XVI.

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Lena POV.

Es la primera vez en meses qué puedo descansar en verdad y es bastante irónico qué sea precisamente así, teniendo en cuenta qué no he dormido en lo absoluto dedicándome exclusivamente a mirar lo linda qué se ve Kara plácidamente dormida, luciendo su precioso cuerpo desnudo y en el qué por preciosas horas me dediqué a adorar con mis besos. Todo mí cuerpo vibra al recordar cada instante en qué nuestra pasión se apoderó de todos nuestros sentidos; porque ni siquiera en mis más fantasiosos sueños, nuestro reencuentro terminaba tan bien cómo lo hizo en realidad. Confieso qué estaba totalmente aterrada ante la posibilidad de qué Kara rechazara mi presencia en su hogar al igual qué lo había hecho con todas mis llamadas a su empresa; pero después de todo, debería empezar a dejar de esperar qué las cosas no vayan a salir bien cuándo se trata de ella, porque ciertamente mi hermosa rubia me ha demostrado cuán equivocada estoy cada vez. Aunque ahora mismo, estando tan unidas cómo nunca y tan relajadas hasta la saciedad por todo el placer qué nos dimos luego de esa charla qué nos debíamos have tanto tiemoo; sólo puedo pensar en lo idiota qué fui por dejar pasar tanto tiempo separada de Kara porque debí insistirle mucho más a Maxwell o a la mismísima Alex para qué me dijeran dónde vivía mi escurridiza rubia y cómo comunicarme y llegar hasta ella, para terminar con todos los malditos malentendidos entre nosotras; qué parecen no querer dejarnos en paz, pero supongo qué así debía suceder para qué ahora estemos juntas.

Confieso qué nunca antes me alegró tener demasiado dinero y mucho menos me importaba tenerlo, porque en la prisión ciertamente no lo necesitaba para nada, no es qué lo tuviera a mi disposición después de qué Morgan lo arrebatara de mi familia; e incluso ahora qué tomé el mando de la fortuna de mis padres, por gracia de la preciosa mujer entre mis brazos, sólo uso lo necesario para la empresa y para mí sustento diario; pero en el momento en qué Maxwell me contactó con esos policías de dudosa reputación, los qué por una gran cantidad de dinero me ayudarían a escapar de mi obligatorio confinamiento en la ciudad de Metrópolis, deshabilitando el tonto brazalete electrónico de mi tobillo para poder traerme hasta Londres en una avioneta nada segura para mi vida y con todo el temor qué pude sentir por saber el riesgo qué estaba tomando al confiar en esos hombres; me subí en esa avioneta qué bien podría caerse en pleno vuelo, sólo pensando en qué al finalizar ese terrible viaje qué haría por ella, podría tener la oportunidad de arreglar de una buena vez las cosas entre Kara y yo y ver al fin a dónde nos dejaba eso a las dos; porque me estaba volviendo completamente loca al imaginarla con ese tal Oliver y por todas las fotos y rumores sobre ellos qué no demoraron en llegar a Metrópolis y la idea de Kara olvidándose totalmente de mí y de todo lo que vivímos juntas, me aterraba más qué cualquier cosa. 

Sonrío ampliamente al recordar cómo Kara me negó rotundamente cualquier tipo de relación con ese hombre. Pero mi sonrisa se borra rápidamente de mis labios, porque no puedo evitar sentirme celosa por saber lo qué ellos dos solían tener en el pasado, porque aunque me cueste aceptarlo, desearía ser su única persona con la qué compartiría todas sus primeras veces, así cómo ella es la mía; pero no es así, para mí mala suerte y sólo me queda intentar hacerla mía a partir de ahora, para no soltarla nunca más; y por la apasionada forma en la qué se entregó a mí ésta noche y sus palabras diciéndome te amo con tanto fervor, sé qué Kara Zor-El, aún con todo lo que hemos tenido que pasar, quiere estar conmigo de la misma forma en la qué yo quiero estar con ella; y eso es lo mejor qué alguna vez pude desear.

Abandono la confortable calidez de su cuerpo desnudo sobre el mío, llenándome de pesar por perder nuestra cercana unión. Me encanta sentirnos así, sin prisas o pretensiones, tal cómo nos pasaba antes cuándo yo estaba en prisión, y aunque esta noche fue la primera vez qué dormimos en brazos de la otra, confieso qué a pesar de amar toda nuestra pasión y deseo qué nos consume a ambas cuándo estamos juntas,, esta calma y tranquilidad de compartir nuestros sueños, se siente totalmente perfecto para mí. Kara, se acomoda entre sueños haciéndome aunque sonreír de felicidad viendo la forma en qué busca con sus manos mí cuerpo de vuelta al suyo, a pesar de qué está profundamente dormida. Suspiro enamorada de su entrañable gesto, qué me provoca no apartarme de ella nunca más, pero sé qué eso es imposible para mí ahora, porque por la hora qué marca puntualmente en el reloj inteligente sobre su mesita de noche, me indica qué lastimosamente debo regresar con esos policías qué tienen qué llevarme de vuelta a Metrópolis lo antes posible antes de qué tenga un verdadero problema con la justicia, porque no se me ha olvidado y tengo muy claro la violación qué estoy haciendo a mi prisión domiciliaria al estar a miles de kilómetros de Metrópolis; pero con todos y qué fue sólo un poco de tiempo, me alegro de estar aquí ahora porque yo no podía dejar pasar más tiempo lejos de Kara y todo el riesgo del mundo vale la pena con tal de tenerla cómo la tuve toda la bendita noche.

INVICTUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora