INVICTUS

XXXII.

Kara POV.

Recuerdo cómo si hubiese sido hace dos segundos, qué terminé esa incómoda conversación con las palabras "Adiós, Lena", antes de dejarla sollozando y llamándome con anhelo en su voz, mientras me alejaba lo más posible de ella aún en el interior del consultorio, partiéndome el corazón en dos porque no sé a cuál de las dos nos dolía más ésta primera gran pelea entre nosotras, qué se sentía cómo una verdadera separación, pero sentí y sabía qué era necesario marcar algunos límites y decir qué no, aún cuándo sólo quería tomar a Lena entre mis brazos y no dejarla escapar nunca de ellos, porque la extrañaba mucho, pero sí no queremos un problema mayor en nuestro futuro, teníamos qué reestructurar la confianza en ambas, y eso no podíamos hacerlo estando juntas, y pienso qué Lena, aún a pesar de qué le doliera tanto cómo a mí nuestra separación, ella  entendía qué esto era necesario para nosotras.

Y a pesar de despedirme de ella, tuve muy claro apenas salí de ese consultorio médico, qué no podía abandonar Metrópolis, dejándola simplemente atrás con todo el dolor qué significaba nuestro adiós, qué yo misma estaba sintiendo con fuerza, porque Lena no está en condiciones de ir detrás de mí y demostrarme con hechos qué ella confía en mí, tal cómo le había pedido con la esperanza de arreglar las cosas y sabía qué para qué pudiéramos volver a estar bien, era necesario quedarme por un tiempo y darnos la oportunidad de resurgir más fuertes de éste enorme problema después de nuestras discusiones y luego de la última y dolorosa conversación qué mantuvimos.

Todo el camino a casa, estuvo plagado de pensamientos e imaginaciones sobre lo qué seguiría para Lena y para mí, porque mucho antes de lo qué pasó, todo parecía tan claro en mi mente sobre lo qué quería para las dos, casándome con ella en algún momento en el futuro, para luego llevármela a Londres para formar nuestro hogar en el instante siguiente en qué Lena terminara de cumplir su condena y quizás allí, con todo resuelto al fin entre nosotras, podríamos empezar a buscar ese bebé, qué sabía qué quería tener únicamente con ella. Pero la realidad es qué, a pesar de todo lo que planee alguna vez, ahora estoy embarazada, tengo un serio problema de confianza con la mujer qué amo y estoy peleando con los impulsos de mi cuerpo de querer correr hacia Lena y no separarme nunca más de ella, y el otro impulso regresar a Londres, mi verdadero jugar qué siempre me ha dado tanta calma; pero sabía qué ese último no era una opción para mí si es qué quiero arreglar lo mío con Lena y aun  a pesar de todas las palabras dichas, eso es lo único qué quiero.

Por fortuna, Alex, me escuchó atentamente al llegar a la casa y pude liberar toda la presión de mi mente, y algo de la angustia qué tenía atravesada en el pecho; y aunque mí amiga no estuvo totalmente de acuerdo en qué prácticamente hubiera terminado con Lena, sí pudo entender el porqué había actuado así con ella, porque entiende la importancia de la confianza en las relaciones, porque lo qué pasó con Lena, va mucho más allá del atrevimiento del idiota de Oliver en molestarnos a ambas.

Lena, no dejó llamarme en cada hora del día, y me dolió cada vez más desviar todas y cada una de sus llamadas, pero no me sentía capaz de enfrentarla en ese día y Alex tuvo incluso qué llamar a su esposo, para qué fuera y calmara a Lena y me diera el espacio suficiente para pensar sobre nosotras, luego de qué mi amiga tuviera que mandar de regreso por dónde vino a mi linda ojiverde, qué me pedía insistentemente verme; y aunque yo estaba tan conflictuada en mí interior, no pude evitar sentirme querida de una forma muy intensa por Lena, qué parecía al fin empezar a entender las enormes dimensiones qué causaron sus desconfianzas e inseguridades y me alegré aún más al pensar qué quizás, sólo quizás, sí Lena pudiera ser tan consistente desde éste día hasta el último suspiro de aliento qué salga de nuestros labios, tal vez nuestra separación no sea tan larga, cómo tan terriblemente llegué a pensar.