¿Qué pasaría si un día común y corriente te encontras de casualidad a tu jugador de fútbol favorito?
Olivia nunca se imaginó que al comienzo de su viaje tan soñado iba a lograr cumplir uno de sus sueños, pero ¿en algún momento se habrá imaginado lo...
Estaba rumbo a la Universidad para pasar a buscar a Oli que ya había terminado el parcial y me estaba esperando ahí. Por lo poco que pudimos hablar me había dicho que creía que le había ido bien pero que estaba esperando a que la profesora le diera la calificación.
Estacioné en la puerta y la vi hablando con un par de compañeras de facultad, hasta que notó mi presencia y sonrió mirando en mi dirección.
- Hola hermosa -digo cuando se sube en el asiento delantero de mi coche- ¿te dieron la calificación del parcial? -pregunto intrigado.
- Sii -responde contenta- aprobé con la máxima calificación -sonríe y se lanza a mis brazos para abrazarme y darme un corto beso en los labios -estoy muy feliz mi amor.
- Sabía que te iba a ir genial amor -digo mientras me acerco para darle miles de besos por toda su cara y ella no para de reír.
- Sin la ayuda de mi profesor particular no hubiera sido posible mi calificación -dice feliz y yo sonrío como respuesta.
- Te tengo un regalo -comento mientras agarro la bolsa que esta en el asiento de atrás- lo prometido es deuda -le doy la bolsa y ella saca la camiseta de adentro.
- Me encanta Pedri -dice observando en detalle la camiseta- al fin tengo la del Barça- me mira contenta- y la camiseta de mi novio hermoso.
- Te va a quedar hermosa
- Ya quiero que sea la hora del partido para ponérmela -me mira entusiasmada y yo no puedo sentirme más feliz y completo de lo que estoy ahora.
Olivia me hace demasiado bien, quiero estar todo el tiempo con ella, que hagamos millones de planes juntos, que duerma conmigo todas las noches y lo primero que vea al despertar es su carita hermosa. La llegada de Olivia a mi vida me dio esperanza y mi felicidad se duplicó, es lo más importante que tengo.
Dejé a mi novia en su casa y le dije que la vería más tarde en el estadio, nos despedimos y me fui rumbo al Camp Nou para comenzar a prepararnos para el partido que se nos venía.
NARRA OLIVIA Faltaba una hora para irnos al partido y todavía con las chicas no estábamos listas.
Yo recién había salido de la ducha y me quedaba peinarme, cambiarme, secarme el pelo y maquillarme aunque sea un poquito. No era de usar maquillaje en mi día a día, solo un poco de máscara de pestañas y manteca de cacao, pero hoy quería sumarle a mi maquillaje diario un poco de corrector de ojeras, porque haberme quedado estudiando hasta las dos de la mañana la noche anterior no ayudaba mucho a mis ojeras.
Sol se estaba terminando de bañar y Cami ya estaba vistiéndose.
-¿Tenes las entradas Oli? -pregunta mi amiga terminando de ponerse sus Converse rojas.
- Sip, todo listo -respondo terminando de abrocharme el último botón del jean que llevaba puesto.
Me puse la camiseta de Pedri en la parte de arriba y en la de abajo, opté por unos jeans negros con varios botones en lo alto. En los pies me puse unos zapatos negros y llevo una campera por las dudas si refresca.
Hablé con Solci muy poquito pero quería preguntarle cómo le había ido con Gavi, me había dicho que muy bien y que después nos contaba a Cam y a mí los detalles. Me dio a entender que ella también estaba nerviosa de ir al estadio a ver a "su chico" y yo le dije que disfrute de lo que les estaba pasando.
Hicimos todo muy rápido pero por suerte llegamos a tiempo para poder salir en hora, me mire al espejo rápidamente antes de salir y me encantaba como me quedaba la camiseta de Pedri. Me saqué un par de fotos y se las mande a mi novio.
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Enseguida me respondió con una selfie de él haciendo un medio corazón con la mano y con un mensaje que decía:
"Te queda hermosa mi amor, muero por verte en persona con mi camiseta" y unos emojis con carita de enamorado.
Salimos de casa y tomamos un taxi rumbo al estadio.
Llegamos y mientras que esperamos en la fila para entrar me quedo mirando a todos los culés que están llegando al estadio. Niños con sus familias viniendo a ver al equipo, con sus caritas pintadas con los colores del Barça y sus camisetas con los dorsales de sus jugadores favoritos.
Me moría de amor cuando se cruzaban por delante nuestro niños con la camiseta de Pedri, me daba muchísima ternura que lo quieran tanto. Se merece todo el amor del mundo.
Finalmente entramos al estadio y Cami, que era la primera vez que venía, no paraba de mirar todo con una sonrisa en la cara. Estaba muy feliz de poder compartir esto con mis amigas y acompañar a mi novio en sus partidos, que eran muy importantes para él.
Llegamos a la parte en donde estaban las familias. y amigos de los jugadores y pude ver que estaban los padres de Pedri charlando con Sira. Les dije a Sol y a Cami que me siguieran así los íbamos a saludar.
-¡Hola! -digo cuando llego a donde estaban ellos y veo que todos se giran a mirarme.
-¡Oli! -me llama Sira- ¡Que bueno que viniste! -se acerca y me da un abrazo.
- ¿Cómo estás Olivia? -se acerca Rosy la madre de Pedri y me saluda- Pedri nos dijo que venías también a verlo, que bueno que estás acá así no soy la única mujer de la familia entre todos estos hombres fanáticos del fútbol -comenta Rosy y yo me río por su comentario.
- A mi me encanta también el fútbol Rosy, te fallé en el sentimiento -se ríe y agarra una botella de agua para tomar.
Miro a mis amigas y las presento ante la famila de Pedri.
-Ellas son mis mejores amigas, Sol y Camila -digo y las chicas se acercan a saludarlos.
El rato que faltaba para que arranque el partido la pasé hablando con Sira y Mikky y también con la familia de Pedri, eran todos muy buenos y me ponía muy feliz haber conocido gente nueva acá en la ciudad.
A pesar de que no eran muchos meses los que nos íbamos a quedar en Barcelona, me gustaba saber que tenía gente con la que estar en este lugar, y todos eran súper majos, como suelen decir acá en España.
Faltaban solo 20 minutos para que arranque el partido y vimos cómo los jugadores salían a hacer el calentamiento, vi como Pedri en seguida que salió al campo posó su mirada hacia donde estaba yo y me dedicó una sonrisa que nunca voy a poder borrar de mi memoria.
