Capítulo 9 (segunda temporada)

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NARRA OLIVIA

Habíamos pasado la tarde más linda del mundo con Pedri

Me di cuenta de lo mucho que lo extrañaba, de lo mucho que necesitaba tenerlo a mi lado, lo mucho que necesitaba sus besos, sus sonrisas en persona, su tacto, su todo.

Volvimos al hotel de Pedri y queríamos hacer todo lo posible para que yo me pueda quedar a dormir aunque sea hoy con él.

Pedri estaba hablando por teléfono con Ferran para que le diga si teníamos vía libre para poder entrar y que no nos vea nadie.

– Ferran me acaba de decir que están todos en sus habitaciones ya, que podemos pasar tranquilos –dice sonriendo– es ahora o nunca.

Asiento y nos metemos al hotel lo más rápido posible, por suerte en la recepción no había nadie. Subimos al piso de Pedri en el ascensor, cuando llegamos y se abrieron las puertas del ascensor, salimos y corrimos hasta la puerta de la habitación de mi novio.

Entramos sin problemas, entre risas y tropezones y nos tiramos en la cama, exhaustos.

– De la que nos salvamos –dice Pedri mientras se saca los zapatos– estoy re cansado amor, me voy a dar una ducha –dice y a mi se me viene algo a la mente.

– Yo también me quiero duchar –digo mirándolo con una sonrisa en mi rostro y viendo que él captó mi indirecta en un microsegundo.

Fuimos hasta el baño de la habitación entre besos, nos estabamos volviendo a descubrir después de tantos meses sin sentir el tacto del otro.

Pedri comenzó a sacarme el top que llevaba puesto, dejándome solo en sujetador. Seguimos con los besos, hasta que él comenzó a bajar por mi cuello para dejar besos allí, sabía que era uno de mis puntos débiles.

– Como extrañaba esto amor –digo con la voz entrecortada debido a la excitación del momento– no pares.

– No voy a parar, solo si vos me lo pedís –dice con deseo en su tono de voz– que hermosa que sos.

Amaba esos comentarios que siempre le salían a Pedri en este momento, siempre me recordaba lo suficiente y hermosa que era, y eso me hacía muy bien. Durante mucho tiempo me sentí insegura con mi cuerpo y era algo que no me hacía nada bien, poco a poco, y con ayuda de mis amigas y mi novio fui queriendo todos los días un poquito más.

Hicimos el amor toda la noche, riéndonos, besandonos por todas partes, disfrutándonos y aporvechandonos al máximo. No era la primera vez que lo hacíamos pero a mi me encantaba que él siempre esté pendiente de mí, cuidándome para que no me duela nada y que podamos disfrutar los dos por igual en todo momento.

Terminamos y de mientras que yo iba al baño para hacer mis necesidades antes de irme a dormir, Pedri se dirigió a tirar el condón en la papelera de la habitación y se metió en la cama, mirándome desde allí mientras me lavaba los dientes.

– ¿Tengo algo en la cara que me miras tanto? –pregunto divertida.

– Te miro porque me encanta hacerlo –dice sonriéndome.

– Que romántico Pedro Gonzalez –bromeo mientras me acomodo en la cama sobre su pecho.

– Para ti soy Pedri o Pepi, Pedro no –hace cara de enojado, picandome.

– Pedro, Pedro, Pedrooo -digo para seguir picandolo.

– Olivia, Olivia, Oliviaaa -me sigue el juego.

– Pero a mi no me molesta que me digas por mi nombre completo, es más, me encanta mi nombre –digo riéndome y él con su mano me revuelve el pelo– Pedroo, mi peloo.

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2023 ⏰

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Mi casualidad más bonita - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora