CAPÍTULO 1 (segunda temporada)

259 9 0
                                    

6 meses después...

NARRA OLIVIA

Tendrían que dejar de existir las alarmas y el tener que levantarse tan temprano para arrancar la rutina del día.

Hacía apenas dos semanas que había vuelto a Uruguay y todavía el jet lag me seguía molestando. Haber pasado más de 6 meses en la otra punta del mundo y con el horario cambiado iba a hacer que me cueste aún más levantarme en este momento.

Eran las 06:30 de la mañana y hoy arrancaba el segundo semestre de mi tercer año de Universidad. Se pasaron demasiado rápido las vacaciones.

Demasiado rápidas, pero fueron increíbles.

Había pasado todo el verano europeo recorriendo un montón de islas y playas paradisíacas que nunca había imaginado que podía haber llegado a conocer.

Solci y yo alucinamos cada vez que llegábamos a un nuevo destino, parecía que íbamos cambiando de tablero de Pinterest, porque literalmente los paisajes parecían sacados de ahí.

Siempre que hacíamos eso Pedri y Gavi se reían de nosotras, porque en verdad, era muy gracioso cómo reaccionábamos.

Después de esa noche en Tenerife que aclaramos todas las cosas con Pedri, y tuvimos nuestra primera vez en esa playa que nunca voy a olvidar, volvimos a lo que teníamos antes y pasamos los meses que me quedaban en España juntos.

Todo el tiempo juntos.

Vivía más en su casa que en el apartamento que compartía con mi mejor amiga.

Y Solci hacía lo mismo con Gavi, porque si, apenas volvimos de Tenerife comenzaron a salir y se pusieron de novios un mes después de esas primeras salidas, eran hermosos juntos.

Decidimos no seguir alquilando el apartamento porque no estábamos nunca ahí, yo casi que vivía con Pedri y volvía a casa para buscar más ropa, y Solci lo mismo con Gavi, así que los últimos dos meses de intercambio me quedé viviendo en lo de mi novio.

Cuando me propuso ir a vivir a su casa lo dudé, porque no quería que la convivencia nos afecte en la pareja, tenía miedo de que no funcionara, pero ya estábamos casi que conviviendo, así que a los pocos días lo hablé con Solci y decidimos hacer eso.

Cuando terminó el semestre en la Universidad de España y los chicos terminaron la temporada, decidimos irnos los cuatro de vacaciones por las playas más hermosas de Europa, fue el mejor verano de mi vida. No me lo iba a olvidar jamás.

Y después de ese mes de vacaciones, teníamos que volvernos a Uruguay con Solci, por un lado queríamos volver porque ya extrañabamos mucho a nuestras familias y a nuestros amigos, pero el tener que separarnos de nuestros novios era un tema que nos ponía demasiado tristes, porque sabíamos que la distancia iba a ser muy difícil.

Cuando me tuve que despedir de Pedri en el aeropuerto no podía dejar de llorar, y él, aunque se hacía el duro, tenía los ojos muy llorosos también, es muy difícil para los dos el tener que estar tan lejos, porque 10000 kilómetros eran un montón.

-Te voy a extrañar muchísimo mi amor -dije con la voz entrecortada por el llanto- ¿nos vemos prontito? -pregunté, acariciando su mejilla con mi mano.

- Muy prontito mi amor, te lo prometo -me da un beso corto- voy a sentir muy vacía la casa sin vos princesa -dice mientras me abraza contra su pecho- volvé rápido porque Coquito te va a extrañar mucho mucho.

Coquito era un Golden que habíamos adoptado hace un par de meses. Yo siempre soñé con tener un perrito en mi casa pero como en Uruguay vivíamos en un apartamento con mi familia, nunca fue posible. Hasta que una vez hablando con Pedri salió el tema de tener un perrito y él me dijo que claro que le encantaría, y al otro día estábamos en el refugio buscando a nuestro hijo perruno, Coquito.

Mi casualidad más bonita - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora