día decidía tenerlos. Pero después de cómo terminó todo, tengo qué admitir qué yo jamás me llegué a imaginar que tendríamos la charla sobre hijos, con la pastilla del día después entre mis manos mientras ella me miraba cómo sí le hubiera hecho lo peor qué le pudieron haber hecho en este mundo y teniendo en cuenta toda su historia, eso era decir mucho. Y es qué ni siquiera puedo empezar a imaginar todo lo qué debe estar pensando mi pelinegra en este momento, pero por la forma en la que salió de aquí, no deja lugar a dudas de qué ella no puede estar imaginando nada bueno sobre nosotras o nuestro futuro y aunque me cueste demasiado aceptarlo, también debe estar pensando mucho peor sobre ella misma, y no sé qué me duele más; porque no me gusta para nada qué haya un velo de duda sobre nuestro noviazgo junto con todo lo qué quiero de nosotras justo ahora y más adelante y mucho menos me gusta pensar en qué Lena crea qué estoy decidida a tomarme esa pastilla por la única razón de no tener exclusivamente a un hijo suyo.

INVICTUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora